Martes, Marzo 19, 2024
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Fascinante evolución del béisbol

 


Por Jesús Alberto Rubio.

(Capítulo 2)


El primer juego perfecto del beisbol se lanzó cuando aún no se usaban guantes.

 


El protagonista de aquel partido fue John Lee Richmond, quien militaba para el desaparecido Worcester de la Liga Nacional. El histórico triunfo de 1-0 se efectuó el 12 de junio de 1880 ante Cleveland.


Los juegos de principios del Siglo XX eran de pocas carreras, época a la que se le conoció entre 1900 y 1919 como la de “bola muerta”.


Después a finales de los años 20´s, el presidente de la Liga Nacional John Heydler intentó introducir un décimo bateador con el objeto de acelerar el juego y casi convenció a los equipos.


En esos días era muy difícil poder anotarle al rival y el juego no era tan agresivo como lo es ahora. Es decir, en sus inicios el beisbol era muy conservador en su forma de jugarse, no como ahora donde las explosiones ofensivas son lo más llamativo del juego.


Ty Cobb decía que el beisbol era como una guerra por la alta estrategia.


Ese periodo de la “pelota muerta” desapareció cuando surgió la leyenda de Babe Ruth quien le enseñó al mundo lo que el poder podía hacer en el béisbol.


Con el paso de los años se tuvieron que modificar las reglas para darle preferencia a los bateadores cambiando por siempre la percepción del juego.


La muerte de Chapman


Aunque a partir del pelotazo que el 16 de agosto de 1920 le propinó Carl Mays (Yankees) a Ray Chapman (Indios), el cual al día siguiente le provocó la muerte, hubo muchos intentos para introducir el casco protector de aluminio para aminorar los efectos de los golpes en la cabeza de los bateadores.


La primera vez que se empleó tal implemento fue en la temporada de 1941 por los Dodgers de Brooklyn: sucedió el 10 de marzo. Lo hicieron como medida de protección y se convirtieron en los primeros en hacerlo en MLB.


El uso del casco no fue obligatorio en la Nacional hasta 1954 y la Americana lo hizo cuatro años después. Más adelante le hablaré sobre este aspecto.


Los Yankees fueron los primeros en utilizar números en la espalda de los uniformes: ocurrió al iniciar la temporada de 1929 tomando como punto de partida numerar el orden al bate. Así que la temible tanda formada por sus tercero y cuarto bats, “Babe” Ruth y Lou Gehrig recibieron el 3 y 4, respectivamente. Ese año los Indios de Cleveland también hicieron lo mismo.

Para 1932 todos los equipos estaban numerados, aunque seguían siendo muy anchos y de un tejido grueso, demasiado caluroso para jugar en el verano.


Ver la historia de los uniformes, en


http://espndeportes.espn.go.com/news/story…


Los pitchers dominaron el juego entre los años 60´s y 70´s hasta que surgió la figura del bateador designado (Ron Blomberg) en 1973.


Esa modificación al juego ya había sido planteada por Connie Mack, manager de los Atléticos de Filadelfia en 1906.


Orejeras en los cascos


Las orejeras en los cascos, fue un invento de Ligas Pequeñas y se hicieron populares en el beisbol de Ligas Mayores cuando comenzó a usarlos Brooks Robinson, de los Orioles, y quien varias veces había sido golpeado por malos lanzamientos.


Fue Branch Rickey, quien en 1947 abrió las puertas a los peloteros negros en el beisbol de Ligas Mayores, tuvo otra de sus grandes ideas; tanto que se le conoce aún como el padre del casco de batear luego de que su propia compañía los fabricó -un ligero escudo en la parte superior de las gorras- para que en poco tiempo después todos los jugadores lo utilizaran como protección.

Fue en 1951 cuando Rickey le dio uno de sus cascos a Phil Rizzutto, el pequeño torpedero de los Yankees y, una de las bromas de entonces era de que Joe DiMaggio se retiró del beisbol después de ver a su compañero con el casco puesto.


El 15 de septiembre de 1952, cada jugador de los Piratas, tuvo un casco para batear y así convertirse en el primer equipo ligamayorista en utilizar tal protección.


Qué riqueza de béisbol, ¿no?


En 1948 el jardinero de los Brooklyn Dodgers, Pete Reiser, sufrió una seria lesión al chocar con las vallas del estadio Ebbets Field, por lo que el equipo decidió cubrir las cercas con espuma de goma y posteriormente las zonas de aviso comenzaron a expandirse por todos los campos beisboleros.


Innovaciones…


En muchos estadios del beisbol actual se ha puesto de modo aquel caminito que se solía ver entre el montículo y el home, algo que prácticamente había desaparecido en la década de los 50´s.


Fue hasta 1953 cuando se permitió que los peloteros dejaran sus guantes o manoplas sobre el terreno de juego.


También los Gigantes, cuando jugaban en el Candlestick Park, fueron los primeros en eliminar la caseta que está escaleras abajo, o sea el auténtico dugout, colocándola a nivel del campo... y muchos más siguieron el ejemplo.


El Riverfront de Cincinnati fue el primero en emplear el sistema métrico decimal para indicar las distancias hacia las bardas.

En el Yankee Stadium, en 1959, apareció por primera vez una pizarra mensajera y, en 1976, sobre esa nueva tecnología, comenzaron a repetir las jugadas.


En 1960, Bill Veeck, propietario de los Medias Blancas, puso todo un show de luces artificiales y cohetes cada vez que uno de sus jugadores pegaba jonrón.


En 1965, el Astrodome de Houston, impactó con una pizarra larguísima con todo y dibujos animados en el centro.


El estadio de Los Ángeles quedó terminado en 1962 y fue el primero en su género. No solamente trataron de hacer un parque majestuoso, sino también hermoso. Pintaron los asientos de diferente color en cada piso, lo que le dio gran vistosidad y alegría.


Fue ahí donde por primera vez se incitó a los fanáticos a gritar aquello de “Charge! (¡A la carga!), después del sonido con el órgano musical.


También fue en California, donde por su estilo de vida y clima excelente, los aficionados comenzaron a ir a los estadios en mangas de camisa o algunos sin ella, muy distinto a aquella tradición que todavía imperaba hasta entonces, de ir a ver los juegos con traje y corbata, además del bombín o el carrete, sombreros de la época.


Precisamente fue John F. Kennedy, en 1961, el primer presidente de los EU en asistir a una inauguración sin sombrero.

 


(Continuará)