Francisco Garfias Arsenal
Poco convincente el discurso del Presidente de que no hay que utilizar el monopolio legal de la violencia para combatir a la delincuencia. AMLO se aferra al dogma de “abrazos, no balazos” y se olvida de la obligación que tiene su gobierno de defender a los ciudadanos.
Su negativa a modificar la fracasada estrategia de seguridad le ha costado a México más de 120 mil muertos. Ya superó el número de homicidios dolosos cometidos en los primeros 42 meses de los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto. Allí están las estadísticas de los especialistas –como TResearch International–, a disposición de quien quiera ir más allá de los “otros datos”.
El tabasqueño asegura que da resultados sin violar los derechos humanos. Argumenta que ya le quitó el semillero de los jóvenes a la delincuencia. ¿Lo dice en serio? ¿En qué se basa? La descomposición salta a la vista. Sólo los ciegos no la ven.
Pero él predica, desde su mañanero púlpito, que el mal no se le puede enfrentar con el mal. “El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien y la paz es fruto de la justicia. Ésa es la nueva estrategia: atender los problemas, las causas, el que la gente viva feliz, que no haya desintegración en las familias”, subraya.
Suena bien. Hasta se parece a Gandhi. Pero hay que preguntarse: ¿la gente vive feliz en un país donde hoy los balazos opacan a los abrazos. Los criminales roban, secuestran, extorsionan, matan sin piedad. Saben que no les va a pasar nada. No hay cómo disuadirlos.
*Alejandro Moreno quiere ser candidato presidencial. Lo dice abiertamente. Está convencido de que si se hace una elección interna para el abanderado del tricolor en 2024, no hay quien le haga sombra en el PRI.
De allí ese estilo entrón, retador, muy lejano al que le ganó el apodo de Amlito. Logró sacudirse ese estigma con su postura en contra de la reforma eléctrica, a pesar de las presiones sobre la bancada tricolor que se ejercieron desde Palacio Nacional.
El gobierno de Morena ya le pasó factura. A través de Layda Sansores, gobernadora de Campeche, filtró grabaciones en las que se escucha al dirigente nacional del PRI en tratos con proveedores para las elecciones de gobernador en su estado. “Es una cortina de humo y no me van a amedrentar”, revira.
Podemos adelantar que este lunes va a ofrecer una rueda de prensa en el CEN del PRI. “Se va a ir con todo” en contra de Morena y de su gobierno, aseguran en su entorno.
Esa postura le ha dado puntos a Alito –así le gusta que le digan– con la base de su partido. El diputado michoacano del PRI, Roberto López, aspirante a dirigir la CNC, jura que, por lo menos en su estado, el dirigente del tricolor “está de moda”.
La principal bronca que tiene Moreno para alcanzar sus propósitos no está dentro del tricolor. Tampoco que su nombre no aparezca en las encuestas sobre los presidenciables.
El exgobernador de Campeche sabe que para tener una oportunidad de sacar a Morena de Palacio Nacional en 2024 es necesario que se mantenga la coalición con el PAN y el PRD. La correlación de fuerzas indica que lleva mano el PAN. Francamente vemos muy difícil que en el azul le digan al priista “Sí, señor, pásele…”, por mucho que Alito repita que el candidato presidencial de la oposición no puede ser un hombre de derecha.
* Antes de la elección presidencial está la del Estado de México, la joya de la corona. Alfredo del Mazo se va en 2023. Otra prueba para la coalición. Del lado del PAN sólo hay un aspirante visible: Enrique Vargas del Villar, coordinador del grupo del PAN en el Congreso del Estado de México.
Le compiten tres aspirantes del PRI con posibilidades: Alejandra del Moral, Ana Lilia Herrera y Ernesto Nemer.
Un cuarto, Elías Rescala, líder de la bancada del PRI en el Congreso mexiquense, se bajó ayer de la contienda. “No tengo otra aspiración que la de servir a mi estado desde la Cámara de Diputados hasta el 2024”, dijo en un mensaje que hizo público.
En las elecciones de julio de 2021, el PRI sacó un millón 800 mil votos; el PAN, 900 mil. En este caso vemos difícil que el tricolor le suelte la candidatura a Vargas.
* La inflación anualizada nacional, con corte a marzo de 2022, fue superior a los medicamentos, aseguran en el Instituto Farmacéutico México (Inefam), con base en datos del Inegi: 7.45 % y 5.91 %, respectivamente.
Y sin embargo, el alza de precios de los expectorantes y descongestivos, anticonceptivos y antigripales fue superior, en idéntico lapso, a la inflación nacional: 11.09%; 9.28%, 7.53%.
Las medicinas homeopáticas y naturistas, por el contrario, registraron menor inflación en 2022: 2.97 por ciento, puntualiza el documento del Inefam.