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Historia y Cultura

¡Oficial! Tesla presenta diseño de gigafactoría en Nuevo León

Tesla confirmó oficialmente la construcción de una gigafactoría en México en el estado de Nuevo León durante el Investor Day 2023.

JESUS RAMÍREZ | 18:20 hrs. 
 
 
Fábrica Tesla

Tesla confirmó la gigafactoria en México (Tesla)

 

Tesla lo hizo y dio el banderazo oficial para anunciar la construcción de una Gigafactoría en México, específicamente en el estado de Nuevo León y muy cercana a Monterrey, durante el Investor Day 2023 que la compañía realizó este 1 de marzo para mostrar las innovaciones que equiparán en sus modelos, resultados financieros y futuro de la compañía.

Con una presentación que inició 30 minutos tarde y con fallas en la transmisión de streaming por la red social Twitter, que también es propiedad de Elon Musk, el Investor Day realizado desde Austin, Texas, mostró las proyecciones de la compañía así como los avances en recargas eléctricas para sus modelos, conducción autónoma, mejora en procesos de fabricación así como el uso de energías renovables para la fabricación y movilidad de los coches que producen. 

 

No fue hasta la parte final de la presentación, después de casi tres horas de diversas ponencias, donde Elon Musk anunció los planes de la nueva fábrica que se instalará en México, tal como lo anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la semana tras sostener una videollamada con el hombre más rico del mundo según la clasificación de Forbes. 

 

“Uno de los grandes anuncios de hoy es la construcción de la gigafactoría en México”, expresó Musk al momento que los mexicanos asistentes al evento explotaron en aplausos y gritos en un anuncio que solo duró dos minutos. 

 

“Estará en México, cerca de Monterrey y estoy muy emocionado por eso”, agregó. 

 

 

 

Tom Zhu, director de las Gigafactorias de Tesla, señaló que con la nueva plataforma modular para los vehículos, que permite la fabricación de variantes sedán o SUV con una estructura similar, podrán crear más coches en menos tiempo. Este modelo será usado en las nuevas instalaciones en México. 

 

Actualmente Tesla cuenta con cuatro fábricas en el mundo en Austin, Berlín, Shanghái y Fremont, a las cuales se unirá México con una inversión que se estima en 4,500 millones de dólares. 

TE RECOMENDAMOS: ¿Cómo es una gigafactoría de Tesla como la que se construirá en México?

 

Samuel García, gobernador del estado de Nuevo León, estuvo presente durante el anuncio en Estados Unidos. 

Una cuestión de legitimidad

 

Yuriria SierraYuriria Sierra                               

Nudo gordiano
 
 

La reacción oficial a la concentración de cientos de miles de este domingo fue la que se esperaba. Denostación y calificativos que lo mismo se dirigieron a los oradores que a un sector de los organizadores: “En la manifestación de ayer, y otras que vendrán, se encuadran en este propósito de enfrentarnos porque no quieren la transformación del país, quieren seguir robando (...) Utilizan la mentira de que se quiere afectar la democracia en México...”, como expresó Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, durante su conferencia en la que dedicó una nueva tanda de retahílas para desestimar lo ocurrido este domingo y que se hizo presente en al menos 120 ciudades, según reportó este periódico. Manifestaciones que se extendieron al menos en otros siete países.

El del domingo fue statement ciudadano, así debe verse porque así fue: desde luego que es posible que mujeres y hombres mexicanos se expresen contra lo que consideran un doloroso paso atrás en la construcción democrática que ha costado años a varias generaciones. Y si del Presidente no nos extrañan los descalificativos (porque lo suyo es el bote pronto), sí tendríamos que esperar una respuesta mucho más pensando en el futuro (suyo y de quien resulte ser su candidata o candidato). Y ésta tendría que llegar de quienes se asumen como los líderes del próximo sexenio. Si la oposición se unió a las manifestaciones, dentro del oficialismo las orejas tendrían que estar más atentas que nunca al clamor ciudadano. No sólo por lo que implican hoy en día, sino por la innecesaria sombra de duda y sospecha que desde hoy (y de manera muy gratuita) todo este capricho legislativo proyecta sobre la legitimidad de la próxima elección federal.

Una de las alertas que se hacen respecto al plan B es que su ejecución pone en riesgo la operación de elecciones confiables. Lo hemos escrito en este espacio: la precisión de una tarea que hoy realizan cinco personas no puede recaer en una sola. Es un tema básico de procedimientos. Quienes hoy son parte del grupo de aspirantes a suceder a López Obrador tienen que ser los más interesados o interesadas en trazar una ruta de confianza. Ni Claudia Sheinbaum ni Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Montreal… vamos, ni Gerardo Fernández Noroña, pueden darse el lujo de alimentar la narrativa del descrédito institucional del brazo encargado de llevar a buen puerto la sucesión presidencial.

Sus posturas respecto a la manifestación de este domingo 26 no pueden ni deben estar dirigidas en la misma dirección a la que expresó el Presidente, porque él se va en veinte meses. Lo bueno y, sobre todo, lo malo que deje como herencia de su gestión será una factura que pagará quien sea el que gane la Presidencia en 2024. Las figuras opositoras tienen una ruta obvia, son ustedes, al interior de la 4T, quienes deben decantarse por un camino que les abone garantías y legitimidad. Y, sobre todo, confianza y votos. Seguir la línea discursiva que hemos escuchado desde noviembre pasado es un error que puede manchar desde ahora la administración que buscan encabezar. Basta con leer los múltiples artículos que ya se han escrito en la prensa del mundo al respecto. Los ciudadanos se han expresado y son los mismos a quienes en un futuro no muy lejano buscarán para pedir su apoyo. Ojalá demuestren desde ya que saben escuchar a toda la ciudadanía.

Zócalo rosa

 

Pascal Beltrán del RíoPascal Beltrán del Río               
Bitácora del director
 

 

Todo movimiento social que aspire a trascender en México necesita llenar el Zócalo. Colmar los 46 mil 800 metros cuadrados de esa plaza es la prueba reina de la movilización cívica en este país.

Lo sabe el presidente Andrés Manuel López Obrador, que la ha superado en varias ocasiones. Quizá por eso declaró, el 29 de septiembre de 2020, que la primera vez que se reunieran 100 mil personas para protestar en su contra, él dejaría el cargo. No creo que –ante el Zócalo lleno ayer, para rechazar su intento de desmantelar al Instituto Nacional Electoral– el mandatario vaya a cumplir lo prometido. Seguramente se excusará diciendo que sigue teniendo apoyo en las encuestas o que esos manifestantes están manipulados y no representan al pueblo o alguna cosa por el estilo.

Sin embargo, no podrá hacer desaparecer el logro de convocar a la ciudadanía sin necesidad de recurrir al acarreo masivo, como ha hecho últimamente el oficialismo para los “informes” trimestrales del Ejecutivo. Ayer, la plaza habló y dijo que no quiere que se modifique el sistema electoral que ha permitido tres alternancias en las últimas cuatro elecciones presidenciales, entre ellas la que benefició en 2018 a López Obrador. Pero más que un mensaje al Presidente, el Zócalo lleno de ayer fue un voto de confianza a la Suprema Corte, para que sus integrantes no se dejen presionar por su vecino de Palacio Nacional.

“Queremos decirles que confiamos en ustedes”, dijo el ministro en retiro José Ramón Cossío, orador central del acto dominical, en referencia a las impugnaciones contra el llamado plan B de la contrarreforma electoral que tendrá que resolver el máximo tribunal del país. “Los ministros, estoy seguro, sabrán cumplir su papel”, agregó.

La Corte es el último dique contra la pretensión del oficialismo de alterar las reglas electorales. Si al menos ocho de sus once miembros no rechazan los cambios legislativos aprobados por Morena y sus aliados, quedará firme la primera modificación de reglas electorales desde 1964 que no se hace con el propósito de beneficiar a las minorías y, con ello, procurar la estabilidad política de la nación. Porque reformas son las que abren puertas, no las que las cierran.

“Hasta ahora, los ministros sólo habían escuchado la postura del Presidente y sus seguidores”, dijo Cossío, ante un Zócalo pintado de rosa, color institucional del INE, escena que se replicó en muchas ciudades del país. Ayer tuvieron la oportunidad de ver que hay otro México, el de un grupo numeroso de ciudadanos que les pide que resuelvan de acuerdo con la Constitución, no con el dictado caprichoso de los otros Poderes. Menudo dilema para la Corte. No cabe duda que las presiones que llegan del otro lado de la calle de Corregidora son fuertes, pero las consecuencias de errar en su juicio pueden ser fatales.

Un cambio de normas electorales que nos devuelva a los tiempos del México autoritario, en el que las elecciones se resolvían antes de que se depositara el primer voto, no sólo puede despertar los instintos de resolver las diferencias a balazos, sino anular al país como destino seguro de inversiones, justo en el momento en que la realidad económica ha puesto la mesa para que nos beneficiemos de la relocalización de las empresas que han decidido salir de China.

 

 
 
 
 
 

 

Es, sin duda, la hora de la Corte. Ayer, desde la Plaza de la Constitución, decenas de miles pidieron a los ministros asumir su papel de guardianes de la Carta Magna y preservar una de las libertades que la ciudadanía conquistó con esfuerzos sostenidos a lo largo de décadas: que sus autoridades surjan de la voluntad popular, mediante el voto libre, no manipulado. Que gane las elecciones quien la gente decida de manera soberana y no quien ordene el gobernante en turno. Así piensan los demócratas.

 

Ayer, ese Zócalo —el mismo de los estudiantes de 1968, la plaza que ha servido para expresar los agravios y los deseos de los mexicanos a lo largo de la historia de este país— volvió a expresarse. Mal haría el Presidente y mal harían los ministros de la Suprema Corte en no escuchar a quienes se manifestaron ayer en esta capital y un centenar de ciudades más.

La promesa que AMLO no cumplirá

Francisco GarfiasFrancisco Garfias                         
Arsenal
 
 

No hay que restarle méritos a Andrés Manuel López Obrador. Es el único presidente mexicano que ha abarrotado de gente el Zócalo, pero en su contra. Toda la semana, el autócrata torpedeó la manifestación en defensa del INE y la democracia. Anatemizó a los ciudadanos que asistieron al Zócalo.

Lo hizo con falsedades que saltan a la vista. Los llamó corruptos, cómplices de García Luna, rateros, integrantes del narcoestado. Pero fue un búmeran. Ayer presumió que él ha llenado el Zócalo 60 veces. ¿Vitacilina, señor Presidente? ¿Se le olvidó su promesa de que, “a la primera manifestación con más de 100 mil personas en su contra, se iría a la Chingada (nombre de su rancho en Chiapas)? Son preguntas, no se alboroten.

Los organizadores de la manifestación calcularon en 500 mil los ciudadanos que estuvieron en el Zócalo para defender al INE. El propio AMLO los calcula entre 80 mil y 100 mil, sin contar los que lo hicieron en más de 100 ciudades. Diez a uno a que no cumple su promesa.

 

* Nos adelantamos a pedirle a Claudio X. González, uno de los villanos de AMLO, su opinión sobre las reiteradas críticas que le hacen en la mañanera. “No me preocupa porque se dicen muchas cosas en la mañanera que son mentiras o son distractores”, respondió uno de los principales opositores a la 4T. Hablamos con él atrás del templete que el domingo se instaló en el Zócalo. -Usted es cliente distinguido en las mañaneras —le recordamos.

-Será porque quizá sea funcional al discurso del Presidente. Hay que entender que viene de los populistas autoritarios latinoamericanos que, cuando no saben gobernar, cuando son ineptos, corruptos, quieren destruir a las instituciones, hablan, hablan y hablan…

Claudio X. González es uno de los convocantes y destacados manifestantes que AMLO “lampareó” en la mañanera de ayer, al estilo del viejo oeste, pero en versión siglo XXI. En la pantalla del salón de Palacio Nacional proyectó sus fotografías, al estilo del viejo oeste, pero en digital. Sólo faltó el “se busca” y el monto de la recompensa. En la galería de los apoyadores del narcoestado colocó al excanciller Jorge Castañeda, al historiador Enrique Krauze; al exgobernador de Morelos, Marco Adame; a Gustavo de Hoyos, expresidente de la Coparmex.

A los dos oradores en el evento, la periodista Beatriz Pagés y al exministro de la SCJN José Ramón Cossío. También a María Amparo Casar, de Mexicanos Contra la Corrupción.

 

 
 
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Al diputado panista Santiago Creel, al escritor Héctor Aguilar Camín, a Guadalupe Acosta y Fernando Belaunzarán, del Frente Cívico Nacional, al senador independiente Emilio Álvarez Icaza; a la activista Mariana Moguel, hija de Rosario Robles, y a una docena más.

 
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* Esta vez nos ubicamos cerca de los manifestantes. A un costado del asta bandera, que no tenía bandera. Junto a ellos cantamos el Himno. Vimos lágrimas, emoción y determinación en sus rostros. Les preguntamos a algunos porqué fueron al Zócalo: Filiberto García, 71 años, jubilado cuya ropa retrataba su condición humilde, respondió, tajante: a defender al INE contra el tirano. Abundó: “Vine porque ya estoy mayor y porque, si no lo hago yo, las generaciones que me siguen me van a reclamar en la sepultura que por qué no hice algo para defender la democracia. La democracia nos ha costado mucho como para que un solo individuo quiera hacerse dueño del país, como se hace en Venezuela, en Nicaragua, en Cuba. México es un país de libertades, progresista. Así queremos que siga”.

Claudio Y. Hernández, 18 años, alumno de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM: “Vine a esta marcha, como a la de hace dos meses, porque me importa la democracia. En el 2024 voy a votar por primera vez. Como joven estoy cansado de un hombre que vive en Palacio solo; que habla en un púlpito solo, critica, miente y odia a la gente”.

Andrea Cabrera, consultora en Diálogo Corporativo, una agencia de comunicación y asuntos públicos: “Soy mujer, mexicana y demócrata. Quiero elecciones lo más transparentes posibles. Con el plan B perdería la confianza. No confío en una institución controlada por el gobierno”.

Fernando Mangino, expreso político del 68, nueve días en celda de aislamiento en el Campo Militar Número Uno. Desde ese año no participaba en ninguna manifestación. Explica las razones por las que regresó a manifestarse: “Nunca encontré algo que valiera la pena apoyar. Pero ahora lo tengo que hacer. Siento amenazada no sólo la democracia, sino al país. “Esta persona —dijo mirando a Palacio Nacional— nos pone en choque a los diferentes grupos sociales. Eso es altamente peligroso. Puede desatarse una revolución, entre comillas, con miles de muertos”.

José Luis Ortega, jubilado, 69 años: “Vine porque no quiero que haya alguien que vaya a perpetuarse en el poder. Ha pasado en muchos países y en todas las épocas. No queremos que pase en México”.

Es la voz del pueblo disidente.

Último acto

 
Federico Reyes HerolesFederico Reyes Heroles
Sextante
 
 
Hay otra trama, la clandestina, que es muy clara: ellos y sus socios quieren perpetuarse. 

Los abusos y corruptelas fueron muchas. El enojo era entendible. Al igual que en el 2000, la idea de una nueva esperanza –ahora por la izquierda– prendió.

El engaño.- Hubo advertencias: cuidado, es un impostor. Pero el histrión –en papel de víctima– convenció. La “mafia en el poder”, los “ricos” chupando del erario, sus bolsillos vacíos. Aparecieron las promesas sin sustento: crecimiento al 5%, salud como en Dinamarca, justicia –primero los pobres– como leitmotiv de la sinfonía del engaño. Los acompañantes iniciales configuraron un halo de seriedad. Fue un espejismo. El embeleso de la esperanza ejerció todos sus influjos. Hubo entusiasmo, era un nuevo rumbo.

 
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El desconcierto.- Pero, desde los primeros pasos, asaltaron las dudas: ¿por qué destruir un aeropuerto que hubiera solucionado un grave problema colocando a México a la vanguardia en ese ámbito? El NAIM era, en sí mismo, una señal clara de modernidad y apertura. Corrupción, fue el motivo oficial. Pero tirar 331 mmdp más el costo del AIFA 115 mmdp. Era insensato. El gran Sergio Ramírez afirma que la desproporción delata a los dictadores. El mundo se asombró, el sector privado cayó en el desconcierto. La multimillonaria obra sería enterrada y, con ella, a Peña, por supuesto. Pero la decisión fue obsesiva, detrás había más. México no debía ser moderno ni abrirse al mundo ni ser observado. ¡Intervencionismo! Comenzó así la pesadilla con capítulos sucesivos e hirientes: escasez de medicamentos. ¿Increíble, por qué?, de nuevo, la corrupción. El monstruo de mil cabezas justificando atrocidades humanas. Las familias padeciendo.

Los millonarios apoyos compensarían todos los horrores. Con disfraz de austeridad, comenzaron una auténtica persecución de todos los ahorros institucionales. Pero los apoyos directos que –a contraluz– llevan el rostro del redentor, se multiplicaron. Adiós al justiciero fondo para eventos catastróficos –una gran previsión para las trastadas de la vida–; adiós al de desastres naturales, que hoy financia al Tren Maya; adiós a todos los “ahorritos”, para gastarlos. Apareció en escena la oscura –pero sistemática– destrucción o apropiación de los órganos autónomos, de los nuevos contrapesos. Más desconcierto. Interrumpir los relevos necesarios, cerrar los dineros a todos: INEE, Cofece, CRE, CNH, INAI y otros, llevados a la guillotina. Apoderarse de la CNDH, del Conacyt, del CIDE. Toda resistencia debía ser destruida.

Ya con la espada desenvainada –en plena borrachera de poder–  se desnudaron: engaños a los empresarios, a EU, mentir sin el menor recato, atacar desde el púlpito, envenenar a la sociedad y enfrentar a los mexicanos.

Desplome.- Con el covid desfiló el desprecio por la ciencia, por la vida misma: 700 mil mexicanos perdidos de manera directa, más pacientes que dejaron de atenderse por la perversión administrativa. Carencia de vacunas, ostensible habilitación de los militares en decenas de funciones. 2023, la vacuna polivalente –que millones deberían de estar recibiendo– sigue sin ser autorizada. ¿Niñez, mujeres, educación? Hay otras prioridades y muchos cómplices. Agréguense ofensas contra el Judicial, contra la UNAM, contra los mexicanos por pretender un mejor nivel de vida, contra las desleales clases medias, que son mayoría en México, y contra los periodistas. 

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Colapso.- Llegó la batalla definitiva: destruir la democracia mexicana, a la institución que logró elecciones limpias y alternancia. Los responsables de tirar decenas de miles de millones de pesos invocan –con cinismo– lujos y pretenden engañarnos. La trama oficial es insostenible: más pobres, más injusticia, más inseguridad. Pero hay otra trama, la clandestina, que es muy clara: ellos y sus socios quieren perpetuarse. Ganan los narcos.

 
Pero México no es un país de idiotas.

La tramoya está en el piso. Pero el telón todavía no baja, están en escena. Son patéticos.

Nombre de la obra: Los farsantes.

De todo esto, de nuestra dignidad, se trata la concentración.

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