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Historia y Cultura

UE acuerda nuevo paquete por 500 mde para suministrar armas a Ucrania

Los cancilleres del bloque concretaron un nuevo paquete de financiación para el Ejército ucraniano, lo que eleva el total de ayuda a 2 mil 500 millones de euros desde el inicio de la invasión rusa.

J. REYNA / REUTERS / BRUSELAS | 14:57 hrs.
 
 
 
 
Un soldado ucraniano participa en una exhibición de armamento en Lysychansk.
El dinero ayudará a la UE a seguir comprando equipos y suministros para el Ejército ucraniano, incluido el armamento letal. (Foto: Reuters)
 
 

Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea acordaron este lunes otros 500 millones de euros (504 millones de dólares) de financiación para suministrar armas a Ucrania, lo que eleva la ayuda de seguridad del bloque a 2 mil 500 millones de euros desde la invasión rusa el 24 de febrero. 

Hoy, en la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de la UE, se ha alcanzado un acuerdo sobre el quinto tramo de ayuda militar a Ucrania", declaró la ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Ann Linde, en un comunicado. 

El dinero ayudará a la UE a seguir comprando equipos y suministros para el Ejército ucraniano, incluido el armamento letal que el bloque ha dicho que debe utilizarse con fines defensivos. 

Las normas de la UE normalmente impiden que el bloque utilice su presupuesto septenal para financiar operaciones militares, pero el Fondo Europeo para la Paz, que tiene un límite de 5 mil millones de euros, está fuera del presupuesto y puede utilizarse para proporcionar ayuda militar. 

 
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La UE aprobó el primer tramo de ayuda justo después de que comenzara la invasión rusa. Sin embargo, con la mitad de la ayuda de siete años ya entregada a Ucrania tras cinco meses, no está claro cómo podrá mantener el bloque la financiación de la compra y entrega de armas y otros equipos si la guerra continúa. 

Estoy seguro de que (el presidente ruso Vladimir) Putin cuenta con el cansancio democrático (...) Cree que las democracias son débiles. Pues no, las sociedades europeas no pueden permitirse el cansancio", dijo máximo responsable de la diplomacia de la UE, Josep Borrell. 

El alcance sin precedentes de las sanciones occidentales a Rusia incluye un embargo de petróleo, la prohibición de las transacciones con el banco central ruso y la congelación de sus activos, así como la paralización de nuevas inversiones en Rusia. 

Sin embargo, Putin ha reafirmado su determinación de continuar con lo que llama su "operación militar especial" en Ucrania, a pesar de la destrucción de ciudades ucranianas y la muerte de miles de personas. 

jrr

Caro Quintero: una bomba de profundidad

 

La detención de Rafael Caro Quintero es, sin duda, el golpe más importante dado en este sexenio contra los grupos del crimen organizado, pero es también una bomba de profundidad en las relaciones entre México y Estados Unidos. 

 Caro Quintero hoy no es uno de los más importantes narcotraficantes del país, aunque su presencia en Sonora, parte de Sinaloa y Chihuahua, es evidente, tanto como su enfrentamiento con el grupo de los hijos del Chapo Guzmán, pero no hay personaje alguno que concentre más las obsesiones, las sospechas y el deseo de justicia de la DEA, que el antiguo jefe del cártel de Guadalajara. 

Detrás de todo esto está, por supuesto, el asesinato en 1985 del agente de la DEA Enrique Camarena y de su piloto mexicano Alfredo Zavala, por el cártel de Guadalajara. 

 

El cártel de Guadalajara nació entre fines de los 70 y principios de los 80. Lo creó Miguel Ángel Félix Gallardo, que había sido jefe de custodias y operador del gobernador de Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis, con quien comenzó a incursionar en el narcotráfico con alianzas con fuerzas de seguridad, locales y federales, pero, sobre todo, con la entonces todopoderosa Dirección Federal de Seguridad. 

Los dos principales operadores de Félix Gallardo eran Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo. El cártel de Guadalajara se convirtió en una organización nacional y la primera que mantuvo una sociedad con el cártel de Medellín, el de Pablo Escobar: nacía el tráfico de cocaína y ellos fueron, en México, los primeros grandes beneficiarios. 

Pero esa relación fue mucho más allá. Ese cártel fue parte esencial de la trama del llamado Irán-Contras, mediante el cual se aprovisionó de armas a la contra-nicaraguense, que operaba desde Honduras (y se entrenó a sus elementos), a cambio de que se les autorizara ingresar cocaína a Estados Unidos desde México. 

Esa trama habría estado detrás de dos asesinatos notables: el del periodista Manuel Buendía y el de Camarena. El de Buendía fue organizado desde la extinta Dirección Federal de Seguridad, que estaba en el centro de esos acuerdos con agencias estadunidenses y era, a su vez, la instancia de contacto con el cártel de Guadalajara. 

El secuestro, tortura y asesinato de Camarena y Zavala, en febrero de 1985, se dio porque presuntamente Camarena, como también Buendía, descubrió esa trama. No se sabe si Félix Gallardo ordenó el secuestro, pero quienes sí lo organizaron y estuvieron en el interrogatorio brutal de Camarena fueron Caro Quintero y Fonseca. Ellos fueron detenidos en 1985, Caro fue liberado sospechosamente en 2013. 

Según investigaciones de fuentes de la propia DEA, en la tortura de Camarena participó un muy conocido operador de la CIA, Félix Rodríguez. Desde entonces, la DEA (que nunca presentó una denuncia contra Rodríguez u otra agencia de su país) acusó que participaron de esa decisión distintos funcionarios del gobierno mexicano, sobre todo el entonces secretario de la Defensa, general Juan Arévalo Gardoqui, y el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett. Incluso dicen que el mismo día del secuestro de Camarena, en la misma casa donde éste era torturado (una casa, eso está comprobado, propiedad de Rubén Zuno Arce, cuñado del expresidente Luis Echeverría, detenido en EU y fallecido después de 23 años de cárcel en 2012), ésos y otros funcionarios federales discutían, en esa misma casa, el destino de Camarena y el futuro del acuerdo con los jefes del narco. 

 La trama Irán-Contras con la CIA, el narcotráfico y funcionarios mexicanos (supuestamente de la DFS) es real, está comprobada, pero esos encuentros entre políticos y narcos en la misma casa en que era torturado Camarena resultan inverosímiles. ¿Para qué reunir en una casa a narcos con funcionarios, prominentes políticos y militares?, ¿se hubieran podido reunir sin que nadie lo percibiera en una Guadalajara que estaba copada de periodistas y servicios de seguridad de México y EU? Eso no tiene sentido. 

 

Desde entonces, uno de los objetivos de la DEA ha sido los asesinos materiales de Camarena, todos ya detenidos o abatidos, menos Caro Quintero, y los que considera intelectuales, incluyendo al general Arévalo Gardoqui, fallecido en 2000, y otros, entre ellos, Manuel Bartlett, quizás el único de primer nivel que todavía está en activo. 

Al llegar Carlos Salinas y George Bush a la Presidencia, la relación, que había sido catastrófica entre De la Madrid y Reagan, se estabilizó notablemente y no se volvió a hablar del caso, hasta que fue detenido Rubén Zuno Arce, cuñado de Luis Echeverría, en California, y en México se secuestró al doctor Álvarez Machaín, acusado de ser el médico que atendió a Camarena para que siguiera con vida durante la tortura. 

 Durante los 28 años que Caro Quintero estuvo preso, entre 1985 y 2013, la DEA siempre reclamó su extradición, que siempre se denegó porque, extraoficialmente, se consideraba que su proceso terminaría en forma inevitable con un escándalo político con repercusiones en ambos lados de la frontera. 

 No veo cómo, luego de su detención, el viernes, en esta ocasión se pueda negar la extradición de Caro Quintero a la Unión Americana. Negarlo convertiría un triunfo en una derrota controversial. La gran pregunta es qué pasará con un juicio de esas características, hasta dónde llegará la justicia, pero también su utilización política, que puede ser notable y con repercusiones para los dos gobiernos, que llegan hasta el día de hoy. 

¿En qué metaverso apoyó la DEA?

 

Vianey EsquincaVianey Esquinca                                                                                      La inmaculada percepción
 
 
 

Cuando no hay carnita informativa, cualquier tema se lleva la nota. Eso fue lo que sucedió con la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos. Lo que acaparó la cobertura mediática fue la nota de color: el discurso fuera de lugar que dio el tabasqueño en la oficina oval frente a un condescendiente Joe Biden, que vivió en carne propia una probadita de lo que sufren los periodistas en la mañanera. Seguramente por eso el estadunidense prefirió la tensión de Oriente Medio y se fue a Israel, que la tensión de aguantar otro discurso del tabasqueño y no quedarse dormido.

Se habló más de su desparpajo al sentarse o del golpe que sufrió su esposa Beatriz Gutiérrez Müller en el marco de la ventana en el hotel Lombardy, que de las medidas migratorias propuestas. Tuvo más análisis el comportamiento del mandatario estadunidense que no recibió a su homólogo como debía, que las acciones antiinflacionarias con las que llegó el Ejecutivo mexicano.

 

López Obrador no le recordó que iniciaría una campaña para desmantelar la Estatua de la Libertad ni salió en defensa, al menos públicamente, del activista Julian Assange. La tan esperada visita fue, por decir lo menos, inocua. Lo bueno vino después, con la captura de uno de los criminales más buscados por el gobierno estadunidense, Rafael Caro Quintero. Lamentablemente, la fiesta se vio empañada con la caída de un helicóptero en Sinaloa que provocó la muerte de 14 marinos que apoyaron el operativo. La coincidencia en tiempos provocó toda clase de sospechas y obliga una investigación profunda.

Por otro lado, a nadie le pasó desapercibido que bastó una visita a Washington para encontrar a Caro Quintero en Guachochi, Chihuahua. Tampoco que el fiscal general de Estados Unidos, Merrick B. Garland, quiso dejar muy claro la participación de la DEA y por eso señaló en un comunicado que: “El arresto de hoy es la culminación del trabajo incansable de la DEA y sus socios mexicanos para llevar a Caro Quintero ante la justicia por sus presuntos delitos, incluida la tortura y ejecución del agente especial de la DEA Enrique Kiki Camarena”.

Pero el embajador Ken Salazar quiso dejar claro lo contrario y en una postura emitida ayer aclaró que: “Ningún personal de Estados Unidos participó en la operación táctica que resultó en el arresto de Caro Quintero: la aprehensión de Caro Quintero fue realizada exclusivamente por el gobierno mexicano… La exitosa operación mexicana ejemplifica lo que podemos lograr al trabajar juntos para salvaguardar a los ciudadanos de México y Estados Unidos”.

¿Se enojó el gobierno mexicano de la infidencia de Mr. Garland? ¿No quieren saber nada de la DEA, agencia que no es bien vista por el tabasqueño? ¿Es una afrenta reconocer su participación? Para estar acorde con las tendencias ¿En un metaverso ayudó la DEA y en otro no?

Hay que recordar que, en diciembre de 2020, el Senado aprobó una propuesta del mandatario mexicano para restringir actividades de los agentes estadunidenses en el país y despojarlos de su inmunidad diplomática. Eso fue dedicado a la DEA a quien López Obrador también llamó irresponsable por la investigación y detención de Salvador Cienfuegos.

Hasta el momento de escribir esta columna, nadie del gobierno mexicano se había pronunciado al respecto. Lo que es un hecho es que se verá en las siguientes semanas si el gobierno del país vecino logró lo que millones de mexicanos no han podido: que el gobierno federal cambie su estrategia de abrazos y no balazos, que ahora sí capture capos y no les mande saludos con sus mamás. Nos leemos nuevamente el 31 de julio.

 

 

Y LUEGO NO QUIEREN QUE LOS COMPAREN

 

“Damos la bienvenida y felicitamos al presidente Andrés Manuel López Obrador por poner en alto el nombre de México, luego de una exitosa gira de trabajo con el presidente Joe Biden de los EEUU”.

Así recibieron los 22 gobernadores del oficialismo al Ejecutivo, quien volvió a México la noche del miércoles, después de dos días en Washington. Según ellos, cuatro fueron los logros de López Obrador durante su estancia en esa capital:

“1.- Planteó un programa sin precedentes para atender la inflación en ambos lados de la frontera, que va más allá de las medidas monetarias, atiende las causas y promueve el fortalecimiento económico de América”, afirmaron en un desplegado.

 

“2.- Propuso un programa de colaboración para atender al mismo tiempo la migración y la cooperación para el desarrollo de ambas naciones, así como un programa ambicioso de inversión.

“3.- Con una política exterior fiel a los principios constitucionales, fortalece la relación bilateral entre México y Estados Unidos, manteniendo la soberanía nacional.

“4.- Llenó de esperanza y agradecimiento a las y los mexicanos que viven en Estados Unidos, reconociendo la aportación que hacen a sus familias y a México”.

Y remataron diciendo que “el Presidente representa dignamente al pueblo de México con el corazón y demuestra una vez más que, en momentos de crisis global, la alternativa es la transformación”.

Dos días antes, en su conferencia mañanera, López Obrador se había quejado de las comparaciones que se hacían de él y Luis Echeverría, a raíz de la muerte del expresidente, el sábado.

Los actuales gobernadores no le ayudaron mucho con esa muestra de abyección, pues si a algo recuerda es a los desplegados con los que recibía la clase política de entonces a Echeverría, cuando éste volvía de un viaje internacional.

“¡Bievenido, señor Presidente!”, dice el texto que publicó el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, el 26 de abril de 1973, al regreso de Echeverría de una gira que lo llevó a Canadá, Reino Unido, Bélgica, Francia, la Unión Soviética y la República Popular China.

“Los resultados obtenidos por el presidente Echeverría en su viaje significan un paso adelante hacia la independencia nacional”, apunta.

“El Partido Revolucionario Institucional invita a todos los sectores del país a solidarizarse con la actuación patriótica y nacionalista del presidente Luis Echeverría para hacer de México un país más respetado en la comunidad internacional, más independiente y más firme en su avance hacia la nueva sociedad que postula”, agrega.

Ese mismo día, “el pueblo y gobierno de Jalisco” felicitaban a Echeverría en otro desplegado, “por el éxito político y económico alcanzado en su gira de trabajo al servicio de México” y le daban “la más cordial bienvenida a nuestra patria”.

También se pronunciaron los gobiernos de Chiapas y Campeche, en sendos desplegados. “El pueblo de Chiapas recibe calurosamente al señor presidente Echeverría y a su señora esposa, congratulándose por el éxito de su viaje por el mundo con la dignidad de México abriendo nuevas puertas para el desarrollo social y el progreso de los mexicanos”, dice el primero.

“Los campechanos (…) damos la bienvenida a quien ha llevado la voz de México hasta los confines de la Tierra, representando a todos aquellos que desean una sociedad mundial justa, fincada en el trabajo y la comprensión mutua”, se comenta en el segundo, firmado por el gobernador interino Carlos Pérez Cámara.

Con motivo de otro viaje, a Washington, en junio de 1972, el gobierno de Tabasco expresó “su felicitación y abierto respaldo por el profundo contenido que supo dar a su viaje a los Estados Unidos, transformando métodos tradicionales que nos negaban la oportunidad de informar a las potencias de la verdadera situación por la que atraviesa gran parte de la humanidad en desventaja”.

Basta echar un vistazo a la hemeroteca de nuestro diario para advertir que las genuflexiones de la clase política no son muy distintas de las de hace medio siglo.

 

 

Qué significa la caída de Caro para “abrazos y no balazos”

José Buendía HegewischJosé Buendía Hegewisch                                                                                             Número cero
 
 La captura de uno de los máximos cabecillas históricos del narco mexicano, Rafael Caro Quintero, es más trascendente por sus revelaciones sobre las redes del crimen y las preguntas que la acompañan, que por el daño a los grandes cárteles. Su detención, tras 10 años prófugo abre interrogantes sobre el significado para la estrategia de seguridad de López Obrador y la colaboración con la DEA. La acción de seguridad recuerda más a actuaciones del pasado que a la política de no confrontación de su gobierno.

Sin embargo, sería prematuro adelantar un cambio a la estrategia de “abrazos y no balazos” que defiende el Presidente frente al creciente reclamo por la inseguridad, la proliferación de masacres y la irrupción de grandes cárteles en lugares que, en apariencia, estaban a salvo de la pelea por los territorios como la CDMX. El objetivo más buscado de la DEA cayó en Sinaloa sólo tres días después de la reunión entre López Obrador y Biden en EU, en un momento en que la imagen de la seguridad en México acusa un fuerte desprestigio, que el canciller Ebrard ha atribuido a campañas “negras” de la DEA.

 
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La detención del capo es difícil verla fuera del marco de esa reunión como la entrega de un trofeo en respuesta a los roces y conflictos en la colaboración antinarcóticos por la aprensión del extitular de la Defensa, Salvador Cienfuegos, y que dio lugar a una reforma a la ley de seguridad nacional para restringir las actividades de la DEA en México. Esta vez reapareció el crédito a la DEA, que aplaudió el trabajo de su “increíble equipo” en el operativo contra Caro Quintero junto con las autoridades mexicanas. EU está a la espera de su extradición para juzgarlo por delitos como tortura y ejecución del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena en 1985.

Aunque el poder del llamado “narco de narcos” había menguado, el golpe sirve a EU para recordar que “no hay escondite para nadie que secuestra, tortura y asesina a agentes estadunidenses”, en referencia a la vieja deuda por el asesinato de Camarena. El mensaje y posible revancha tardó una década desde que la corrupción permitió que la justicia lo liberara en 2013 y así evidenciar la compleja red de complicidades de políticos, jueces y ministerios públicos detrás del crimen organizado. Su historia salpica a funcionarios de entonces como Manuel Bartlett como antiguo secretario de Gobernación, al que podría señalar en el juicio de EU. No debe ser fácil para López Obrador ceder a la extradición como pide EU, por lo que el capo pueda revelar en los tribunales.

Por eso, su captura puede verse como una señal para la colaboración bilateral. Al mismo tiempo que obedecer a la agudización de la violencia de la que ya nadie se siente a salvo ni en lugares en apariencia ajenos a la lucha entre cárteles como la CDMX. Su intensidad y permanencia pasan factura a la popularidad presidencial y comienzan a movilizar a actores sociales que mantenían silencio como las iglesias.

Pero el aparente cambio de señales se observa también en otras acciones como la inversión millonaria que López Obrador comprometió con Biden en la frontera para atacar el trasiego de drogas y armas. Así como en la confrontación policiaca en el sur de la CDMX contra grupos del cártel de Sinaloa, que recordó los viejos operativos contra el narco que se remontan a la lucha por el territorio, inaugurada por Caro Quintero con el cartel de Sinaloa en la década de los 80. Al igual que entonces, la ruptura de equilibrios irrumpió con violencia en la capital, cuya presencia se había negado desde hace dos décadas, a pesar de haber tenido control del aeropuerto y de la entrada de droga de Morelos y Guerrero al mayor mercado de droga del país en la “ciudad del humo”.

En el caso de Topilejo, en efecto, el gobierno de Sheinbaum actuó diferente, aunque también es temprano para saber si contrasta o no con la estrategia del federal. Quizás otra señal de que las tácticas en seguridad pueden estar cambiando, junto con la cooperación de EU, aunque no se refleje en el discurso presidencial y, por ahora, sólo quede perseguir los hechos de la realidad para, en su caso, tratar de dilucidar ¿cómo y hacia dónde?

 

 

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