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Historia y Cultura

“¡Ya párele, Presidente!”

 

Francisco GarfiasFrancisco Garfias             
Arsenal
 
 

El Presidente está enojado y no lo disimula. Todos los días hace de la mañanera un paredón.

Fusila verbalmente a periodistas, intelectuales, legisladores, políticos, empresarios opositores, jueces y ministros que no le son afines.

Últimamente, la ha agarrado contra la Suprema Corte, en general, y la ministra presidenta del máximo tribunal, Norma Piña, en lo particular. La ha calificado de “florero” y ha insinuado que es cómplice del crimen organizado, sin presentar más pruebas que sus dichos. 

“¡Ya párele, Presidente, no se pase!”, pidió el panista Santiago Creel, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, en la rueda de prensa que ofreció en la sala Miguel Reyes Razo del Palacio Legislativo.

Dijo textual: “Ayer se metió conmigo. Le respondí y le volveré a responder. Vean en las redes sociales la respuesta que me han dado sus huestes. 

“Hoy fue la ministra y vean las redes sociales. Está un mensaje en Twitter con una bala. Todos sabemos que la violencia empieza con la palabra…”.

“¿A dónde quiere llegar? ¿A qué alguno de sus huestes transgreda auténticamente la violencia verbal y llegue a la violencia física? ¿Eso quiere?”, preguntó el exsecretario de Gobernación. 

Creel se sumó a cada una de las palabras vertidas en la carta de la Barra Mexicana Colegio de Abogados que exige al Ejecutivo respeto para el Poder Judicial.

 

Dice la carta de los abogados: “Denostar, ofender, calumniar o hacer aseveraciones sin argumentos ni pruebas, respecto del trabajo de las personas impartidoras de justicia solamente debilita a nuestra democracia y a nuestro sistema jurídico”.

* Hay pánico en San Lázaro de que la manifestación del 8 de marzo próximo —Día Internacional de la Mujer— se convierta en una protesta que derive en una marcha hacia el Palacio Legislativo.

A los diputados les asusta que el anunciado desacato a la sentencia del TEPJF —que ordena que sea una mujer la próxima presidenta del INE—, se interprete como un acto de misoginia. Saben de ese riesgo y parecen decididos a asumirlo.

Ignacio Mier, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara baja, alega que el Tribunal Electoral “perdió la brújula” al querer legislar en materia electoral.

“¿Qué pasa si se permite? Bueno lo que puede pasar es que desaparezca la Cámara de Diputados. Están legislando; llegaron al extremo, lean la sentencia, que no dice modifiquen la convocatoria, dice publiquen estas modificaciones.·

El magistrado del TEPJF José Luis Vargas da la razón a los diputados. “Mis pares se han pasado con un activismo desmedido”, nos dijo vía WhatsApp.

Lo ha sostenido ante sus pares durante las sesiones del pleno: “Este tribunal no puede interferir en la vida parlamentaria. Tampoco tiene jurisdicción para analizar cualquier asunto que tenga que ver con violencia política de género.

“Estamos viendo las consecuencias: el poder parlamentario, en su soberanía, no está haciendo caso a las resoluciones de esta soberanía”.

Otra de las razones que se esgrimen en la Cámara de Diputados para desacatar la sentencia del Tribunal es que les fue comunicada después de cerrado el proceso, el 23 de febrero a las 11 de la noche. “Es extemporánea”, aseguran.

Pero hay más razones de fondo en este asunto. Diputadas mujeres que pidieron el anonimato nos dijeron que esa sentencia podría sentar un “peligroso” precedente: Que la alternancia alcance a la Presidencia de la República. Un sexenio para una mujer y un sexenio para un hombre. 

* Le llueve a la ministra Yasmín Esquivel por el doble plagio del que se le acusa: su tesis de licenciatura y su título de doctorado.

La Universidad Complutense de Madrid se desmarcó de su título de doctorado. Negó rotundamente que haya sido obtenido en forma compartida con la Universidad Anáhuac.

La ministra aseguró al diario español El País, a través de intermediarios, que nunca dijo ser doctora por la Complutense.

Los españoles señalaron que la ministra nunca sustentó su tesis doctoral en la Complutense, por lo que no puede ser considerada como una de sus doctoras. 

A los cuestionamientos del diario que dio a conocer el plagio de casi la mitad de su tesis de doctorado, la ministra les envió documentos “que demuestran que tomó y concluyó satisfactoriamente sus materias en la universidad española”.

Por terminar esos cursos se le otorgó un diploma y la reconocieron como candidata a doctora, pero, según la Complutense “nunca pasó de ahí”, remata el diario.

Tesla se queda

 

Pascal Beltrán del RíoPascal Beltrán del Río                   
   Bitácora del director
 
 

Apenas el viernes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador había descartado que la empresa Tesla construyera su nueva megafábrica de autos en Nuevo León, a causa de la escasez de agua que afecta al estado norteño. “Sencillamente, no se entregan permisos para eso; o sea, no es factible”, advirtió.

Pero algo pasó en los siguientes tres días. Luego de dos conversaciones con el dueño de Tesla, el multimillonario Elon Musk, López Obrador metió reversa y anunció –ayer, en su conferencia– que siempre sí se haría en Nuevo León.

Justificó la decisión –de la que se darán detalles al mediodía de hoy, en Austin, Texas– diciendo que la empresa se había comprometido a usar agua reciclada en todo el proceso de fabricación de los vehículos. 

En realidad, eso nunca estuvo en duda. Desde los primeros comentarios del Presidente en el sentido de que la construcción de la planta sólo sería autorizada en lugares donde hubiera agua abundante, los expertos en el sector señalaron, primero, que la fabricación de autos no es un proceso que requiera uso intensivo del líquido y, segundo, Tesla emplea agua tratada por la necesidad de restarle los minerales que tiene por naturaleza.

Así terminó una discusión innecesaria que se inició el 20 de febrero, cuando López Obrador mencionó por primera vez la escasez de agua en Nuevo León como impedimento para que se realizara allí la inversión de Tesla. Y, al final, ganó la propuesta del gobernador neoleonés Samuel García, quien contactó a Musk desde hace dos años e incluso logró que visitara Monterrey a finales de octubre. De hecho, ya todo está listo para comenzar la construcción en un terreno de mil 700 hectáreas en el poniente del municipio de Santa Catarina.

¿Qué habrá llevado al tabasqueño a meterse en esa negociación? En ese punto hay varias especulaciones: desde que quiso atraer la inversión para vestir los alrededores del aeropuerto Felipe Ángeles hasta que buscó impedir que ésta se quedara en un estado que él ganó de manera estrecha en 2018 y donde Morena no pudo llevarse la gubernatura. Ninguna de las explicaciones empata con la lógica económica.

En países desarrollados, con instituciones fuertes, los jefes de Estado o de Gobierno no intervienen en decisiones como ésa. Por ejemplo, en Estados Unidos, los permisos que tienen que cumplir los inversionistas extranjeros no los otorga el presidente, sino un organismo especializado, el denominado Committee on Foreign Investment in the United States (CFIUS), que encabeza el Departamento del Tesoro, y tiene representantes de 16 entidades públicas, entre ellas los departamentos de Defensa, Estado, Comercio y Seguridad Nacional.  

Allá el otorgamiento de permisos es una actividad interdisciplinaria. Acá, en el México del presidente López Obrador, un solo hombre los otorga o los niega. Hace unas semanas le relaté cómo se perdió una inversión de la empresa de vidrio plano Tempco Glass, que quería instalar una planta en Mexicali, porque la CFE le explicó que el único que podía dar el permiso para tender la línea de transmisión eléctrica que se necesitaba era el Presidente, y, después de esperar por meses una cita, la compañía decidió irse a Texas. 

Habría que saber por qué esta vez López Obrador dio su brazo a torcer, luego de lo terminante que había sido el viernes pasado. Todo indica que hubiera sido costoso negarse a palomear un acuerdo muy benéfico para el país que ya estaba prácticamente cerrado.

El Presidente, a quien evidentemente le molesta que le impongan cualquier cosa, se sometió a un desgaste innecesario. Incluso si hubiera tenido buenas razones para arrebatar lo que Samuel García había negociado, pudo haberlo intentado de manera callada, sin hacerlo público en la mañanera. Pero pesó más su ánimo de que todo el mundo sepa “quién manda aquí”.

México gana con esta decisión. Y hay que dar el reconocimiento al gobernador de Nuevo León, quien no sólo consiguió la inversión, sino que aguantó la intervención del Presidente.

Ojalá que, de ahora en adelante, las decisiones sobre inversiones se sistematicen y se basen en criterios económicos y no políticos, sobre todo en momentos en que la mesa está puesta para que México se beneficie del enorme flujo que puede significar el nearshoring.

“Andan muy alzaditos por la marcha pedorra”, dice Noroña

Francisco GarfiasFrancisco Garfias             

Arsenal

 
 

El juicio a Genaro García Luna fue tema único en la agenda política de la sesión en San Lázaro. El ambiente se calentaba conforme avanzaba la sesión. Una estampa de la polarización a la que nos ha llevado el presidente López Obrador. Hubo guerra de lonas en el salón de sesiones y graves acusaciones en el debate sustentadas en el veredicto contra García Luna, las del oficialismo, y en los 7 millones de dólares que, supuestamente, le dio El Rey Zambada a Gabriel Regino para apoyar a AMLO, las de la oposición. No faltaron burlas coreadas por los diputados oficialistas al expresidente panista: “¡Coca, hielo y ron, sigue Calderón!”.

* Gerardo Fernández Noroña (PT) fue el orador que abrió la agenda política. “Protectores del narco. Es lo que son”, les dijo a los panistas. Luego se fue en contra de los asistentes a la megamanifestación en defensa del INE, el pasado domingo:

“Andan muy alzaditos por su marcha pedorra del domingo. Los felicito que hayan llenado el Zócalo. Pero les digo que necesitan más de 20 minutos en el Zócalo, unas décadas de constancia, para que nos puedan disputar el gobierno”.

La respuesta inmediata fue del perredista Marcelino Castañeda Navarrete. Le dio a Noroña una sopa de su propio chocolate: “Si García Luna estuviera en la cuarta narcotransformación, no faltaría un payaso que subiría a tribuna y gritaría: larga vida a García Luna”, dijo, en referencia al petista.

 

Extrañamente, Gerardo ya no pidió la palabra para responder a esa alusión, pero sí para hacer varias “mociones de orden”. El citado perredista leyó en tribuna el compendio de escándalos por desvíos de recursos en lo que va del sexenio:

“Los moches de Delfina, los billetazos a Pío, a Martín y a la senadora Abreu, la corrupción de Gustavo Ponce y de Ana Guevara, los contratos de Felipa y del esposo de Rocío Nahle, la estafa de Segalmex, Gabriel Regino…”.

* La ausencia de la diputada del PAN Margarita Zavala en el debate sobre García Luna fue aprovechada por morenistas y petistas. Una pregunta se repetía en voz de la diputada del PT Lilia Aguilar: “¿Dónde está Margarita Zavala para hacer frente a esto?”. La secundaba la morenista Andrea Ramírez Padilla: “No sean cobardes. Los va a encontrar la justicia, así se vayan a esconder a España”.

 

* En la parte final del debate parecía que podían llegar a los golpes. Durante toda la sesión los morenistas y sus rémoras exhibieron mantas contra García Luna, Calderón y el PAN, abajo de la tribuna. Los priistas, hasta entonces muy discretos, desplegaron otra dirigida a la SCJN que hablaba de su responsabilidad en la salvaguarda de la democracia. En ese momento presidía la sesión la diputada de Morena Karla Yuritzi Almazán. Pidió a los del PRI “bajar su lona”, pero a los morenos no.

“Es momento del Grupo Parlamentario de Morena, por lo cual ellos pueden tener una lona al frente, por favor. Les pido a los demás grupos parlamentarios que nos permitan que pueda seguir la participación”. La cosa no era pareja. Las lonas de Morena y aliados estuvieron desplegadas buena parte de la sesión. Los priistas acataron el llamado de la morenista, pero luego vieron que seguían las lonas guindas, regresaron y volvieron a desplegar la suya para tapar la de Morena.

Se hicieron de palabras. La tensión amenazaba con desbordar. El morenista Leonel Godoy, exgobernador de Michoacán, pidió la palabra para decir: “Sería muy importante que se evitara este intento de confrontación del PRI. El PRI de los fraudes electorales, que deberían de estar pensando cómo le van a hacer con Alito ahora que le fue retirada su extensión ilegal del cargo en el Partido Revolucionario Institucional, y no estar provocando a nuestros diputados que están ahí enfrente”.

Los renovados llamados de la presidenta de la mesa para que los priistas retiraran las lonas ya no eran escuchados.

“No podemos perder la cabeza. No podemos perder el orden. No podemos perder el respeto a los compañeros”, pedía la morenista sin que nadie le hiciera caso.

De nuevo Godoy: “Los diputados de Acción Nacional, en una acción concertada con los diputados del PRI, que vergonzosamente defienden al PAN, están buscando una confrontación. Eso es lo que están haciendo en este momento”.

 

Luego de que se bajaron las lonas, legisladores del PRI y del PAN subieron hasta el palco de la prensa a mostrar pancartas.

Una de ellas traía una toma aérea del Zócalo rosa lleno a reventar y recordaba palabras de AMLO pronuncias en 2020: “A la primera manifestación de 100 mil, (me voy) a Palenque…”.

El diputado panista Santiago Creel, quien se había bajado de la silla de presidente de la mesa directiva para responder a alusiones personales desde su curul, empezó a mandar señales de calma a panistas y priistas.

Cuando las cosas se tranquilizaron, la diputada Saraí Núñez Cerón terminó de leer una nota periodística que balconeaba una fiesta “fifí y conservadora” a la que asistió, en Madrid, el expresidente Calderón, el pasado domingo.

Reacciona la Casa Blanca, ¿y?…

 

Enrique ArandaEnrique Aranda                                
De naturaleza política
 

           Ahora sí que, diría alguno, “de lengua me como un...”

 

Si bien el impacto mediático de la multitudinaria “toma” dominical del Zócalo capitalino y las plazas de otras cien ciudades en el país y en el mundo en repudio de la anticonstitucional y abusiva reforma electoral —el llamado plan B de Andrés Manuel López Obrador y los suyos que pretende destazar al Instituto Nacional Electoral (INE) y someterlo a su voluntad— opacó cualquier otro asunto ante la opinión pública, lo cierto es que la (casi) inmediata reacción del gobierno de Joe Biden ante el hecho no puede, en forma alguna, ser considerada como un tema despreciable.

Esto, no porque la sola opinión del Departamento de Estado, a cargo del durito Antony Blinken, estableciendo que Washington “está siguiendo muy de cerca los últimos sucesos relacionados con la reforma electoral en México” deba preocupar al gobierno o que la advertencia de que “Estados Unidos apoya instituciones electorales independientes y bien dotadas de recursos que fortalezcan los procesos democráticos y el Estado de derecho” pudiera mover a “encender alarmas”, sino en esencia, porque lo dicho el lunes por el portavoz Ned Price evidencia el nivel de preocupación que, como en el país, está generando el proceso en marcha aquí.

 

Y más, valdría decir, porque a la vista, el indiscutible acoso que contra la democracia se observa a nivel mundial, en gran parte ahora de los países de América Latina, poniendo a prueba la fortaleza (y vigencia) de las instituciones electorales y judiciales autónomas, nada parece más urgente que cerrar filas en torno a los esfuerzos que, para anular o revertir tales intentos, se impulsan en la actualidad por parte de organizaciones ciudadanas y/o partidistas, incluso, de manera especialmente notable, so pena de tener que lamentarlo en un futuro no tan lejano…

Insistamos, entonces, que, si bien opiniones como la citada no deben ser objeto de preocupaciones innecesarias o reacciones ideologizadas que a nada conducen, no deben tampoco se ignoradas… 

 

ASTERISCOS

* Bastó una llamada telefónica entre el hombre más rico del mundo y Ya Sabemos Quién para que 72 horas escasas después de advertir públicamente que no se cedería a ello, el gobierno federal se doblara ante el siempre polémico Elon Musk y le garantizara permitir que su nueva planta de Tesla, con una inversión de 10 mil millones de dólares, se instale en Nuevo León…

* Si bien el acuerdo fue aprobado ya por todos los coordinadores en Donceles no será sino hasta hoy —“en el supuesto de que ahora sí haya quórum y pueda sesionarse”, se entiende— cuando se avale ampliar a septiembre el plazo del panista Federico Döring al frente de la Jucopo que, vale recordar, asumió en diciembre, en sustitución del ahora prófugo Christian Von Roehrich…

* El mandato del impresentable Alejandro A(m)lito Moreno al frente del Revolucionario Institucional entró ya en estado de franca agonía luego que, como se previó, el INE diera marcha atrás a la ilegal reforma estatutaria —un auténtico “golpe de mano”— a través del cual buscó apoderarse del control del tricolor hasta pasadas las elecciones federales de 2024…

Veámonos el viernes con otro asunto De naturaleza política.

Más señales alarmantes de López Obrador

Leo ZuckermannLeo Zuckermann                     

Juegos de poder

En este espacio he reiterado mi preocupación de que López Obrador desconozca un posible triunfo opositor en las elecciones de 2024 y se niegue a entregar la Presidencia al legítimo ganador en las urnas. Para López Obrador es inconcebible que Morena pueda perder el año que entra. Nunca en su historia ha aceptado una derrota y no va a comenzar a hacerlo en 2024. Fiel a su estilo, argumentará que los resultados adversos fueron producto de un fraude promovido y avalado por las autoridades electorales. Tal y como Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil, hará hasta lo indecible con tal de no entregar el poder a la oposición.
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El Presidente ya ha mandado muchas señales en este sentido. Hoy agrego una más.

López Obrador debió trasmitirle a Perú la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico (una iniciativa de integración comercial conformada por Chile, Colombia, México y Perú) en diciembre pasado. El nuevo titular sería Pedro Castillo, todavía presidente peruano. Sin embargo, Castillo dio un autogolpe de Estado que resultó fallido y el Congreso lo depuso y arrestó.

La presidencia peruana la tomó la vicepresidenta Dina Boluarte. Desde el día uno de los acontecimientos, López Obrador criticó la separación del poder de Castillo y desconoció la legitimidad de Boluarte. Contrario al discurso de no involucrarse en asuntos de política interna de otros países, que utiliza cuando le conviene, el mandatario mexicano se metió hasta la cocina en los temas domésticos de Perú.

 

Obviamente, la postura de López Obrador produjo una reacción negativa en Lima. La relación bilateral se ha ido deteriorando al punto que la presidenta Boluarte declaró como persona non grata al embajador de México en Perú y ordenó el retiro de su propio embajador en nuestro país.

En esta coyuntura, el jefe del Ejecutivo mexicano decidió no entregarle la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico a Perú por considerar “espurio” al gobierno de Boluarte. Ése fue el adjetivo preciso que utilizó López Obrador.

Lo de la Alianza del Pacífico es una nimiedad en las relaciones multilaterales de México con otras naciones latinoamericanas. Aquí lo importante es que este asunto se cruzó en la disputa entre López Obrador y Boluarte. Eso en el ámbito internacional. 

Pero el tema, me parece, también tiene una lectura política nacional.

El Presidente de México se está arrogando el derecho de decidir quién es un gobernante legítimo y quién uno espurio. No importa lo que digan la Constitución y las instituciones encargadas de designar oficialmente a un mandatario. Bueno, pues lo que está haciendo López Obrador hoy al considerar fraudulenta a Boluarte y, por tal motivo, no entregarle la presidencia de una organización multilateral, podría hacerlo en 2024 si la oposición gana las elecciones presidenciales.

 

Diría, como ha dicho de la presidenta peruana, que el ganador es un títere, un pelele, de la oligarquía local, que lo único que quiere es saquear los bienes del país y, por tanto, no puede entregarle la Presidencia de México.

La pregunta es qué consecuencia tendría esto para la política nacional.

Formalmente, al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le corresponde emitir la constancia de “presidente electo” al ganador de los comicios. El día de la toma de posesión, el presidente debe presentarse al Congreso a rendir la protesta contenida en el Artículo 87 de la Constitución. De hecho, de acuerdo a expertos constitucionales, después de 2006, cuando López Obrador quiso impedir la toma de protesta de Calderón en el Congreso, el presidente entra automáticamente en funciones el primer minuto del día que toma posesión, aunque no haya protestado frente al Congreso.

Así que, por más que López Obrador no quiera entregar la Presidencia en 2024, basta que el TEPJF emita la constancia de ganador de las elecciones y el día de la toma de posesión el Presidente comience a gobernar, a pesar que el mandatario pasado lo desconozca.

Sin embargo, imaginemos el escenario de un presidente en funciones argumentando que su sucesor es un espurio y que, por tanto, no entregará la institución presidencial. Serían meses de gran conflicto e incertidumbre política. Algo así como el 2006, pero en esteroides, porque sería el mismísimo Presidente de México, con todo el poder que tiene, el que se arrogaría el derecho de declarar espurio a su sucesor y amagando con no cederle el poder.

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