Miércoles, Noviembre 27, 2024
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Tres malas noticias

Francisco Garfias                     Arsenal 

 

 

Otro día de malas noticias para la transparencia y el Estado de derecho. Se produjeron tres eventos que socavan la división de poderes y chocan con el discurso de que “al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”.

1.- La UIF ya no tendrá la obligación de avisar a personas físicas o morales del bloqueo de sus cuentas. La mayoría de Morena y sus rémoras en la Cámara de Diputados aprobaron ayer una reforma para eximir de esa responsabilidad al organismo que dirige Pablo Gómez. Deja esa chamba a las instituciones financieras.

 
No se necesita de un sesudo análisis para deducir que esa reforma le da más poder al Presidente, más atribuciones de ministerio público a la UIF y facilita la intimidación al contribuyente.

2.- El presidente López Obrador le pidió ayer al Inai violar la Constitución y las leyes. En una carta dirigida a la consejera presidenta del Inai, Blanca Lilia Ibarra, pide a este órgano autónomo, encargado de la protección de datos personales, que realice una investigación para hacer públicos los bienes y la riqueza que posee Carlos Loret de Mola.

Hasta le indica dónde buscar: el SAT, la UIF y el Registro Público de la Propiedad y el Comercio.

Sobra decir que el mandatario tiene facturas y comprobantes de los ingresos del incómodo periodista, quien dio a conocer la existencia de la Casa Gris en Houston.

Dos veces exhibió esos documentos en la mañanera, sin importarle en absoluto si pisoteaba la ley o la Carta Magna. Los obtuvo, dice, de “personas anónimas”.

¿No será que esas ”personas anónimas” son del SAT o de Hacienda? ¿Quién más podría tenerlos? Son preguntas, no señalamientos.

Para que no le quepa duda de lo que arriba leyó, va un párrafo del artículo 16 de la Constitución:

“Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”.

Agregue que la Ley Federal de Protección de Datos Personales subraya que este derecho sólo se limitará por causas de seguridad nacional.

Va el argumento utilizado por el remitente en la carta al Inai que leyó en la mañanera:

“Esta persona (Loret) se ha dedicado, de manera permanente, a calumniarme con el propósito de afectar mi autoridad moral y buscar detener el movimiento de transformación que millones de mexicanos estamos impulsando para acabar con las profundas desigualdades sociales causadas por la corrupción”.

¿Será que las críticas de Loret ponen en riesgo la seguridad nacional? La respuesta es obvia: no.

3.- Morena y sus aliados bloquearon en el Senado un punto de acuerdo que solicitaba que se abriera una investigación sobre un posible conflicto de interés en el escándalo de la Casa Gris. La propuesta, presentada por el PAN, fue rechazada con 62 votos en contra y 42 a favor y cero abstenciones.

Fue una sesión dividida por un largo receso. Un debate que empezó con insultos, gritos, pancartas, descalificaciones. Pero también con una réplica de cartón de la casa en Houston (alberca incluida) que los panistas instalaron en el salón de sesiones de esa cámara.

Fue la imagen del día. Desconcertó a los senadores morenistas. No atinaban a cómo reaccionar, qué decir, qué hacer. La típica sopa de su propio chocolate.

“Es la mejor protesta de toda la Legislatura. No se le ocurrió ni a Morena meter la Casa Blanca a una de las cámaras”, comentó, en corto, el senador Germán Martínez, del Grupo Plural, quien ayer visitó la tumba de Francisco Zarco, símbolo de la libertad de expresión, en solidaridad con el difícil momento por el que atraviesan los periodistas.

Resultaba patético ver a senadoras y senadores de Morena defender en tribuna el modo de vida del hijo del Presidente. Nada qué ver con el discurso de austeridad republicana que tanto pregonan.

Una y otra vez subieron a decir, sin mayor soporte que sus palabras, que no hay conflicto de interés en el hecho que el hijo de un jefe de Estado viva en una residencia rentada o prestada, propiedad de un alto ejecutivo de la compañía Baker Hughes, la quinta proveedora de Pemex, a la que la 4T le amplió millonarios contratos en dólares.

Sólo atinaban a corear: “¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador!”.

El debate terminó de la misma forma, pero ya sin la réplica de la casa de cartón. Fue condición de Morena para reanudar la sesión.