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Historia y Cultura

Una Cumbre a cambio de nada

 

Jorge Fernández MenéndezJorge Fernández  Menéndez                                                Razones
 
 Hoy llegará a México una delegación estadunidense encargada de la organización de la Cumbre de las Américas a realizarse en Los Ángeles, a partir del 6 de junio próximo. Viene encabezada por Christopher Dodd, asesor especial de Biden para la organización de la Cumbre. 

 Menos de tres semanas atrás, el presidente López Obrador había tenido una reunión virtual con el presidente Biden donde, entre otros temas, abordaron la participación de México en la Cumbre. El presidente López Obrador ordenó al canciller Marcelo Ebrard que fuera el lunes 2 de mayo a Washington para terminar de amarrar los temas a tratar en esa reunión. Así se hizo y en ningún momento el presidente López Obrador habló de que si Cuba, Nicaragua y Venezuela no eran invitados a la cumbre él no participaría. 

 La primera declaración presidencial al respecto fue en la última etapa de la gira por Centroamérica, en la escala de Belice, un gobierno con profundas simpatías con el régimen cubano. 

Unas horas después, López Obrador llegaba a La Habana y en medio de una catarata de elogios al régimen cubano anunció su intención de no participar en la cumbre si esos tres países no eran invitados. 

 Existe una razón por la que esos tres países no hayan sido invitados a Los Ángeles y es que son dictaduras que violan la Carta Democrática y Social de la Organización de Estados Americanos, una instancia que México quiere reemplazar por otra, aunque no ha logrado el suficiente apoyo político como para hacerlo. A partir de allí se sumaron a la petición de México, los gobiernos de Honduras y Bolivia, a la que estaría por sumarse Argentina. 

 El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, como siempre tan impresentable, ha dicho que no irá porque tiene una reunión con Trump para esas fechas. 

Lo cierto es que la ausencia de México, y en cadena de otros países, sería un serio golpe para la Cumbre, pero también para la diplomacia mexicana y para la relación con Estados Unidos. Es impensable que, ante un desaire de esa naturaleza, simplemente, como aseguró el presidente López Obrador ayer, no pasaría nada. Lo increíble es que pongamos en riesgo la relación con nuestro principal socio comercial y aliado (recordemos que el T-MEC no sólo es un acuerdo comercial, sino también político, con cláusulas muy específicas sobre el compromiso democrático de los firmantes) para abrazar y darle apoyo a las tres dictaduras más duras, hoy en día, de América Latina.  

El gobierno de Biden ha realizado en las últimas horas dos gestos importantes: ha liberalizado algunas de las medidas más duras adoptadas por la administración Trump contra Cuba, al tiempo que liberaría también algunas restricciones económicas contra Venezuela, si reanuda el diálogo con la oposición. Venezuela no ha contestado aún, y Cuba calificó las medidas como insuficientes. 

El presidente López Obrador ha hablado una y otra vez sobre el bloqueo estadunidense a Cuba y lo ha calificado de inhumano, criminal, genocida. Pero la verdad es que ese bloqueo es más una medida propagandística que real. Cuba negocia con todos los países del mundo, incluyendo en forma indirecta con Estados Unidos, y el fracaso brutal de su economía poco tiene que ver con el bloqueo, sino con la incapacidad que durante más de 60 años el régimen cubano ha mostrado para garantizarle la comida y los servicios básicos a su población. El problema es el sistema y la cerrazón absoluta del régimen. Y lo mismo sucede con Venezuela y Nicaragua. 

No es siquiera un problema de sistemas políticos. Países de partido único como China o Vietnam, han garantizado ciertas libertades, escasas, pero han elevado la calidad de vida su población, aunque sea en forma gradual y privilegiando ciertas regiones y sectores. Nada eso existe en Cuba, Venezuela o Nicaragua. 

 

 La calidad de vida en la Cuba de hoy está muy por debajo de la que existía en la época de la dictadura de Batista. Venezuela, que era uno de los países más ricos de América Latina y con el mayor PIB per cápita de la región, hoy es un páramo de pobreza. La dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua es más longeva y tan represiva como la de los Somoza. Y en los tres países lo que impera es la pobreza, y eso que han expulsado, obligado a emigrar o exiliarse, a altos porcentajes de su población que, paradójicamente, con sus remesas evitar un derrumbe completo de esas economías. 

Llama la atención que al mismo tiempo que se pide que se invite a la cumbre de Los Ángeles a esos tres países, no haya un solo reclamo por las violaciones a los derechos humanos, la libertad, en esas tres naciones. En Cuba hay cientos de detenidos, incluyendo niños y menores de edad por las protestas de julio pasado, reprimidas en forma brutal por el régimen. No pedían otra cosa más que libertad y comida. En Nicaragua, en las pasadas elecciones, de hace apenas unos meses, el régimen de Ortega mandó a la cárcel a todos los candidatos opositores y como si eso fuera poco organizó un fraude generalizado. En Venezuela, el gobierno de Maduro ha violado todos los derechos civiles, ha cancelado a todos los medios de comunicación opositores, ha hecho un fraude electoral tras otro, mantiene centenares de presos políticos y buena parte de sus mandos políticos y militares están involucrados con el narcotráfico, en el llamado Cártel de los Soles. 

¿No sería por lo menos justo que se reclamara a esos tres países que garantizaran los compromisos democráticos y sociales mínimo de la Carta Democrática y Social de las Américas  que compromete a todos los países del continente?, ¿por qué no exigirles algo a cambio de lo que demandan? 

Cien mil desaparecidos en México

 

Leo ZuckermannLeo Zuckermann                                                          Juegos de poder
 
 
 

Anteayer se dio a conocer que hay más de cien mil personas desaparecidas en México. La mayoría de los expertos creen que esta cifra está subestimada, es decir, sospechan que hay muchos más. ¿Cuántos? Difícil saberlo. 

 Quedémonos, sin embargo, con el dato oficial que ya es de terror. La desaparición me parece una de las situaciones más crueles que puede enfrentar una familia. Peor, creo, que el asesinato. En México hay cien mil familias que viven con la permanente esperanza de encontrar a su pariente. 

 Conforme pasa el tiempo, es cada vez más evidente que muy probablemente estén muertos, pero no tienen cien por ciento de certeza que así sea. Qué dolor que no haya una tumba donde ir a depositar unas flores. No puedo pensar en algo más violento y, por tanto, insufrible para las familias. 

 
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 Cuando viajo por el país me encuentro carteles y letreros de gente buscando a sus familiares. Agradecen cualquier información que pueda darse sobre el paradero de Fulanita o Zutanito. 

Publican las fotos de esas mujeres, hombres y hasta niños que se han esfumado como por arte de magia. 

 Durante el sexenio de Calderón, donde comenzó a acelerarse este problema de los desaparecidos, Andrés Lajous y Mario Arriagada, dos de mis colaboradores de Es la hora de opinar en ese momento, asistieron a la Caravana del Consuelo, organizada por el valiente poeta Javier Sicilia. Me contaron varias historias de madres de desaparecidos que escucharon en el largo viaje y que los dejó emocionalmente exhaustos. 

 Esto ocurrió hace más de una década. Y aquí estamos, rompiendo nuevos récords de desapariciones. De acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas de la Secretaría de Gobernación, entre el 15 de marzo de 1964 y el 17 de mayo de 2022 se reportaron un total de 245 mil 542 personas desaparecidas. De esas, 145 mil 525 sí fueron localizadas (59%) y 100 mil 17, no (41%). 

¿Es aceptable este porcentaje? 

Desde luego que no. 

 El Estado debe invertir muchos más recursos para encontrar a los desaparecidos. La Comisión Nacional de Búsqueda actualmente tiene un presupuesto de 747 millones de pesos anuales. Claramente no es suficiente para resolver el tamaño del problema. Aquí se requieren más recursos financieros, materiales y humanos con el fin de ayudar a las víctimas a encontrar a sus familiares. 

 
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Da coraje ver cómo este Estado gasta carretadas de dinero en tonterías (aeropuertos sin vuelos, refinerías que tendrán enormes pérdidas financieras, trenes que están devastando la selva) y no le dedican recursos a este tipo de actividades torales que sólo el Estado puede realizar. La labor de encontrar gente no la puede hacer ni el sector privado ni las asociaciones de la sociedad civil. Podrán ayudar, pero siempre será en el margen, máxime cuando estamos hablando de más de cien mil desaparecidos. 

 La crisis de los desaparecidos se ha agudizado durante el gobierno de López Obrador. Las cifras siguen creciendo a un ritmo más acelerado. 

 Mientras tanto, este gobierno quiere que el Estado se quede con el monopolio de la generación de electricidad. Perdón, pero entre generar electricidad o encontrar a desaparecidos, yo tengo clarísimo que el Estado debe darle prioridad a lo segundo. Desafortunadamente, el Presidente no coincide y sólo le dedica escasos recursos a este tema. 

 En varios estados de la República se han organizado colectivos de la sociedad civil de familiares de desaparecidos. De vez en cuando salen a protestar. Los medios reportan las marchas. Y luego no pasa nada. Nada, nada, nada. 

Qué desesperación. 

 ¿Por qué el rezago enorme en la implementación del llamado Mecanismo de Identificación Forense? 

 ¿Qué tiene que pasar en este país para que se resuelva este problema? 

¿Llegar al millón de desaparecidos? 

 Hace ocho días se celebró el Día de las Madres. Con mucho tino, otro de mis colaboradores de Es la hora de opinar, Gibrán Ramírez, recordó esa noche a todas las madres que tienen hijos desaparecidos. Son cien mil, Gibrán, cien mil. No cabrían todas juntas en el estadio Azteca. 

  

Twitter:@leozuckermann 

El club de los elegidos

 

Francisco GarfiasFrancisco Garfias                                                        Arsenal
 

 

Dice el Presidente que ya no hay tapados en las elecciones, porque eso es cosa del pasado. Pero no cesa de promover a sus preferidos para sucederlo. 

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, encabeza la lista de los consentidos. AMLO no lo esconde. “La quiero mucho”, repitió ayer en la mañanera. 

Hasta puso en duda haber manifestado alguna vez que Claudia no era su candidata para el 2024. “Yo no sé dónde dije que ella no era”, dijo a pregunta expresa. 

AMLO no pierde oportunidad para llevarla y traerla. La elogia, la protege, la empuja, pero nomás no crece lo que él quisiera. 

 Le perdonó incluso la derrota de Morena en la CDMX, bastión del obradorismo, en junio del año pasado. 

 Sheinbaum arrastra el tema de la Línea 12. Su falta de oficio la llevó a intentar esconder el tercer informe de la empresa Noruega DNV, contratada para investigar las causas de esa tragedia (26 muertos y un centenar de heridos). 

 El último reporte ponía énfasis en la falta de mantenimiento. La presión mediática la obligó a hacerlo público. Deja mal parados a los sucesivos gobiernos de la CDMX: Marcelo, Mancera, Claudia. 

 Y sin embargo, AMLO reiteró su respaldo a la jefa de Gobierno en el caso de la L12.“Le tenemos toda la confianza, es una mujer trabajadora, inteligente y honesta”, aseguró en la mañanera. 

Ya encarrerado, mencionó también a Adán Augusto López Hernández. “¡Imagínense, es mi paisano!”. Y a Marcelo Ebrard “que está haciendo un trabajo de primera”. 

 Volvió a ignorar a Ricardo Monreal, que en repetidas ocasiones ha dicho que se va a registrar en la contienda por la candidatura presidencial de Morena, apenas se abra el registro. 

 Está claro que el senador de Zacatecas no está en el ánimo del Presidente. Las grillas sobre la elección en la alcaldía Cuauhtémoc en las intermedias de 2021 –perdió Dolores Padierna– alimentaron la desconfianza del tabasqueño. 

Monreal fue interrogado ayer sobre su exclusión del “club de los elegidos” de AMLO. Respondió: 

“Aunque algunos creen que soy ingenuo, sí sueño con que sea (un proceso) democrático, aunque no lo esté siendo. Mi lucha siempre ha sido adversa. Nunca he sido cobijado por los poderosos o por el gobierno”. 

Y más adelante: 

“Quiero preguntar por qué se impediría mi participación, si tengo 25 años luchando con el Presidente. ¿Quién podría decir que no fui fundador de Morena y estuve en la calle promoviendo su formación?”, preguntó. 

 Alejandro Rojas Díaz Durán, senador suplente de Morena, fue más lejos. Se atrevió a cuestionar al líder máximo. Subió a Twitter un mensaje en el que llama la atención de AMLO. 

“Así como pide no excluir a ningún país de la Cumbre de las Américas, tampoco debería excluir a Ricardo Monreal de la contienda. No hay piso parejo. Hay dados cargados”, expuso. 

Monreal sabe que AMLO no va a estar en la boleta en el 2024, pero tiene claro que va a empujar a su favorita (o) durante el proceso electoral. 

 Megalómano como es, el Presidente está convencido que su apoyo –dedazo, en el argot del PRI– será definitivo para su favorita (o). 

Pero ese apoyo puede convertirse en debilidad, si la 4T no logra revertir la violencia, la ausencia de crecimiento, la pauperización de la sociedad y la escasez de medicamentos. 

 *A propósito: la edición 2021-2022 del Índice del Estado de Derecho en México, que hizo la organización World Justice Project (WJP) muestraun deterioro en el régimen jurídico en gran parte de las entidades del país. 

El deterioro lo explica por tres tendencias: el debilitamiento de los contrapesos institucionales a los gobiernos estatales, el deterioro en los sistemas de justicia penal y la falta de avances en materia de anticorrupción. 

Por cierto que el mencionado índice coloca a la CDMX en el lugar 31 (de 32 entidades) en cumplimiento de la ley; el 30, en corrupción y el 29, en justicia penal. Así anda la capital que gobierna la favorita del Presidente. 

Querétaro, Yucatán, Guanajuato y Aguascalientes son las entidades más apegadas al Estado de derecho, mientras que la CDMX, Quintana Roo, Morelos y Guerrero son las que menos adhesión le tienen. 

* Reapareció el secretario Salud, Jorge Alcocer, pero sólo para dar otra cachetada a los maltratados médicos mexicanos que han protestado por la decisión de AMLO de contratar a 500 médicos cubanos. El funcionario dice que los médicosmade in Méxicoaducen inseguridad y buscan no estar en lugares remotos del país.“Se les olvida lo que es el principal sentimiento y derecho que tienen los pacientes de ser atendidos estén donde estén”, dijo. 

Remató: “Esto es lo que nos señala el porqué se tiene que recurrir a otras modalidades como es la contratación del extranjero.” 

Ahí se la dejo. 

Cien mil

 

Yuriria SierraYuriria Sierra                                                   Nudo gordiano
 
 

Lunes 16 de mayo. Un día más de intenso calor, inicio de quincena, tráfico a mil. Son los días previos al inicio de la temporada de tormentas y ciclones tropicales. Por la mañana, el Presidente de México decidió abrir un nuevo frente, esta vez con la UNAM y con los estudiantes de Medicina que, aunque excluidos de los protocolos por la emergencia sanitaria ahora eran blanco de críticas. Un lunes en que se habla de sucesión, de aumento salarial al gremio docente. 

Un lunes como cualquier otro, en el que nada mueve la agenda del mandatario. 

Lunes 16 de mayo, ya avanzada la tarde. El reloj marca las 16:34, la nueva hora del terror, de la impotencia, de la inacción. México rebasó en un segundo los 100 mil desaparecidos y personas no localizadas, según el registro que se tiene desde la década de los 60. Pero, ¿qué diferencia hay entre un desaparecido y una persona no localizada? Para las autoridades, el paradero del primero, aunque desconocido, está relacionado con la comisión de un delito; el segundo bien podría ser un acto voluntario. Aunque para las familias es lo mismo. ¿Qué siente una madre cuando desconoce dónde está su hija o hijo? ¿Qué siente una hija o un hijo cuando no sabe dónde está su madre o padre... su abuelo, un tío o su mejor amigo? 

 
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Un día o varios años causa el mismo pánico. 

La cifra es oficial: 100 mil que corresponden a las últimas seis décadas, entre el 15 de marzo de 1964 y el 16 de mayo pasado. Un número que se vuelve aún más desafortunado cuando nos precisa que ocho de cada 10 casos se han contabilizado en los últimos 16 años. El desglose para quien gusta de los números: 245 mil 511 casos de personas desaparecidas, no localizadas y localizadas durante estos casi 60 años; más de 145 mil de ellos fueron casos resueltos, nueve de cada 10 personas fueron encontradas con vida. El resto, esos más de 100 mil, son casos presentes, que no un número, son familias que han tenido que aprender a vivir con la incertidumbre, el miedo, el dolor. 

 “La última vez que lo soñé, me dijo: he vuelto. Pero estás muerto, le dije. ¿Cómo volviste? Estás muerto... Aquí estoy, me dijo. Aquí estoy...”, un testimonio plasmado en el documental Te nombré en el silencio, un trabajo de José María Espinosa de los Monteros, que retrata el cotidiano, el doloroso cotidiano de los integrantes de las Rastreadoras del Fuerte, un grupo de hombres y mujeres del norte de Sinaloa, dedicados a buscar a sus familiares víctimas de los grupos criminales. Con pico y pala en mano, salen tras sus rastro, realizan labores que autoridades de todos los niveles de gobierno, de todos los partidos, que se han negado a hacer. 

Cien mil veces que se ha evidenciado su inacción, lo poco que les importa resarcir los daños, brindar seguridad. Que sean las familias quienes hagan el trabajo, por eso incluso en la página de la Comisión Nacional de Búsqueda se encuentra el Manual de Capacitación para la Búsqueda de Personas. Cuántas veces los colectivos han llegado en este sexenio (en el que se escucharía a los más desprotegidos) y se han topado con una negativa a ser recibidos, porque nada mueve la agenda. Cien mil, un número que no alcanza a dimensionar el tamaño de una tragedia, el dolor de familias enteras que lo detienen todo para hallar una respuesta que muchas veces sólo se alimenta con la esperanza. 

Presidente de México anuncia posibilidad de ausentarse de la Cumbre de las Américas

Lo que leerá a continuación fue publicado en el periódico oficial de Cuba el Granma.

 

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prometió no asistir a la Cumbre de las Américas que se realizará en EE. UU. si no se invita a todos los países del continente, en referencia a la exclusión promovida por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, contra Venezuela, Cuba y Nicaragua

Autor:  | Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.

Andrés Manuel López Obrador
Foto: La Jornada

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prometió no asistir a la Cumbre de las Américas que se realizará en EE. UU. si no se invita a todos los países del continente, en referencia a la exclusión promovida por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, contra Venezuela, Cuba y Nicaragua.

«Si se excluye, si no se invita a todos, va a ir una representación del Gobierno de México, pero no iría yo. Me representaría el canciller Marcelo Ebrard», expresó en su conferencia matutina diaria de este 10 de mayo.

El diario mexicano La Jornada citó: «no quiero que continúe la misma política en América, quiero en los hechos hacer valer la independencia, la soberanía y manifestarme por la fraternidad universal. No estamos para confrontaciones, estamos para hermanarnos, para unirnos, y aunque tengamos diferencias, las podemos resolver cuando menos escuchándonos, dialogando, pero no excluyendo a nadie. Además, nadie tiene el derecho de excluir, que nadie excluya a nadie».

Además, López Obrador recordó que propuso a su homólogo estadounidense, Joe Biden, convocar a todas las naciones del continente a la Cumbre a celebrarse en junio próximo en la ciudad de Los Ángeles y este le contestó que lo analizaría con la frase de George Washington: «Las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos».

El mexicano descartó que su eventual ausencia en el foro pueda tener un impacto negativo en la relación bilateral México-Estados Unidos.

«Somos países independientes y tenemos la relación de amistad y respeto. No creo que el presidente Biden lo tome a mal, estoy hablando de que él habla de un pie de igualdad y él ha sido siempre respetuoso. Además, todavía falta (tiempo) para la Cumbre y podemos llegar a un acuerdo. Pero sí, tenemos que unirnos todos, buscar la unidad de América», subrayó el mandatario citado por La Jornada.

Indicó que el canciller Ebrard aún no ha recibido respuesta de la Casa Blanca sobre el planteamiento del gobierno de México para que se invite a todas las naciones.

Recordó que en Cumbres pasadas se ha invitado a todos los países, por lo que ahora no tiene por qué ser distinto.

«Yo sé, soy consciente de que hay grupos políticos en Estados Unidos que apuestan a la confrontación y que quisieran tener de rehenes a los pueblos de América Latina y el Caribe, como es el caso del bloqueo a Cuba, que es muy promovido por políticos cubanos que tienen mucha influencia en Estados Unidos».

Añadió que si no son convocadas todas las naciones del hemisferio, no se le puede llamar Cumbre de las Américas.

 
 
 
 

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