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Historia y Cultura

Caja de resonancia

Caja de resonancia

Pascal Beltrán del RíoBitácora del director
 
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Desde que comenzó a elegirse al jefe de Gobierno capitalino, éste fue de un partido distinto al del Presidente de la República hasta 2018. Antes de 1997, la máxima autoridad de la Ciudad de México era el jefe del Departamento del Distrito Federal (DDF), también conocido como regente.

En los tiempos del PRI, ese cargo formaba parte del gabinete, por lo que quien lo ocupaba era nombrado y podía ser removido por el Ejecutivo. A pesar de tener la fuerza combinada de un gobernador y un secretario, los regentes nunca escapaban al capricho presidencial. Eso lo dejaron claro las destituciones de Ernesto P. Uruchurtu, en 1966, luego de un desalojo violento de colonos, y de Alfonso Martínez Domínguez, en 1971, por la matanza del Jueves de Corpus.

El retorno de la coincidencia política entre las cabezas de la República y de la capital ha venido acompañada de la subordinación de la segunda, igual que sucedía en aquellos tiempos. Claudia Sheinbaum alcanzó la candidatura de Morena a la Jefatura de Gobierno luego de un poco claro proceso interno, resuelto por supuestas encuestas que nunca se hicieron públicas y provocaron el alejamiento temporal de Ricardo Monreal, quien también buscaba la nominación.

Fue necesaria una reunión entre Monreal y el candidato presidencial, López Obrador, para que aquél decidiera volver al campo de Morena. Como resultado de la negociación, el zacatecano sería líder del Senado y el hoy Presidente aseguraría que la campaña de Sheinbaum —su elección para gobernar la capital— se desarrollaría sin contratiempos.

Desde que ambos asumieron sus respectivos cargos, la supeditación de Sheinbaum a López Obrador ha sido completa, como la de aquellos regentes. Incluso, su pequeña rebeldía personal de usar cubrebocas en público durante la pandemia —a contrapelo del Presidente— se esfumaba una vez que ella atravesaba las puertas de Palacio Nacional para participar en la mañanera. Por afinidad o conveniencia, Sheinbaum decidió convertirse en la caja de resonancia de López Obrador, haciendo suyas las posiciones del Presidente sobre los temas más variados, al grado de repetir textualmente sus frases.

El domingo, al asistir a un acto en la alcaldía de Álvaro Obregón, Sheinbaum se desprendió del cubrebocas y también de cualquier noción de sana distancia respecto del Presidente.

Al hablar de la vacunación, dijo a los asistentes —evidentemente acarreados— que había que agradecérsela a López Obrador. Esa adulación al jefe político hizo recordar las lisonjeadas que el regente Ramón Aguirre dedicaba al presidente Miguel de la Madrid, al punto de sugerir que se fueran del país quienes discreparan del mandatario. Pero Sheinbaum no sólo le hablaba a López Obrador. También a Marcelo Ebrard, su rival en la búsqueda de la candidatura de Morena en 2024, misma que el Presidente parece tener reservada para ella, pese al acuerdo que hizo con el canciller, hace una década, cuando éste le cedió el paso para alcanzar la nominación del PRD en 2012. Así que no hace falta que los “adversarios” echen a pelear a Sheinbaum y a Ebrard. A la jefa de Gobierno le conviene desactivar toda impresión de que Ebrard consiguió las vacunas y, una de dos, o tiene permiso y aliento para hacerlo o apuesta a que su mímica y su carantoña le garantizan futuro.                    

 

Buscapiés

*La suerte de Irma Eréndira Sandoval quedó sellada desde que intentó impulsar a su hermano Pablo Amílcar a la gubernatura de Guerrero, por encima de la decisión de López Obrador de que el candidato de Morena fuese Félix Salgado Macedonio. En Palacio Nacional quedó fija la idea de que la difusión de las denuncias contra El Toro por agresión sexual fueron producto del fuego amigo.

*La salida de Sandoval de la Secretaría de la Función Pública, y su reemplazo por Roberto Salcedo Aquino, es el noveno cambio que realiza el Presidente en ocho secretarías de Estado. Entre los mandatarios más recientes, sólo Ernesto Zedillo realizó más movimientos en el gabinete (10) en el tiempo que lleva el actual periodo.

 

La agricultura se está convirtiendo en la nueva apuesta de los multimillonarios



 

NEGOCIOS EN IMAGEN

Dario Celis

 
 
 
 
 
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La agricultura se está convirtiendo en la nueva apuesta de los multimillonarios

EMPRESAS 

22 JUN, 2021

 

El informe de Land Report de 2020 dio a conocer que Bill y Melinda Gates son los principales propietarios de tierra agrícolas en Estados Unidos con 268 mil acres de tierra de cultivo. Foto: Pixabay

POR: REDACCIÓN

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Multimillonarios como Bill Gates están adquiriendo tierras a gran escala, cultivando distintos productos y apostando por el desarrollo sustentable. ¿Es una moda nueva o se preparán para el futuro?

El informe de Land Report de 2020 dio a conocer que Bill y Melinda Gates son los principales propietarios de tierras agrícolas en Estados Unidos con 268 mil acres de tierra de cultivo.

 

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The Land Report

Aunque todavía no se ha aclarado con qué finalidad se adquirieron esas tierras por parte de Gates, todo indica que podría tratarse de promover la agricultura sostenible, una de las finalidades de la fundación Cascade, de la cual Bill Gates es fundador.

Pero no es el único que tiene esto en mente, Pedro Paulo Diniz, expiloto brasileño de la Fórmula 1 y también multimillonario, está invirtiendo en sus propias tierras para cultivar maíz y soja de manera regenerativa desde 2006.

“Los grandes compradores mundiales tienen una gran demanda de granos orgánicos… pueden comprar todo lo que producimos”, dijo Diniz en una entrevista.

Además, Diniz también está al frente de la empresa que se ha convertido en la principal productora de huevos orgánicos de Brasil: Fazenda da Toca.

“Una vez que podamos demostrar que podemos cultivar alimentos orgánicos, a escala, con los mismo precios convencionales, el cambio llegará rápido”, mencionó Diniz.

En la famosa entrevista que hizo Oprah Winfrey a los Duques de Sussex, Megan Markle y el Príncipe Harry, se mostró una pequeña parte de su vida al dar a conocer que son rescatistas de gallinas y que desde este 2021 tienen un espacio para cuidarlas y alimentarlas.

Del otro lado del mundo, Liu Yongxing, desde la década de los ochenta se posicionó como una de las personas más ricas de China tras expandir su negocio de agricultura, que empezó con una pequeña granja de pollos y codornices, hasta tener en la actualidad más de 100 productos para ofrecer.

Incluso el magnate Jeff Bezos, fundador de Amazon, está invirtiendo en tierra a gran escala y actualmente ocupa el puesto 25 en Estados Unidos con 420 mil acres, al oeste de Texas, principalmente.

Es posible que en los próximos años más millonarios sigan adquiriendo tierras, sobre todo porque parece un negocio rentable para el futuro.

Recomendamos: China se convierte en el primer país del mundo en tener 1,000 multimillonarios

Morir en Reynosa

 

Francisco GarfiasArsenal
 
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Reynosa es doloroso ejemplo del fracaso de la política de seguridad en México, donde, según el presidente López Obrador, “ya no hay masacres”. En esa ciudad fronteriza fueron ejecutados 14 civiles por grupos armados —opuestos entre sí— que disparaban “al azar”, según reportes de la prensa local.

Gente común y corriente que la mañana del sábado pasado salió de sus casas sin imaginar que, horas más tarde, estaría en los noticieros de radio y televisión, a nivel nacional, como parte del saldo rojo de una matanza más en este reino de la impunidad llamado México. Entre los muertos había ancianos, obreros, familias y hasta un joven albañil, Fernando Ruiz, que trabajaba en la construcción para financiar sus estudios de enfermería. A los civiles asesinados se sumaron cinco de los “pistoleros”: 19 muertos en total.

* La política de “abrazos, no balazos” falló en su objetivo de devolver la paz y la tranquilidad a los mexicanos. En estados donde opera el narco se vive con miedo a las organizaciones criminales. El gobierno de la 4T se empeña en desmentir la realidad con estadísticas. Dice que de enero a mayo del 2021 han bajado los homicidios en 2.9 por ciento. Lo cierto es que del primero de diciembre del 2018 al domingo 20 de junio del 2021 se han registrado 87,271 homicidios en México.

En los seis años de Felipe Calderón (2006-2012) se cometieron un total de 121,613 homicidios dolosos, según el Inegi.

No es difícil sacar conclusiones.

* En su Informe del primero de septiembre de 2020, el Presidente dijo, textual:

“Ya no manda la delincuencia organizada, ya no hay torturas, desapariciones ni masacres, se respetan los derechos humanos y se castiga al culpable, sea quien sea”.

¿Ya no manda la delincuencia organizada? ¿En serio?

Glen VanHerck, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, dice que  los cárteles controlan hasta un 35% de “zonas sin gobierno” de México.

Tampoco hay que olvidar que el exembajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, señaló públicamente que AMLO “ha adoptado básicamente por una actitud de dejar hacer ante los cárteles…”. Y los gringos saben del tema.

A manera de conclusión, coincido con un tuit de mi amigo Fernando Belaunzarán: “AMLO militariza, sin confrontar al crimen”.

* López Obrador, por cierto, anunció en la mañanera que dio instrucciones a Julio Scherer, consejero jurídico de la Presidencia, para que la Fiscalía General de la República atraiga el caso Reynosa y se investigue a los responsables del “cobarde ataque”. El mandatario de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de plano se lavó las manos. En un comunicado de su gobierno, habló de delitos federales que atentan contra la sociedad “y corresponden a la Federación”.

El matadero en Reynosa dio pie a que Ricardo Monreal, jefe de la bancada de Morena en el Senado, vinculara ese hecho a la “indefinición” de la Corte, que no resuelve el estatus jurídico de la inmunidad procesal de García Cabeza de Vaca.

El gobernador de Tamaulipas fue desaforado por la Cámara de Diputados por defraudación fiscal, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada, pero el Congreso local rechazó homologar la decisión. Presentó una controversia constitucional ante la SCJN. El ministro Juan Luis González Alcántara resolvió que el gobernador conserva el fuero, pero no prejuzgó sobre su responsabilidad. Francisco Javier García Cabeza de Vaca podrá ser investigado y, en su caso, detenido, una vez que culmine su encargo en 2022.

* El Partido Verde anunció ayer que irá por la presidencia de la mesa directiva del Senado. Postulará a Raúl Bolaños-Cacho Cué —de 33 años— para suceder en el cargo al morenista Eduardo Ramírez. Bolaños-Cacho es el legislador que propuso el polémico transitorio para la reelección, disfrazada de prolongación de mandato, del ministro Zaldívar.

Su postulación es sorpresiva. El Verde es la quinta fuerza política en la Cámara alta. Agregue que dos aguerridas senadoras de Morena ya alzaron la mano: Marybel Villegas y Malú Micher e imagínese el reto para Ricardo Monreal, jefe de la bancada de Morena en la Cámara alta.

Al argumento de que por paridad de género le correspondería a las mujeres, el senador Bolaños respondió: “Podrían levantar la mano los jóvenes, nunca han presidido el Senado”.

La candidatura del senador del Verde ha dado pie a múltiples especulaciones: ¿Lo anunció el PVEM porque ya negoció con Morena? ¿Es un cobro anticipado de factura por apoyo al partido en el gobierno en las votaciones que vendrán en el segundo trienio? ¿Un pago por haber presentado el artículo transitorio para ampliar dos años el mandato de Arturo Zaldívar en la presidencia de la SCJN?

Pronto lo sabremos.

El impacto económico de los resultados electorales

 

Opinión del experto nacional
 
 

Por Alejandro Armenta Mier*

El 6 de junio pasado, las y los mexicanos vivimos una jornada electoral histórica en la que se eligieron más de 21 mil cargos, se registró una participación ciudadana de más del 50 por ciento, la mayor en una elección intermedia en los últimos 20 años; a pesar de que continuamos enfrentando la pandemia, las y los ciudadanos contaron con la seguridad de manifestar libremente su voluntad.

A dos semanas de distancia, con los resultados confirmados por los institutos electorales, es momento de hacer un análisis respecto al impacto de los resultados en la economía del país.

En México, continuamos la discusión sobre cómo conducir la economía. Tenemos la visión de quienes buscamos la consolidación de la Cuarta Transformación con cambios sociales de fondo y, por otro lado, quienes buscan regresar a las prácticas del pasado con un modelo neoliberal que dependía en gran parte de la inversión privada.

El neoliberalismo en México representó la concentración de riqueza en unos cuantos e hizo a un lado a los que menos tienen; permitió la corrupción en beneficio de selectos grupos empresariales y disminuyó la capacidad del gobierno para dirigir la economía. 

Ahora, nos encontramos a mitad del sexenio, el gobierno federal ha enfrentado fuertes resistencias, es natural que quienes se sienten afectados por la nueva forma de llevar la vida pública busquen regresar al pasado a toda costa, principalmente aquellos grupos que llegaron a obtener ganancias escandalosas en detrimento de las finanzas públicas.

Los resultados del proceso electoral expresan el respaldo a las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, los mexicanos nuevamente le brindaron su confianza al preservar la mayoría simple en la Cámara de Diputados, lo cual permitirá continuar con las medidas necesarias para consolidar la transformación política, económica y social.

Los mercados financieros les han dado un buen recibimiento a los resultados electorales, donde además el Movimiento de Regeneración Nacional ganó 11 de las 15 Gubernaturas que se renovaron, y obtuvo la mayoría en 18 Congresos Estatales. 

Las calificadoras internacionales han emitido evaluaciones favorables tras la elección, Fitch Ratings mejoró su perspectiva de crecimiento para México de cinco a 5.3 por ciento ante una mayor apertura de la economía después de la pandemia por covid-19.

Además, la agencia Standard & Poors ratificó la calificación para la deuda de nuestro país en grado de inversión, con lo que se reconoce el trabajo coordinado entre el gobierno federal y el sector privado. 

El mensaje de estabilidad y continuidad que ha dado la ciudadanía en las urnas ha calmado a los mercados y a los agentes económicos, las senadoras y los senadores del Grupo Parlamentario de Morena continuaremos trabajando, bajo la conducción del senador Ricardo Monreal, para generar las condiciones necesarias que incrementen la inversión y la creación de empleos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las mexicanas y los mexicanos.

 

                *Senador de la República

Sobre la militarización de la Guardia Nacional (y otras tareas civiles)

 

Leo ZuckermannJuegos de poder
 
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Pasar el mando de la Guardia Nacional de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) es una de las reformas constitucionales que pretende enviar el presidente López Obrador al Congreso en la segunda mitad de su sexenio. Cuando escuché esta propuesta de inmediato pensé lo obvio: otro paso más hacia la militarización de la seguridad pública, una estrategia que, si nos atenemos a los números de delitos, en particular los homicidios dolosos, ha fracasado.

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Y no me sorprendió. AMLO siempre quiso que la Guardia Nacional dependiera de la Sedena. Si aceptó que estuviera subordinada a un mando dizque civil fue porque así consiguió los votos de la oposición para aprobar la reforma constitucional.

No obstante el compromiso, se han pasado la Constitución por el Arco del Triunfo. Para todos los efectos prácticos, la Guardia Nacional es una institución militar, integrada en su gran mayoría por exsoldados, marinos y comandada por un general de brigada. Lo que López Obrador está proponiendo es hacer de jure lo que ya existe de facto. ¡Fuera máscaras!

Pero esta nueva reforma constitucional que propondrá AMLO sería peor. Cito un reporte de Lantia Intelligence, que dirige el experto en seguridad pública, Eduardo Guerrero:

“La incorporación de la Guardia Nacional a Sedena no sería una mera formalidad. Resultaría trascendente, pues haría sumamente difícil que, en el futuro, otro gobierno intentara devolver a manos de civiles el mando efectivo de la corporación”.

He ahí el quid del asunto: cómo quitarles a los militares todas las tareas de gobierno que les ha entregado AMLO, pero que les corresponde a los civiles.

Que yo recuerde, nunca un Presidente, desde que los civiles tomaron el poder en México con Miguel Alemán Valdés en 1946, les había dado tantas responsabilidades al Ejército y la Marina como AMLO. Son sus instituciones preferidas.

Además de darles, en los hechos, el control de la seguridad pública con la Guardia Nacional, les ha encargado la construcción de varias obras: el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, otro aeropuerto de Tulum, los cuarteles de la Guardia Nacional, las sucursales del Banco del Bienestar y dos tramos del Tren Maya. Además, operarán el aeropuerto de Santa Lucía y ya están a cargo de la administración de las aduanas, puertos y la aeronáutica civil de todo el país. Amén de la distribución de bienes públicos, como libros de texto gratuito, fertilizantes, árboles y vacunas contra covid-19.

De seguir por este camino, México se convertirá en un país donde las Fuerzas Armadas producirán varios puntos del Producto Interno Bruto, tal y como sucede en Egipto o Paquistán. El problema es que, luego, no hay manera de sacarlos de todas estas labores que les dejan poder, prestigio y dinero. Porque, aunque sirven a la patria, los soldados también son seres humanos que defienden sus intereses. Y para ello cuentan con algo muy poderoso: las armas.

Como dice el reporte de Lantia, si AMLO consigue que pase la Guardia Nacional a la Sedena, será prácticamente imposible que un próximo Presidente pueda dar marcha atrás; las Fuerzas Armadas lo tomarían como una afrenta.

Si al menos hubiera funcionado la militarización de la seguridad pública en México —que comenzó con Calderón, siguió con Peña y se ha profundizado con López Obrador—, pues uno estaría dispuesto a tragarse un sapo de ese tamaño. Lo justificarían los resultados positivos. La paz en nuestras calles. Pero no ha sido el caso. La realidad es que los militares no han podido resolver el problema. Persisten los altos niveles de violencia. Tan sólo hay que ver lo que sucedió el pasado fin de semana en Reynosa, donde el crimen organizado masacró a 14 personas inocentes al azar.

Es el peor de los mundos: un modelo militarista que ha fracasado, ahora legalizado en la Constitución y que, de prosperar la nueva reforma de AMLO, sería casi imposible de echar para atrás.

Termino con una noticia positiva para no quedar tan deprimidos. Dice el reporte Lantia: “La operación de la Guardia Nacional no ha propiciado, como se temía inicialmente, un aumento de las ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones graves a los derechos humanos. De hecho, durante el actual gobierno se ha observado una disminución en el uso de la fuerza letal por parte de las instituciones federales de seguridad. Un indicador al respecto es el porcentaje de masacres con participación de autoridades, que en 2018 fue del 15.5%, se redujo al 11.5% en 2020”. Por lo menos, algo bueno que reportar.

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           Twitter: @leozuckermann

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