La Junta de Gobierno del Banco de México hizo lo que tenía que hacer, elevar la tasa de referencia. Es una medicina amarga, las mayores tasas frenan el crédito, encarecen los préstamos, enfrían la economía. Pero es la tarea de la política monetaria de un banco central autónomo, cuya misión constitucional es preservar el valor adquisitivo de la moneda.
Para muchos, la Junta de Gobierno no le hizo caso al presidente López Obrador. No había márgen de maniobra para aceptar la solicitud del mandatario, quien pidió desde Palacio Nacional que el banco central no eleve las tasas de interés, pero el Banco de México mostró autonomía. Y elevó las tasas.
Incluso, cuatro de los cinco miembros de la Junta de Gobierno fueron decididos en un aumento de 50 puntos bases (Victoria Rodríguez Ceja, Gerardo Esquivel, Jonathan Heath, Galia Borja), y hasta uno de sus miembros (Irene Espinosa) pedía una elevación mayor, de 75 puntos.
LA TASA DEL 7% LLEGA A LA QUE SE TENÍA PREPANDEMIA
Con el aumento de 50 puntos base, la tasa de referencia llega al 7%, un nivel similar al que tenía prepandemia, a inicios de 2020.
Y, envía un mensaje claro: “Ante un panorama más complejo para la inflación y sus expectativas, se considerará actuar con mayor contundencia para lograr el objetivo de inflación”.
No es para menos. La inflación ya no es transitoria. Hay un reconocimiento de un problema mayor, donde las expectativas de inflación van aumentando cada vez más y más.
La estimación es cerrar este año con una inflación de 6.4%, donde hasta la subyacente (la que no tiene volatilidades) cerrará en 5.9 por ciento.
Incluso, el Banco de México estima lograr converger al 3% de inflación anual, que es el objetivo, hasta principios de 2024. Todavía en 2023 el aumento de precios sería mayor al obejtivo del 3 por ciento.
Para buscar anclar las expectativas inflacionarias (que no suban más), y evitar una formación indeseada de precios (evitar la inercia), el Banco de México tomó una buena decisión, elevar las tasas. Y envía el mensaje, las seguirá elevando. Sí es una medicina amarga, porque frenará la economía, pero es indispensable. Combatir la inflación es básico, es el impuesto más regresivo contra la población pobre y asalariada.
LA REAPARICIÓN DE BILLY ÁLVAREZ EN CRUZ AZUL
Después del desastre en la planta de Tula, Hidalgo, la cuna de la cooperativa Cruz Azul, Guillermo Billy Álvarez ha decidido reaparecer. Mediante un video, quien fuera el directivo de la cooperativa por décadas, y que la llevó a sostenerse en el tercer puesto de la industria (sólo detrás de Cemex y Holcim-Apasco), hace mención de que va a regresar.
Álvarez fue acusado de manejo de dinero de procedencia ilícita, sin embargo, debemos decir que en su gestión, todavía en el 2016, la última inversión fuerte de la cementera fue de 300 millones de dólares en líneas de producción, métodos para evitar contaminación, y ampliación de capacidad productiva de sus cuatro plantas. Ante el desastre en que se ha convertido la cooperativa, es sintomática la aparición de Billy Álvarez.