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Historia y Cultura

Balance de la precampaña

 

Ruth Zavaleta Salgado

Ruth Zavaleta Salgado

Zurda

 

Acabaron las precampañas y con el cambio de discurso de Xóchitl Gálvez se vio muy claro que habrá “tiro” entre las candidatas, pero no queda claro qué papel asumirá Jorge Álvarez Máynez, toda vez que la propaganda de Movimiento Ciudadano, durante todo el periodo de precampaña, mantuvo una línea discursiva de combate en contra de los partidos del PRI, PAN y PRD que conforman la alianza opositora.

Por los desencuentros políticos en Nuevo León fue natural que el gobernador Samuel García hiciera extensiva su confrontación con esos partidos durante el corto periodo en el que intentó, sin éxito, ser el precandidato presidencial de MC, pero no se entiende que los actores que se dicen representar “la nueva política”, como el propio Jorge y Salomón Chertorivski Woldenberg, precandidato de la Ciudad de México, abanderen el mismo discurso de descalificación, y con ello, tal vez sin ser ese su objetivo, beneficien a Morena y sus aliados, cuyo máximo representante es el autócrata Presidente de la República.

Ya veremos durante la campaña las verdaderas intenciones de estos dos reconocidos políticos que, por su edad, podrían cautivar al difícil sector de los jóvenes, por el momento, cabe reconocer que no sólo Xóchitl cambió la forma de dirigirse al electorado y se le ve más empoderada en su nueva reconstrucción como opositora, sino que también Claudia cambió el tono de su discurso, aunque en el fondo, mantuvo la línea de la continuidad. Se le nota más segura, aunque eso se verá, si es cierto, cuando participe en los tres debates que el INE decidió que sean obligatorios (la ley marca sólo dos). Mucho se ha especulado que no se presentará porque las encuestas de hoy marcan que tiene una amplia ventaja en las preferencias electorales, pero no se nos olvide que, en el proceso electoral por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México sí se presentó a debatir contra Alejandra Barrales, y ciertamente, no fue con las manos vacías, además, otra candidata hizo el triste papel de esquirol a su favor ¿Jorge Álvarez se prestará a hacer lo mismo?

Esto lo vamos a saber el 7 de abril, en el primer debate, mientras tanto, hay un periodo de intercampaña (hasta el 29 de febrero) que servirá para que los ciudadanos descansemos de la anticipada propaganda de la precampaña, y también para que los contendientes afinen sus estrategias y el contenido de sus discursos para la que será la “madre” de todas las elecciones hasta hora vivida en México.

A propósito de la magnitud de cargos a elegir, resulta preocupante la crisis que no termina de resolverse en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que, desde 2016 ha cambiado seis veces de responsable de la presidencia y en este momento se encuentra sesionando con sólo cinco de los siete magistrados, porque la mayoría de Morena en el Senado se opone a votar las ternas que envió la Suprema Corte de Justicia de la Nación para cubrir las dos vacantes. Además, por la misma razón, tampoco las cinco salas regionales ni las magistraturas locales están operando con el total de sus integrantes. Esto vulnera la legitimidad de las decisiones de los tribunales electorales porque son órganos creados para operar colegiadamente, precisamente, para dar certeza a la legitimidad de las representaciones políticas. Incluso, el Tribunal Electoral es tan importante que es la última instancia para confirmar a quién gana la contienda presidencial.

En ese contexto, si bien ya inició el periodo de intercampaña, el ambiente político seguirá siendo de confrontación, porque el 1° de febrero inicia el periodo de sesiones ordinarias del Congreso y lo que se sabe es que Morena no va a ceder para realizar los nombramientos de magistrados, sino por el contrario, el presidente López Obrador ya amenazó con presentar varias iniciativas de reformas el 5 de febrero, tanto para desaparecer órganos autónomos como para otros asuntos que no ha dado a conocer con certeza, pero no cabe duda que estarán relacionados con su permanente e ilegal injerencia electoral para mantener el poder político más allá de su sexenio.

 

 
 
 

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Claudia y Xóchitl: ¿enganchadas al Presidente?

 

 

Ivonne Melgar

Ivonne Melgar

Retrovisor

 

La precampaña concluyó con la novedad de que el Presidente de la República ha decidido escribir la agenda de la disputa electoral del próximo 2 de junio.

Además de fijar la discusión mediática cada mañana y de ser exaltado cotidianamente por Claudia Sheinbaum, López Obrador quiere dictar el proyecto del sexenio siguiente.

Nos referimos al paquete de reformas que el mandatario enviará al Congreso y cuyo contenido pretende cancelar el tinglado institucional del régimen que hoy somos.

Y es que el Presidente quiere despedir a los ministros de la Corte (SCJN), enterrar a 10 organismos autónomos y revivir la mutilación del INE que se le frustró en 2022.

A la destrucción de los contrapesos al poder presidencial que se diseñaron en el último cuarto de siglo, López Obrador agrega la oferta de pensiones del 100 por ciento.

Se trata de una ilusión electoral con la que el jefe del Ejecutivo busca confrontar a la oposición, sabedor de que un cambio de esa naturaleza es financieramente inviable.

Pero el objetivo es político: acaparar desde Palacio Nacional la conversación del voto, fijando un rumbo de futuro que aplaste la agenda de seguridad y corrupción de sus críticos.

 

 

  

Estos propósitos presidenciales podrán cumplirse este mes y en febrero, mientras los precandidatos se sujetan al silencio de la intercampaña, que les prohíbe hacer propuestas.

Hay que recordar que el último periodo legislativo de este sexenio, a iniciar en dos semanas, concluirá el 30 de abril. Serán 89 días de enfrentamiento parlamentario.

El duelo será entre diputados y senadores de Morena, PT y PVEM, que harán campaña con las ilusiones presidenciales y los del PAN, PRI y PRD, obligados a responder con una estrategia.

Esa pelea parlamentaria coexistirá por dos meses –marzo y abril– con la campaña presidencial, cuando Álvarez Máynez, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum ya sean candidatos.

Sería una pena que para mayo el tiempo del debate electoral se haya perdido en la pirotecnia de lo que no fue ni será.

¿Tendrán el talento las candidatas de formular sus propias ofertas de futuro desde el arranque formal de la competencia?

Hago la pregunta en femenino, porque el mensaje del abanderado de MC se circunscribió en golpear al frente Fuerza y Corazón por México. Pésima noticia para la democracia mexicana constatar que una fuerza política que se preparó para darle contenido a la contienda de 2024 termine siendo comparsa del oficialismo.

Descubrimientos aparte, la duda es qué capacidad política y emocional tendrán las candidatas para cautivar electores sin entramparse en la retórica presidencial.

En la precampaña, Xóchitl Gálvez resolvió confrontarse con la oferta de continuidad de Claudia Sheinbaum y con su jefe de campaña, el presidente López Obrador.

Descalificada desde Palacio, donde en 2023 se formuló la propaganda negra en su contra, la candidata de la oposición decidió que sería ella quien le respondería al mandatario.

En la actual veda, estrategas de las dirigencias partidistas y de la marea rosa tendrán que construir con Xóchitl la manera de no volverse rehenes de la agenda presidencial.

El reto de la ingeniera Gálvez es conseguir que inseguridad, insuficiencia en la política social y corrupción se antepongan a la polarización legislativa antisistema que impulsa López Obrador.

Además de presentar propuestas convincentes, ahí donde el gobierno fue deficitario, la coalición PAN-PRI-PRD y su candidata tienen el desafío de ciudadanizar la campaña.

Sin una estructura de activismo electoral xochilover, en mancuerna con los partidos de oposición, la maquinaria que promueve los programas sociales como dádiva presidencial terminará aplastando la resistencia ciudadana que apuntaló a la senadora.

Y si bien esa maquinaria trabaja para Claudia Sheinbaum, cabe preguntarse qué tanto le beneficia a su campaña que ese arropamiento gubernamental sea sinónimo de abuso de poder y despilfarro de recursos.

Al margen de las posibles conclusiones de ciudadanos, por ejemplo, aún indecisos de su voto, lo evidente es que la abanderada de Morena decidió que su precampaña sería una defensa de la gestión presidencial. A la repetición diaria de primero los pobres; no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, y no robar, no mentir y no traicionar, Sheinbaum agregó el lema de que ella quiere construir el segundo piso de la transformación.

Adicionalmente planteó el dilema de “transformación o corrupción”. Es decir, el campo semántico en el que se mueve la morenista no ha tenido ningún término propio.

Las novedades agregadas por la exjefa de Gobierno de la CDMX al mensaje proselitista fueron las expuestas en las conferencias mañaneras sobre las reformas pendientes. Así que, a diferencia del pasado previo a la alternancia del 2000, cuando el sucesor era definido por el mandatario, hoy la candidata de la coalición gobernante aún no tiene una propuesta propia.

Se alegará que la precampaña no permite legalmente hablando presentar ideas sobre un futuro posible y que justo ahora llegó la hora de prepararlas. Y, al igual que su contrincante, el reto de la científica será actuar como tal y dibujar un horizonte de democracia moderna, ajena a la propaganda de ilusiones inviables.

Porque una vez que Claudia sea candidata, estará menos sujeta a los condicionamientos presidenciales y podrá acuñar una oferta en la que paulatinamente deje de repetir y aplaudir las consignas de Palacio. El desafío de la morenista y de su primer círculo será encontrar la ruta para diluir la agenda de López Obrador en una propia que pueda afrontar el contraste opositor ahí donde la continuidad no es buena noticia.

Claudia, el plan C y la capitulación de Marcelo

 

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

 

Claudia Sheinbaum es la opción de “más de lo mismo”. Ya avisó que va por el plan C de López Obrador. Lo hizo sin vericuetos en su mitin de cierre de precampaña, celebrado la tarde de ayer en el Monumento a la Revolución.

El plan C, según su autor, incluye la desaparición de la SCJN “que está podrida”, la elección en urnas de jueces, magistrados y ministros, la militarización de los mandos de la Guardia Nacional y el sometimiento del INE.

Pero también la eliminación de los órganos autónomos como el Inai, la Cofece, la CRE y el Instituto Federal de Telecomunicaciones, “que no sirven para nada”, dijo el Presidente.

Afortunadamente, para concretar ese plan es necesario contar con una mayoría calificada —dos tercios de los legisladores en las dos cámaras— que el oficialismo no tiene.

De allí el llamado implícito a votar por los candidatos de la coalición oficialista en las elecciones para renovar el Congreso.

Muy sonriente se veía ayer a la exjefa de Gobierno de la CDMX. En su discurso reflejó un optimismo desbordado:

“Ganamos la precampaña. La distancia entre nosotros y el segundo lugar es, en el peor de los escenarios, veinte puntos de diferencia”.

 

 

 

 
 
 
 
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* La precandidata tenía otro motivo para celebrar. Las corcholatas que le disputaron la candidatura presidencial estaban todas allí. Le aplaudían y le gritaban a coro: “¡Presidenta! ¡Presidenta!”.

Hablamos de Marcelo Ebrard, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal, el petista Gerardo Fernández Noroña y el verde Manuel Velasco.

Pero también de los jefes de los partidos de la coalición y los allegados a la doctora: Omar García Harfuch, Ernestina Godoy, Santiago Nieto y Elena Poniatowska.

* Fue la asistencia de Marcelo, gorra y camisa guinda, la que más llamó la atención. Lo sentaron en primera fila. A dos lugares de la precandidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia.

Fue el exaspirante presidencial que más cerca estaba de Claudia en el mitin. Había que demostrar “la unidad” no sólo en el discurso, sino también en los hechos.

La capitulación de Marcelo se rubricó con una poderosa imagen: el abrazo a Sheinbaum.

Alguien en Palacio Nacional sonrió con la escena.

Entre la tropa morenista no faltó quien se mostrara sorprendido por la presencia del excanciller en el mitin. Fue el único que impugnó oficialmente el proceso interno que culminó con la entrega del “bastón de mando” a la exjefa de Gobierno de la CDMX.

Marcelo habló entonces de irregularidades; exigió que se repitiera la elección interna, amenazó con abandonar Morena. Pero fue inútil. Ni caso le hicieron.

No voy a salir del tema sin antes hacer énfasis en que la fuerza del aparato del Estado se sintió en el evento. Muchísimos autobuses estacionados alrededor del Monumento a la Revolución eran mudos testigos del tamaño de acarreo.

* Está confirmado. López Obrador detesta los contrapesos. Ayer anunció que en el paquete de iniciativas que enviará al Congreso, el 5 de febrero, va una para desaparecer “todos” los organismos autónomos.

“No vamos a seguir manteniendo esos organismos facciosos, onerosos, antipopulares”, dijo el Presidente.

El uso de la palabra “todos” provocó confusión. López Obrador sólo mencionó al “Instituto de las Telecomunicaciones” (IFT), pero en la lista de sentenciados están el Inai, la Comisión Federal de Competencia Económica y la Comisión Reguladora de Energía.

* Poco después de que concluyera la mañanera en Palacio Nacional se produjo un posicionamiento del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena en el edificio de junto (la SCJN). Durante la ceremonia de toma de protesta de las nuevas juzgadoras y juzgadores, en sesión solemne conjunta de los plenos de la SCJN y del Consejo de la Judicatura, el citado ministro dijo:

“La función judicial implica decidir lo justo, no lo más popular. De ahí la naturaleza del Poder Judicial Federal como árbitro, como contrapeso y como órgano contramayoritario”.

Gutiérrez Ortiz Mena pidió a los nuevos jueces y magistrados seguir dos principios rectores en su actuar cotidiano: la imparcialidad y la independencia.

“Imparcialidad al emitir su veredicto, independencia respecto de otras instituciones y otros Poderes”, puntualizó.

* Ya que estamos. El Poder Judicial le provocó otro dolor de cabeza al titular del Ejecutivo. Un tribunal federal concluyó que es inconstitucional el decreto mediante el cual se quitó al Servicio de Administración Tributaria el control de las aduanas para ponerlo en manos de la Secretaría de Marina.

 

 

 

 

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Al diablo con las instituciones, versión 2024

 

 

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

 

Nunca tuvo más vigencia la consigna “al diablo con sus instituciones”, patentada en 2006 por Andrés Manuel López Obrador.

Su iniciativa de desaparecer diez órganos autónomos, creados como contrapeso al Poder Ejecutivo durante la transición, tiene mucho que ver con esas inolvidables palabras.

En la lista de los organismos sentenciados por López Obrador está, en primerísimo lugar, el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).

Dice El Peje que el Instituto de la Transparencia “no sirve para nada” y que cuesta mil millones de pesos anuales. Aquí va una lista de los casos de corrupción que el Inai ha ayudado a destapar:

Odebrecht, Casa Blanca, Estafa Maestra, Estela de Luz, Segalmex, Toallagate, Agronitrogenados, Vitol, Paso Express, García Luna, Línea 12 del Metro.

¿No sirve para nada? ¿En serio?

Julen Rementería, coordinador de la bancada del PAN en el Senado, desbarató el argumento palaciego de que el Inai es muy caro. La transparencia cuesta anualmente a los contribuyentes 8.7 pesos al año. Lo confirmamos en el Inai.

 

 

 “Sale más caro comprar un volován y una Coca que el derecho al acceso a la información”, ironizó el senador del PAN.

En la lista de organismos sentenciados está también el IFT, encargado de supervisar redes, prestación de servicios de telecomunicación y radiodifusión; la CRE, que coordina y supervisa las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de gas natural y gas LP; y la Cofece, que garantiza la competencia y la libre concurrencia, para que los mercados funcionen eficientemente en favor de los consumidores.

* La iniciativa no tiene posibilidades de avanzar en esta legislatura. El oficialismo no tiene la mayoría calificada –dos tercios de los legisladores presentes– que esa reforma constitucional requiere.

¿Qué busca entonces?

“Es la típica acción de López Obrador para distraer en los escándalos de corrupción de sus hijos, pero también del desastre en materia de seguridad que vivimos”, dice el senador del Grupo Plural, Emilio Álvarez Icaza.

Su colega de bancada, Germán Martínez, coincidió:

“Más que reformas, es ruido a la aburrida campaña de Claudia, (López Obrador) no sabe vivir con quienes piensan libre y diferente. Le encanta vivir en el pleito”.

Álvarez Icaza, por cierto, recibió ayer imágenes de lo que pasa en Chiapas: cuerpos destazados, decapitados, mutilados, cerca de Motozintla.

“Es un ejemplo de lo que pasa en este país, donde éste ha generado una condición para pasar del crimen organizado al crimen autorizado”, puntualizó.

* Hay novedades en los frentes políticos. El chapulineo está a la orden del día. Ahora fue Eruviel Ávila, exgobernador priista del Estado de México, el que dio el brinco a la “gran familia verde”.

El anuncio de su adhesión formal al PVEM, aliado de Morena, lo hizo en un evento público que la dirigencia nacional de ese partido le organizó en su tierra de origen: Ecatepec.

Su ingreso al oficialismo lo acompañó con un llamado a apoyar a la precandidata presidencial del oficialismo: Claudia Sheinbaum.

“Estoy convencido que la próxima presidenta de la República será una científica, una mujer egresada de la UNAM, con maestría, con doctorado, investigadora, preparada… Hasta donde tope hay que irnos con Claudia Sheinbaum”, dijo.

Las vueltas que da la vida, diría la gran Gloria Estefan.

* Una corta: la senadora Josefina Vázquez Mota se registró ayer como candidata a diputada federal por mayoría relativa, en el distrito 18, Huixquilucan, Estado de México.

* Talleres Gráficos de México es un organismo público, descentralizado, de la Secretaría de Gobernación, especializado en las artes gráficas. Brinda sus servicios a los sectores público, privado y social: cuenta con infraestructura tecnológica adecuada para cumplir sus necesidades de impresión tales como: informes anuales, libros, ediciones facsimilares, revistas, gacetas, periódicos, folletos. Corre la versión de que ahora también va a imprimir boletas electorales.

El Instituto de Elecciones Participación Ciudadana de Chiapas pretende adjudicar a sus talleres, de manera directa –y no mediante licitación, como marca la Ley–, la impresión de toda la paquetería electoral para la elección de junio del 2024, dicen las fuentes.

El cierre de Claudia

 

El cierre de Claudia

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

Voy caminando por la calle de La Fragua absolutamente atiborrada. “¡... a la bim, bom, va… Claudia, Claudia, ra, ra, raaa!”... El coro, la porra, la están entonado voces exclusivamente masculinas. Se me pone la piel chinita. Ya son ellos… sí, ellos, los que se organizan para echar su porra y la ensayan con visibles ganas antes de que llegue su candidata. Ellos, los hombres. Porque las mujeres guindas están felices de tenerla como candidata. Pero ahora ya también los vi a ellos, no a los de la élite morenista, no: a los de la calle. Vendrán con su contingente, pero están emocionados. Les dieron su convocatoria, pero quieren verla de cerquita y hacerle sentir su apoyo. Llegó con los de su alcaldía, pero trae a su niña en brazos y se apresta en la valla para intentar tomarse los tres una foto con ella: con Claudia.

Atrás del escenario principal, donde están los invitados especiales, se sienten los 20 puntos de ventaja que reportan las encuestas. Hombres y mujeres de la élite morenista se mueven, se saludan, sonríen, se abrazan, grillan, tratan de averiguar por dónde llegará y subirá la candidata. Preguntan a los organizadores: ¿por el lado izquierdo? ¿Por el derecho? La valla por la que entrará está ya puesta por el centro de la plancha del Monumento. Y, mientras ella llega, miran a dos personajes que también esperan su arribo: Marcelo Ebrard (que sorprendió llegando al evento) y Omar García Harfuch (a quien no paran de pedirle selfies).

Claudia arriba a la plaza. En el templete están todas las antiguas corcholatas. El abrazo con Marcelo. Claudia sabe que la foto es nota. Pero también sabe (se ve que lo sabe y que lo siente) que ya es la dueña de este carro en movimiento. El discurso y la celebración: “Ganamos la precampaña”, dice ella al micrófono y el público aplaude, grita y se entusiasma. Estalla el canto. En el templete se ponen de pie y empiezan a corear con el puño en alto. Y aunque le costó trabajo, Ebrard terminó también coreando: “¡Presidenta, presidenta!”.

En esta precampaña, Claudia Sheinbaum se reunió con más de 800 mil militantes y simpatizantes de su partido en 82 municipios de toda la República Mexicana. Repitió giras en varios estados. Además de su militancia, sostuvo reuniones con colectivos, con empresarios y con sectores productivos en todos ellos. Concedió entrevistas a medios de cada estado y a muchos medios internacionales.

Con una plaza y sus calles absolutamente llenos, Claudia sabe que empieza otro momento para ella, para su campaña y para el futuro de su movimiento. “¡Estoy lista! Hagamos realidad a la primera mujer presidenta de México”.

Y sí, Claudia Sheinbaum es la candidata de ese movimiento que nació hace poco más de 12 años como el proyecto político de López Obrador, lo cierto es que ya es un partido, una maquinaria que ha crecido exponencialmente y ha adquirido vida propia. Algunos lo ven y lo entienden. Otros no tanto. Unos darían genuinamente su vida por la camiseta guinda y por lo que AMLO ha representado en su imaginario. Pero otros aprovechan la sombra que provee (como la da cualquier cosa gigantesca) para moverse con contorsiones peligrosas y cuestionables. Y por ello, paradójicamente, los obstáculos que pueda atravesar la campaña de Morena en los próximos meses provengan de Morena misma y sus palacios.

En esas aguas de emoción, contraste y turbulencia ha navegado y tendrá que navegar ella, Claudia Sheinbaum. Y aunque hasta el día de hoy ha sido muy hábil para conservar y administrar su ventaja en las encuestas, viene el periodo en el que tendrá que demostrar qué es lo que México puede esperar si ella se convierte en la primera mujer en portar la banda presidencial… Por lo pronto, según pude ver, ha logrado que los hombres también griten emocionados: “¡Presidenta!”.

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