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Historia y Cultura

Supongamos, por un momento

 

Víctor Beltri
 
 
Nadando entre tiburones
 
 

Supongamos, por un momento, que los planes del Presidente mexicano se consolidan: el aeropuerto se construye a tiempo, la refinería produce sus primeros barriles, el Tren Maya inicia operaciones en las fechas programadas. Todo de acuerdo a lo previsto, tal cual.

Supongamos que todo funciona. Los vuelos —escasos— fluyen, la relación continúa de acuerdo a lo previsto en los primeros acuerdos internacionales posteriores a la Gran Guerra. Supongamos —hagámoslo— como si todo funcionara. Supongamos que todo funcionara como si viviéramos de nuevo, bajo la gran demagogia.

Supongamos que tuviéramos un pueblo incólume, cuya voluntad no pudiera ser movida sino por un líder incólume y moral. Supongamos que dicho líder contara con los símbolos necesarios para su lucha, supongamos que la oposición fuera capaz de convocar, en su entorno, a las figuras capaces de oponer un frente verdadero.

Supongamos que ganara, y pensemos en lo que haría. Supongamos, por un momento, que el pueblo lo respaldara —en masa— en su consulta por la revocación de mandato; supongamos, de nuevo, que sus designios se impusieran, y la regenta terminara en la boleta presidencial de 2024.

Supongamos que ganara, supongamos que perdiera. En el primer escenario —y aunque la victoria de la oposición fuese arrolladora— quien no ha podido demostrar que tiene ideas propias ni soluciones realistas para los problemas que enfrenta. Ahora se deja querer, levanta la mano, se pone un uniforme de beisbolista si es necesario. Cualquier cosa, con tal de obtener la candidatura. ¿Qué hará, cuando —oficialmente— la obtenga y tenga que luchar en contra de sus adversarios?

¿Qué podrá hacer? ¿Cómo explicar —y justificar— en el futuro las políticas con las que ella misma no ha estado de acuerdo? Quien llegue a la Presidencia por el partido oficial, en 2024, se verá obligado no sólo a respaldar los acuerdos con los gobiernos anteriores —¿se atreverían, por fin, a tocar a Peña?—, sino también las decisiones que en estos momentos se siguen definiendo. ¿Qué tanto le afecta el subsecretario a quien tiene planes viables? ¿Estará dispuesta, la jefa de Gobierno, a seguir defendiendo a López-Gatell? ¿Qué tanto le afecta al margen de maniobra?

¿Qué podrán cambiar, qué se podrá corregir? ¿Qué tanto pesará —en un partido que pretende seguir nadando entre tiburones— la figura de quien percibe como una pérdida cualquier intención de discutir sobre su legado? ¿Cuál sería el margen de maniobra de una persona así? ¿Cuáles podrían ser las  propuestas de un hombre que no supo entender el momento en el que le tocó el poder, y se ha empeñado en regresar a una realidad de hace cuarenta años?

¿Qué tanto podría —y a cuánto llegaría el atrevimiento— de quienes se han asumido como los garantes fifís de una democracia que la sociedad misma no les reconoce? El periodismo no es tan sólo un repositorio de intenciones, sino también el momento específico en el que las intenciones confluyen para hacer sentido: el momento en el que la realidad se intercala con la sociedad. Un momento específico, un instante en el que todo hace sentido: con las costumbres de casa las definiciones ideológicas no sólo se diluyen, sino que los motivos personales terminan por olvidarse.

Los lugares a los que acudíamos en busca de un entorno común se diluyen, la esperanza que conservamos se concreta en lo que tuvimos, y no en lo que llegaríamos a ser. Estamos, como siempre lo hemos estado, nadando entre tiburones.

Tiburones enfocados —depredadores que acechan en lo corto— que han sido capaces de identificar, en el debate cotidiano, las deficiencias de quien tan sólo cuenta con la tribuna pública. ¡Bravo!, dirá quien no cuenta con más argumentos que el puesto de su propia realidad; ¡Bravo!, repetirá —incansable— quien no tenga más sustento que el de apoyarse en sus propias palabras. ¿Y si nos animamos, y cambiamos el mundo?

¿Es limpia la energía hidroeléctrica?

 

Pascal Beltrán del Río
 
 
Bitácora del director
 
 
 

En su conferencia del viernes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió contra quienes critican su iniciativa de contrarreforma eléctrica por considerar que promueve la utilización de fuentes contaminantes de energía.

“La iniciativa que envié de reforma a la Constitución es la transición energética, en efecto, el que se vayan utilizando cada vez más energías limpias, no contaminantes y que garanticemos esa transición de manera ordenada, pero no como un parapeto para beneficiar a hombres de negocios, para llamarlo amablemente, porque realmente son delincuentes de cuello blanco, saqueadores que engañaron con lo de las energías limpias para hacer negocios sucios”, afirmó el mandatario.

Argumentó que los impulsores de la participación privada en la generación de energía abandonaron las hidroeléctricas. “Es más —apuntó—, no se contemplaron como energía limpia. Imagínense eso, que la energía que se produce con agua no es energía limpia. Entonces la iniciativa que estamos enviando es que se consideren las hidroeléctricas como energía limpia (…) y estamos invirtiendo para modernizar 14 hidroeléctricas cambiando turbinas y equipos para producir el doble de lo que se produce actualmente”.

Pero, ¿es realmente limpia la energía que generan las plantas hidroeléctricas? Estudios recientes muestran que no es así. Y, además, que la producción de electricidad con agua resulta más cara que con aerogeneradores.

Revisé dos investigaciones al respecto. La primera, realizada por la Universidad Estatal de Washington y publicada en noviembre de 2016, encontró que 267 grandes presas en diferentes partes del mundo son responsables de 1.3% de los gases de efecto invernadero que empujan el cambio climático, pues generan grandes cantidades de metano.

El segundo, publicado en la revista de la Public Library of Science, en septiembre de ese mismo año, con base en un estudio realizado por el Instituto de Ingeniería Ambiental de Zúrich (ETH, por sus siglas en alemán), descubrió que la huella de carbono de mil 500 centrales analizadas, que producen 43% de la energía hidroeléctrica mundial, es incluso mayor que el de las de energía térmica. La primera investigación fue conducida por los especialistas ambientales estadunidenses Bridget R. Deemer y John A. Harrison y la segunda por los suizos Laura Scherer y Stephan Pfister.

Hasta hace unos 15 años, se pensaba que la electricidad producida por agua era limpia porque utiliza una fuente renovable. Sin embargo, el conocimiento científico adquirido en ese lapso ha desmentido esa impresión.

La razón es que las presas concentran gran cantidad de desechos biológicos y nutrientes, provenientes de los cauces de agua que los alimentan, los cuales se transforman en gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono y metano. En climas calurosos, la cantidad puede ser mayor.

Las centrales hidroeléctricas potencian ese proceso porque el uso de turbinas remueve los desechos de las presas y liberan de manera más rápida los gases producidos, una parte de los cuales no salen a la superficie en presas que no están equipadas para producir energía. En el mundo hay aproximadamente un millón de presas artificiales y la creencia de que la energía hidroeléctrica es limpia llevó a la construcción de miles más para reducir la dependencia de energías fósiles. Sin embargo, en 2010, la Organización de las Naciones Unidas estableció guías para medir la emisión de gases de efecto invernadero en presas construidas por el hombre. Además, “el desarrollo irresponsable de centrales hidroeléctricas ha llevado a la extinción de especies”, dice la asociación American Rivers, que sostiene que sí se puede aprovechar la energía hidroeléctrica sin necesidad de construir o equipar presas.

“Debemos estimular el desarrollo responsable al tiempo de hacer responsables a desarrolladores y autoridades por el impacto ambiental”, dice el grupo ecologista en su página web.

Dado que el gobierno se propone aumentar la cantidad de energía hidroeléctrica, valdría la pena que la iniciativa a debate tome en cuenta los factores anteriores y no contribuya a distorsionar la realidad.

Escudriñar el pasado

Escudriñar el pasado (I)

Pascal Beltrán del Río
 
Bitácora del director
 
 

Por estos mismos días de octubre, hace 48 años, la vida pública de Guadalajara había sido trastocada por los secuestros del empresario Fernando Aranguren Castiello y del cónsul honorario del Reino Unido, Anthony Duncan Williams.

Ambos fueron plagiados por sendos comandos de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la mañana del miércoles 10 de octubre de 1973. Aranguren, cuando se dirigía en su vehículo a la fábrica en la zona industrial de Zapopan, y Duncan Williams, en su propia casa, mientras desayunaba con su familia.

En un comunicado que fue dejado en una escuela religiosa de la colonia Chapalita, la Liga asumió la responsabilidad de los secuestros y exigió, para liberar al industrial y al cónsul, que el gobierno del presidente Luis Echeverría liberara a 51 presos políticos, que debían ser trasladados a Corea del Norte, así como la entrega de 200 mil dólares.

La familia de Aranguren –un líder empresarial joven y visionario, que a los 31 años había llegado a la presidencia del Centro Empresarial de Jalisco– accedió de inmediato a pagar el rescate.

Sin embargo, el viernes 12 de octubre, dos días después de los secuestros, el gobierno federal fijó su postura por medio del procurador General de la República, Pedro Ojeda Paullada: “No pactamos con criminales”. Los presos no serían liberados.

En un lapso de seis meses, entre noviembre de 1972 y mayo de 1973, el gobierno había cedido a las exigencias de quienes tomaron como rehenes a los pasajeros de un avión de Mexicana de Aviación y de quienes secuestraron al cónsul estadunidense en Guadalajara, Terrance Leonhardy. Y a pesar de que el país aún no se reponía del asesinato, por parte de la propia Liga, del empresario regiomontano Eugenio Garza Sada, apenas un mes antes, la política del gobierno dio un giro implacable.

El 14 de octubre, la capital de Jalisco se llenó de policías traídos desde la Ciudad de México. Dos helicópteros sobrevolaban constantemente. Asustados, los captores del cónsul lo soltaron cerca de su casa, amarrado y encapuchado. Su liberación hizo crecer la esperanza de que Aranguren también sería liberado, pero eso nunca ocurrió.

En la capital, Echeverría encabezó ese domingo un mitin con Zócalo lleno para mostrar músculo político y confirmar que no habría negociación.   

“Ya está claro que el Presidente no dará su brazo a torcer, así que hagan lo que tengan que hacer”, dijo Aranguren a sus captores antes de recibir el disparo que lo mató, la madrugada del martes 16, de acuerdo con lo que me relató un exmiembro de la Liga en una entrevista en 2001. El cuerpo del empresario fue abandonado en la cajuela de un vehículo, en la colonia Arcos Vallarta, donde no fue descubierto, sino hasta el 18 de octubre.

“La muerte de Aranguren conmocionó a la ciudad, que se puso de luto”, recordó el diario El Informador en 2010. “Escuelas y empresas cerraron sus puertas y cientos de hogares colgaron un moño negro en la puerta en señal de duelo”.

Importa tener este relato en la memoria en momentos en que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se dispone a instalar la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990, creada la semana pasada por un decreto publicado en el Diario Oficial.

El periodo que cubre el encargo de la comisión no es anodino. En 1965 ocurrió el asalto al cuartel militar de Madera, en la sierra de Chihuahua, que inspiró a los grupos guerrilleros que tuvieron su mayor actividad en los años setenta. Y en el bienio 1988-1990, se dieron decenas de asesinatos de miembros del Frente Democrático Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, antecedentes de Morena.

Si bien es cierto que lo sucedido en ese cuarto de siglo merece ser escudriñado, por la violencia ilegal con que el gobierno respondió a la guerrilla, no deben quedar fuera de la revisión y la búsqueda de justicia los hechos de sangre cometidos por los alzados contra personas inocentes a quienes veían como sus enemigos ni los ajustes de cuentas que hubo entre ellos mismos, como veremos aquí mañana.

 

Escudriñar la historia (II)

Pascal Beltrán del Río
 
Bitácora del director
 
 

 

Un día le pregunté a El Tom de Analco qué había pasado con el compañero Pacholo”, me relató Jesús Morales Hernández, exmiembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre, en una entrevista en 2002.

“Me respondió riendo: ‘Él y su esposa están viendo crecer los rábanos’”.

Alberto Ramírez Flores, Pacholo, y su esposa María Constancia Caraballo, La Cony, habían estado en Colima, visitando a la familia de ella, a finales de noviembre de 1973. En los primeros días de diciembre, un policía tocó a la puerta de la casa de la madre de Constancia para decirle que el auto de su hija había aparecido en Los Mochis, con impactos de bala.

Descendiente de republicanos españoles y tataranieta del exprimer ministro Antonio Maura, Constancia desapareció sin dejar huella, lo mismo que Alberto, su esposo. Ambos se habían conocido siendo estudiantes en la Universidad de Guadalajara. Ella de filosofía y letras. Él, de ciencias químicas. Por medio del Frente Estudiantil Revolucionario (FER), ambos ingresaron en la Liga Comunista 23 de Septiembre.

En una entrevista en febrero de 2002, su hermana Concepción me relató que Constancia fue llamada así por su abuela, Constancia de la Mora (1906-1950), aristócrata española que se unió a la causa de la República luego de casarse en segundas nupcias con Ignacio Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana. También fue gran amiga del poeta chileno Pablo Neruda, quien asistió a su entierro en Cuernavaca, lugar donde ella se exiliaría después del triunfo de los falangistas. Durante la Guerra Civil, Constancia envió a la Unión Soviética a su hija (la madre de Concepción y Constancia), a quien mandó traer una vez que recibió el asilo. Ella se casó con un agricultor veracruzano y al cabo de unos años la familia se mudó a Colima.

—¿Qué pasó con tu hermana? –pregunté a Concepción, después de publicar la entrevista con Morales Hernández.

—Ella y Alberto se casan en agosto de 1973 y desaparecen en noviembre o diciembre de ese año. No volvimos a saber nada, aunque habíamos escuchado las versiones de que fue ajusticiada por la Liga.

Pacholo y La Cony, como eran conocidos en la organización guerrillera, tuvieron a su cargo la custodia de Anthony Duncan Williams, el cónsul honorario del Reino Unido, plagiado por la Liga el 10 de octubre de 1973, en un doble secuestro que incluyó al empresario Fernando Aranguren.

Como relaté ayer en este espacio, el gobierno de Luis Echeverría se negó a negociar con los secuestradores –que pedían la liberación de 51 presos políticos y un rescate de 200 mil dólares– y eso llevó a la organización a decidir la ejecución de los rehenes. Aranguren fue asesinado la madrugada del 16 de octubre, mientras se desarrollaba una cacería policiaca por aire y tierra en Guadalajara. Sin embargo, Duncan Williams fue liberado antes por sus captores.

De acuerdo con la versión de Morales Hernández, el guerrillero Tomás Lizárraga Tirado –quien participó en el comando que secuestró al cónsul en su casa de la colonia tapatía Jardines del Bosque– supo de la desaparición de Alberto y Constancia o participó en ella. Apodado El Tom de Analco y de talante sanguinario, el sinaloense Lizárraga murió en un enfrentamiento con la policía en el Bosque de la Primavera, el 2 de marzo de 1977, cuando se había separado de la Liga y estaba formando su propia guerrilla. Por su expresión “están viendo crecer los rábanos”, se puede inferir que fueron asesinados.

“A El Tom le habían ordenado que los eliminara”, afirmó Morales Hernández, apodado El Momia en la Liga. “Ellos tenían la orden de matar al cónsul y no la cumplieron. Eso les costó la vida”, agregó el también exmiembro del FER.

“Ella sí estuvo involucrada en los hechos que usted relata (el secuestro de Duncan Williams)”, me dijo la hermana de Constancia. “Su desaparición golpeó muy duro a mi familia. Mi madre murió poco después. La familia de Alberto se acabó toda”.

Para ser completa, cualquier revisión que haga del pasado la Comisión para el Acceso a la Verdad, creada por decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador, debiera incluir –además de los actos de represión atribuidos a los órganos de seguridad del gobierno mexicano– las desapariciones y asesinatos de los que se responsabiliza a la guerrilla.

 

 

 

AMLO se pone en oferta

AMLO se pone en oferta

Francisco Garfias
 
Arsenal
 
  

¡Ándale! AMLO puso en oferta su salida de la Presidencia de la República: si en la consulta para la revocación de mandato, a celebrarse el 27 de marzo del 2022, la mayoría pide que se vaya, se irá, sin importar que la participación no alcance el 40% del padrón que se requiere para que los resultados sean vinculatorios. Lo dijo en la mañanera de ayer:

“Si la gente dice: no queremos que continúe el Presidente, me voy sin ningún problema; es más, aunque no se llegue al 40 por ciento…

“…Pero si se tiene el 30 y la mayoría, 51%, dice ‘cambio’, y el 49 dice ‘se queda’, me voy, porque no se puede gobernar un país como México sin autoridad moral, sin autoridad política”.

El Presidente esta convencido de que, aun así, la oposición llamará a no participar en la consulta.

“¿Cuál es el paso siguiente? decir ‘no participamos y llamamos a no votar, que nadie participe’, porque creen que los ciudadanos son borregos y van a decir meee…”, berreó.

Pero la oferta es demasiado atractiva como para que la oposición no acepte. El terreno está abonado para una derrota del Presidente, a juzgar por los resultados en los rubros de economía, salud y seguridad.

Si medimos el -0.1% de crecimiento económico el primer año de la 4T; y el -8.2% en el 2020, el año de la pandemia, por mucho que en el 2021 crezcamos 6.2%, el balance es negativo.

Datos del Inegi revelan que en el 2020 se cometieron en México 36 mil 579 homicidios. Si lo dividimos entre los 365 días del año nos da un promedio de 100 asesinatos al día.

La salud no va mejor. Cito textual datos del Coneval en lo que va del gobierno de López Obrador: “El porcentaje de población con carencia por acceso a los servicios de salud aumentó 12 puntos porcentuales, al pasar de 16.2% en 2018 a 28.2% en 2020. En números: 15.6 millones de personas están en esa situación.

Peor: el gobierno de “primero los pobres” aumentó la miseria. El Coneval cifró en 3.8 millones de nuevos pobres.

No son “otro datos”. Las cifras son oficiales. Si con el país como está y ni el PAN ni el PRI ni el PRD participan en la consulta, entonces, no merecen gobernar. 

*La imagen del día de ayer en Chilpancingo no fue la toma de protesta de la primera gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, sino el abrazo entre Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal. Los dos son morenistas. Los dos han tenido desencuentros de larga data; se han grillado mutuamente y traen la misma agenda: ser candidatos presidenciales en el 2024.

Ella es la jefa de Gobierno de la CDMX; él coordina la bancada guinda en la Cámara alta. Son lo que los franceses llamarían frères ennemis (algo así como enemigos cercanos).

El Abrazo de Chilpancingo, que el buen Joaquín López-Dóriga comparó con el de Acatempan, ocurrió gracias a los buenos oficios del senador Félix Salgado Macedonio, padre de la gobernadora de Guerrero y su tutor político.

Después del abrazo hubo un breve intercambio de palabras y una promesa de Ricardo a Claudia: te busco.

El Abrazo de Acatempan fue entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. Se produjo el 10 de febrero de 1821. Derivó en un pacto entre los dos militares que permitió la consumación de la Independencia. ¿En su versión 2021 derivará en otro pacto de no agresión entre los dos aspirantes a la candidatura presidencial? Es pregunta.

Por lo pronto, Monreal declaró que no le pesa que el Presidente le haya levantado la mano a Claudia Sheinbaum. “Estaré en la boleta. Tengo respeto por la jefa de Gobierno. Seguramente estaremos juntos en la final. La voy respetar siempre”, declaró a los reporteros locales.

Eso no le impidió criticar el método de las encuestas, que AMLO y Claudia consideran el más conveniente para elegir al candidato presidencial.

Dijo: “La falta de transparencia, la falta de información sobre el método desgastó las encuestas. Es conveniente buscar métodos más democráticos en Morena

¿Cuáles? Elección interna, elecciones primarias, elecciones con consulta a la base, elecciones abiertas donde la ciudadanía opine, puntualizó. 

*Nos llegó un SOS de integrantes de la Cooperativa Cruz Azul, que dicen luchar contra la “privatización de la empresa”. Se quejan de que el Poder Judicial les negó una petición de amparo que busca, dicen, combatir la ilegalidad de un fallo que reconoce a José Antonio Marín y Víctor Velázquez como “legítimos presidentes de la empresa”.

Reclaman a la SCJN que se revise el fallo. En representación de 504 socios cooperativistas firman el SOS Federico Sarabia y Alberto López.

Los fantasmas de la revocación de mandato

 

Francisco Garfias
 
Arsenal
 
 

El mundo al revés. Mientras la oposición le pone trabas a la Ley de Revocación de Mandato, que pondría en juego prematuramente la permanencia de López Obrador en el cargo, el Presidente la empuja con todo, convencido de que tiene el apoyo del 70% de la población.

Los coordinadores parlamentarios de la coalición PAN-PRI-PRD en la Cámara de Diputados presentaron ayer una acción de inconstitucionalidad contra esa ley. Piden que se devuelva al Congreso para modificar la pregunta que se hará a los ciudadanos y se elimine la palabra “refrendar”, que sienten amañada. No perciben el novedoso ejercicio como una oportunidad para echar a López Obrador de Palacio Nacional, sino como un ejercicio para posicionar a la Cuarta Transformación.

Jorge Romero, coordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, justifica la judicialización de la controvertida ley por la  “ampliación indebida” de la pregunta. “En lugar de preguntar simple y categóricamente si se debe o no revocar el mandato —como señala la Constitución— la desnaturaliza, ampliando la pregunta a sí debe ratificarse en el mandato”, señaló.

Su homólogo del PRD, Luis Espinosa Cházaro fue más lejos. Para él, la acción de inconstitucionalidad es un no a un gasto excesivo (4 mil millones de pesos) y un sí a la Constitución. El priista Rubén Moreira coincidió que el espíritu de la revocación de mandato, que contiene la Constitución, no es el de dar un refrendo al Ejecutivo. “Por eso la impugnación a la pregunta”, puntualizó.

La consulta es presentada por el gobierno como un ejercicio de democracia participativa. Se llevará a cabo el 27 de marzo de 2022, si logra reunir el 3% de las firmas de ciudadanos registrados en el padrón electoral. Para que sea vinculatorio su resultado, se requiere la participación del 40% de los votantes registrados .

Dice la pregunta aprobada: ¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?

* Al Partido del Trabajo, el aliado peor tratado de la coalición Juntos Haremos Historia, ya sólo le quedan cuatro senadores. El “brinco” de Nancy de la Sierra y Alejandra León Gastélum al llamado grupo plural, que comanda el expanista Germán Martínez, deja legalmente a los petistas al borde de la disolución como grupo parlamentario.

Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena, ya los auxilia para que no pierdan las prerrogativas legales y financieras de los grupos parlamentarios. Cobra fuerza la versión de que de un momento a otro se anunciará que la senadora morenista Gricelda Valencia pasará a formar parte de la bancada petista. No hay duda de la habilidad de Monreal para ganar aliados para su causa.

* Más de la Cámara alta: a los cinco senadores del llamado  grupo plural —los quieren llamar “asociación”— ya les asignaron escaños. Los pusieron en la última fila.

Tendrán voz, pero no voto en la Junta de Coordinación y la Mesa Directiva. No serán reconocidos como Grupo Parlamentario, confirmó el propio Monreal. 

Ya fueron notificados que serán recibidos por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. El encuentro se dará en el marco del diálogo permanente, constructivo, cortés y propositivo que ofreció el funcionario durante su comparecencia en el Senado.

De acuerdo con la carta que los “cinco magníficos” le enviaron para pedirle la cita, le quieren plantear dos temas fundamentales: la violencia que no cesa en el país y la reforma eléctrica del Ejecutivo.

* Uno de los obstáculos más complicados para la sobrevivencia de la alianza Va por México será la elección de candidatos en las elecciones por venir.  

El PRD, vía Jesús Ortega, propone elecciones primarias a sus aliados del PRI y el PRD: cada partido saca su mejor aspirante y luego compiten entre ellos. “Pueden ser militantes o pueden ser ciudadanos”. puntualizó. Ortega, por cierto, ve muy sólida la alianza Va por México, pero reconoce que, si el PRI da los votos para aprobar la reforma eléctrica en el Congreso, “dañaría casi irremediablemente”, en el corto plazo, la alianza. Ojalá se imponga la sensatez”, manifestó.

Chucho precisó que el PRD no quiere una reforma neoliberal en la industria eléctrica, pero tampoco que regrese el monopolio estatal. “Queremos una reforma que no quite la rectoría al Estado, pero que permita la inversión privada nacional y extranjera, que garantice la electricidad a bajos precios”, puntualizó.

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