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Historia y Cultura

Primero más pobres

 

Yuriria SierraNudo gordiano
 
 

Son varios nuestros lastres, hay uno que pesa sobremanera, porque quién esté al frente, nada cambia, acaso sólo la forma, los métodos de medición para asegurar así algún avance que en las calles y en los bolsillos son imposibles de percibir. México y su eterna batalla contra la pobreza. 

Y ni la llegada del gobierno que pondría en primer término esa otra guerra, la que se lucha con la pobreza, ha sido motivo para disminuir esas cifras que, año con año, son motivo de debate: quiénes son pobres, quiénes son muy pobres, quiénes son extremadamente pobres. Finalmente, éstas son estadísticas que encuentran oportunidad según la lectura que se les dé. En las últimas, que reveló ayer el Coneval, el número de personas en situación de pobreza aumentó en casi cuatro millones en los últimos dos años; el número de mexicanos que viven en pobreza extrema aumentó más de 2 millones y quienes viven en pobreza moderada se elevó en más de millón y medio. 

*

La llegada de la pandemia y el cierre auguró golpes económicos en todas las escalas, desde los que llegaron a las empresas que detuvieron operaciones, que mandaron a la gente a trabajar a casa , incluso aquellas que tuvieron que realizar despidos; a partir de esto, llegaron las familias que vieron reducir su salario o aquellas que de plano perdieron su vía de ingresos. Negocios que no sobrevivieron al confinamiento, familias que gastaron sus ahorros... Y un gobierno al que no le importaron estos escenarios y mantuvo en pie proyectos de infraestructura multimillonarios, dándoles así la espalda a esa población que además tuvo que luchar por camas de un hospital, que lucha por medicamentos. 

Según lo revelado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, de las seis carencias sociales analizadas, el acceso a los servicios de salud fue la que representó el mayor incremento, casi 12% más en comparación al 2018. La pandemia, sin duda, evidenció y catapultó las deficiencias en este sector, pero no potencializó las soluciones. La línea discursiva y operativa del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con respecto a los temas de desarrollo social giran alrededor de los programas sociales. Ahora mismo está en marcha el registro para la Pensión del Bienestar de Adultos Mayores, pero ninguna de estas campañas ha significado algo para las estadísticas que miden la pobreza. 

Éste es un pendiente histórico que tendría que combatirse desde muchos frentes, ahí le atina el Presidente en su diagnóstico: más educación, más infraestructura. Lástima que nada de esto sea parte de su plan de gobierno, estas cifras nos confirman que el camino sigue siendo incorrecto. 

Si con la emergencia sanitaria se esperaba que el aumento de la pobreza fuera mayor, tampoco puede celebrarse que las cifras no sean tan fulminantes.

La pobreza era uno de los principales frentes que se anunciaron desde el inicio de esta administración, nada de lo que se ha hecho hasta hoy representa un compromiso real por combatirlo.

Ni siquiera la pandemia provocó que girara un poco el timón. Incluso las remesas récord se presumen en Palacio Nacional, como si fueran un logro de gobierno. Aquí está el resultado.

INE desmiente costo de revocación de mandato

 

El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova desmintió la información que circula en las redes sociales sobre el costo de la revocación

AURORA ZEPEDA | 05-08-2021
 
 

Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE)

ejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, desmintió la información que circula en las redes sobre un costo de 9 mil millones de pesos para organizar la revocación de mandato que estaría incluyendo el Instituto en su presupuesto 2022. 

La información sobre el cálculo fue en una entrevista que otorgó a un medio de comunicación nacional el pasado 25 de junio.

En su cuenta de Twitter, Córdova Vianello explicó que este cálculo es “incorrecto” porque 9 mil millones de pesos sería el costo aproximado de una elección federal.  

Un eventual proceso de Revocación de Mandato tendría una naturaleza distinta, por lo que sus costos serían significativamente menor”, dice el consejero presidente. 

Agregó que el INE está configurando su anteproyecto de presupuesto 2022, analizando, entre otras cosas, los costos de una eventual Revocación de Mandato, para lo cual, dijo, sería muy conveniente contar con la ley secundaria pendiente en el Congreso. 

Finaliza al decir que el presupuesto que presentará a la Secretaría de Hacienda y a la Cámara de Diputados “contemplará la solicitud de recursos necesarios para una eventual Revocación de Mandato con todas las garantías de legalidad, certeza y profesionalismo de nuestro sistema electoral”. 

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México vs. Barrett et al.

México vs. Barrett et al.

Pascal Beltrán del RíoBitácora del director
 
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En su batalla legal contra 11 fabricantes y distribuidores de armas estadunidenses –información adelantada por Excélsior y hecha pública ayer por la Secretaría de Relaciones Exteriores–, el gobierno mexicano deberá encontrar agujeros en un escudo contra demandas instaurado por el Congreso de ese país hace casi 16 años para proteger a dicha industria.

Promovida por el entonces senador Larry Craig, republicano por Idaho, la Ley de Protección al Comercio Legal de Armas prohíbe litigios contra fabricantes, distribuidores, vendedores e importadores de armas de fuego y municiones que resulten del mal uso de sus productos.

Antes de la promulgación de la ley en octubre de 2005, los armeros eran blanco de incontables demandas. Una de las más conocidas fue presentada en 1998 por el alcalde de Chicago, Richard M. Daley, quien reclamó que los fabricantes de armas querían “un trato de negocio sin responsabilidad hacia los ciudadanos” y exigió reparaciones por 433 millones de dólares.

Aunque los jueces desecharon esa y muchas otras demandas, los litigios comenzaron a costar mucho dinero en cuotas legales. En 2000, la empresa Smith & Wesson decidió negociar con el gobierno del presidente Bill Clinton para llegar a un acuerdo con los demandantes a cambio de poner en práctica medidas de seguridad, como imprimir en las armas un segundo registro, oculto, para que los delincuentes no pudieran evitar su rastreo.

Sin embargo, la legislación impulsada por Craig prácticamente puso a salvo a los armeros. En el acto en el que fue firmada por el presidente George W. Bush, el representante de la poderosa Asociación Nacional del Rifle, Wayne LaPierre, la llamó “la ley pro armas más poderosa que se haya aprobado en los últimos 20 años”.

En efecto, ha sido tan eficaz que el presidente Joe Biden se quejó, durante su campaña electoral, de que la industria de las armas –que en 2020 tuvo un impacto económico de 63 mil millones de dólares– “es la única en Estados Unidos que está exenta de demandas”.

Si bien eso no es totalmente cierto –en un caso reciente, la Suprema Corte permitió que avance una demanda contra Remington por parte de los familiares de los niños asesinados en la masacre de Sandy Hook–, las dificultades del camino legal emprendido por el gobierno mexicano son evidentes.

Desde que entró en vigor la ley, muchas acciones legales han sido desechadas, igual que diversas controversias sobre su constitucionalidad.

En la campaña presidencial de 2016, el precandidato demócrata Bernie Sanders, conocido por sus posiciones socialistas, incluso la defendió diciendo que un arma era igual que un martillo, en el sentido de que si se usaba cualquiera de las dos cosas para matar a alguien, el fabricante no debía ser responsabilizado por el hecho.

La posibilidad de éxito que pudiera tener el gobierno mexicano en este litigio se encuentra en un antecedente en el estado de Wisconsin, una de las poquísimas excepciones de falibilidad de la ley que se pueden encontrar.

En 2009, dos policías de Milwaukee, Bryan Norberg y Brian Kunisch, trataban de detener a un individuo cuando éste les disparó con una pistola que había adquirido otra persona en una armería llamada Badger Guns. Las lesiones que sufrieron ambos oficiales los dejaron incapacitados de por vida.

En 2015, Norberg y Kunisch demandaron a la tienda, alegando que el dueño y sus empleados fueron negligentes al vender el arma y por tolerar durante años ventas con prestanombres.

“Sí, un criminal jaló del gatillo, pero se necesitaba un gatillo y ese gatillo lo proveyó Badger Guns”, argumentó la defensa de los policías. El comprador del arma, Jacob Collins, la había adquirido en nombre de Julius Burton, quien no tenía la edad legal para poseerla y quien fue el que disparó. El jurado, que consideró que la venta del arma fue negligente, ordenó una reparación de 6 millones de dólares.

Un camino legal semejante es el que intentará recorrer el gobierno mexicano en su litigio contra los fabricantes, entre los que está Barrett Firearms Manufacturing, cuyo letal calibre .50 está entre las armas favoritas de los cárteles mexicanos. Será interesante ver el desenlace.

Hasta el límite

Hasta el límite

María Amparo CasarA juicio de Amparo

 
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 No conozco los motivos de la salida anticipada de Sergio López Ayllón como director general del CIDE, una de las mejores instituciones con las que cuenta el Conacyt. Con lo único que cuento es con la respetuosa carta que envió informando de su renuncia porque “conviene que tengamos una dirección renovada que pueda seguir dando cauce a las nuevas necesidades institucionales”. Con todo respeto, no me cuadra. Sergio no se rinde fácilmente ni se achica frente a la adversidad. Da la batalla y lucha por lo que cree. Conociendo su estatura académica, institucional y moral, supongo que ya no contaba con las condiciones mínimas indispensables para seguir desempeñando su labor de dirección con el profesionalismo, libertad y rigor científico que ha procurado y defendido desde que ingresó al CIDE, en 2004. Supongo que dio un paso atrás para no dañar a la institución. Como el Dr. Mauricio Merino, me pregunto, ¿por qué tendría que dejar su cargo quien ha conducido esa casa desde 2013 con tanto cuidado? No lo sé.Pero hay otras cosas que sí sé. Sé que cuando se fundó el CIDE, con el apoyo del Estado, se comenzaba a valorar en México la idea del capital humano y a comprender los beneficios de la diversidad ideológica, de la pluralidad de pensamiento, de la importancia de la formación académica sólida y de la necesidad de formar profesionistas sólidos con vocación de servicio público. Sé que esto se ha perdido. Que la administración actual no valora el trabajo científico, que desprecia la educación superior regida por estrictos criterios académicos, que no cree en la meritocracia, que ha reducido el presupuesto de la educación superior, que ha extinguido los fideicomisos, que rechaza “la ciencia occidental y neoliberal”, que destituye a científicos de talla internacional, que fuerza la renuncia de directores, como Beatriz Xoconostle, biotecnóloga reconocida por su trabajo sobre el mejoramiento de cultivos a través de la ingeniería genética, del Centro de Investigación Científica de Yucatán, y que condena a quienes leemos por placer.Sé también que México es capaz de construir instituciones de calidad mundial. Sé que el CIDE es un ejemplo de ello y que su historia de éxito no cabría en este pequeño espacio, pero que para probarlo basta ver su planta de profesores, sus licenciaturas, maestrías y doctorados, sus miles de egresados que se han colocado con las mejores credenciales en el mercado laboral, sus innumerables publicaciones en las mejores revistas del mundo, sus premios bien ganados, su labor de formación para aquellos que no pueden cursar programas académicos de tiempo completo, sus propuestas de política pública puestas a disposición de los gobiernos que quisieron tomarlas.Otra cosa que sé es que, como en toda empresa, la excelencia del CIDE está en el factor humano. Sus logros están en cada profesor y en cada alumno. Profesores a los que se les exigen las mejores credenciales académicas, calidad en su trabajo, productividad, rigor científico y relevancia en sus investigaciones. Alumnos cuidadosamente buscados y seleccionados en toda la República y que provienen de todos los estratos socioeconómicos. El éxito del CIDE se explica también por la fidelidad que ha guardado a dos de sus propósitos iniciales: formar profesionales con vocación de servicio público y colaborar a la comprensión y transformación de la realidad.En su ya no tan corta historia, el CIDE ha tenido épocas de bonanza y de restricciones, de creación y de consolidación. Ha gozado de apoyos de gobiernos partidarios del valor del conocimiento, la formación de capital humano y la pluralidad de pensamiento. También ha sufrido embates. En algún momento, algún gobierno mandó a limpiar el CIDE de “rojillos” y “revoltosos” con aspiraciones socialistas. Hoy, junto con otros centros de educación superior, libra una batalla para resguardar su independencia, la libertad de cátedra y pluralidad de pensamiento, los criterios académicos que deben guiar la investigación y la docencia, el marco normativo que permita el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el financiamiento indispensable para sobrevivir y las condiciones para seguir siendo exitoso. Sergio libró esta batalla al límite de sus posibilidades.Lo hizo en un contexto de un gobierno que no parece valorar ninguno de estos propósitos. En un gobierno que no comulga con el científico Antonio Lazcano cuando afirma que “el verdadero problema es la independencia que deben tener los organismos académicos para poder juzgar en términos científicos la labor de los colegas sin la intromisión del poder”.Ojalá y que la capacidad de destrucción que ha mostrado este gobierno no alcance al CIDE, porque el CIDE ha demostrado tener la capacidad para formular una agenda de país guiada por los principios de crecimiento, justicia social, multilateralismo en las relaciones internacionales, profundización de la democracia y ampliación de los derechos de las personas.

Ausencia estruendosa

 

Federico Reyes HerolesSextante
 
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Sin sorpresas: bajísima participación. Una catarsis costosa e inútil. Condenas anticipadas e injustas al INE. Y, sin embargo, hay varias lecciones.

Fue un ejercicio legal, pero imperfecto. Si de verdad se desea fortalecer a nuestra democracia con mecanismos de participación directa, se deberá concebir cada paso con atención. Quién debe redactar la pregunta. Cuál es el costo de cada ejercicio y cómo garantizar al INE los recursos suficientes. Dado que los partidos no forman parte del ejercicio, quién debe difundirlo. Cómo impedir las expectativas falsas. Quién debe informar a la ciudadanía de los alcances y limitaciones. Qué hay de la campaña turbia de desinformación y odio, la cual, en sí misma, envenena al país. Además, dado que los resultados eran previsibles, se elaboró una narrativa encaminada a desacreditar de antemano al INE. Se les olvida que esa institución goza de mucho más crédito (68%) que los partidos políticos (30%), más del doble, más que el propio Presidente. El INE —a pesar de las limitaciones impuestas y el bombardeo constante desde la tribuna presidencial— cumplió con sus obligaciones. En ese sentido fue un avance.

¿Qué debe hacer la autoridad electoral cuando el propio Ejecutivo desacata ostentosamente la norma? ¿Qué sanción debe proceder? En su muy certera intervención del primero de agosto, el consejero Ciro Murayama resaltó una cuestión esencial para una democracia. ¿Quién está detrás de la campaña millonaria de desinformación a la ciudadanía? ¿Quién contrató centenas de anuncios espectaculares, de carteles en el Metro y parabuses, quién pagó a los brigadistas que en todo el país repartieron propaganda hablando de una pregunta que no es la que hoy está a consideración? Por la salud de la República convendrá saberlo. No puede haber cantidades millonarias de dinero financiando apuestas políticas de forma opaca y de procedencia desconocida. Tiene toda la razón: si de verdad el Presidente y sus seguidores están comprometidos con la transparencia, que formen una comisión investigadora. La opacidad pervierte a la democracia.

Con la consulta se prendieron varios focos rojos para la vida democrática de México. Después de la elección intermedia quedaron muchas dudas de los vínculos del narco con ciertos grupos que están en el poder. Como recuerdan en las redes sociales, la tercera y misteriosa visita del presidente a Badiraguato —de sólo 3,725 habitantes— lo único que logró es ahondar las sospechas. ¿Para qué va? Y ahora no sabemos quién financió la propaganda para la consulta. Son asuntos mayores. Pero quizá la lectura más interesante de lo acontecido el domingo sea el ajuste político que se anuncia. Alrededor de 93% del padrón no participó, no acudieron al engaño, signo de madurez política. ¡Qué ausencia! Sembrar odio ya no les está pagando bien. Si sumamos las intervenciones presidenciales en las cuales se inculpa al pasado de todos los males de nuestro país; si se agrega el eco de sus colaboradores con la misma tesis —el pasado es el responsable de todo, del desabasto de medicamentos a los muertos por violencia—; si se le suman los rostros de los expresidentes con imputaciones generales incendiarias, debieron esperar una afluencia alta. En 2018 la participación fue de 63.4%. En la intermedia fue de 52.7%. En la consulta, de menos de 8%. AMLO obtuvo más de 30 millones de votos. Morena logró sólo 17 millones en la intermedia. El 1 de agosto votaron por el Sí 6.25 millones. Ese es el núcleo duro. El PAN y el PRI —cada uno, por separado— obtuvieron casi nueve millones en la intermedia. Merece reflexión. La consulta no fue un fracaso para México, lo fue para la 4T.

Y ahora qué sigue. Inculpar al pasado es una pieza central de la narrativa del gobierno. Seguirá. El propio domingo, frente al fiasco, anuncian una Comisión de la verdad.

Ante el fracaso de la vía jurídica, apelarán al cadalso moral. Ausencia, desesperación y barbarie pura.

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