La protesta
“Menudo estúpido hijo de perra...”, expresó el presidente cuando pensó que nadie lo escuchaba, que el micrófono que tenía enfrente estaba apagado. La frase quedó grabada y le dio la vuelta al mundo. Sucedió hace unas semanas, el protagonista del escándalo fue Joe Biden, el moderado líder demócrata de Estados Unidos, quien reaccionó así cuando un reportero de Fox News le cuestionó sobre la inflación. Aunque después se disculpó, la postal quedó ahí: un jefe de Estado incómodo ante los cuestionamientos de la prensa. Su antecesor se vio aún más incómodo y en varias ocasiones. Donald Trump se iba sobre periodistas, reporteros, cadenas de televisión y diarios de manera recurrente; jamás dejó de tachar al gremio como gente deshonesta, creadores de noticias falsas y hasta responsables de los daños que padecía su país. Nunca se disculpó, pero se regodeaba junto a los medios de comunicación que sí comulgaban con su movimiento, pero el resto, para Trump, siempre ha sido el enemigo.