El presidente López Obrador ha dicho que fue Ramírez de la O quien le propuso prepagar la deuda
Desde el piso de remates
MARICARMEN CORTÉS
Se espera que el viernes que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, participe en la reunión de senadores de Morena, se refiera al Paquete Económico 2022 que presentará el próximo 8 de septiembre con un presupuesto que, se ha anticipado, será inercial y no incluirá nuevos impuestos.
Un tema obligado seguramente será también la propuesta en la que volvió a insistir ayer el presidente López Obrador para prepagar deuda pública con los Derechos Especiales de Giro (DEG) que recibió México de parte del FMI, por un monto de 12,117 mdd, y que, como ya informó el Banxico, son activos de reserva internacional. López Obrador ha dicho que fue Ramírez de la O quien le propuso prepagar la deuda y lo que volvió a aclarar el Banco de México es que la ley sí le permite venderle o comprar divisas al gobierno federal, pero no utilizar directamente los DEG o su equivalente en dólares para prepagar deuda.
Sobre este tema, Gaby Siller, economista en jefe de Banco Base, señaló que pagar anticipadamente deuda implicaría para el gobierno un elevado costo de oportunidad desde el punto de vista financiero y también social, porque no ha terminado de recuperarse la economía mexicana y los niveles de pobreza se han incrementado a la par de una recuperación frágil y precaria del empleo.
Un análisis de Citibanamex dice al respecto que los DEG no se pueden utilizar para pagar deuda, pero el Banxico sí puede venderle dólares al gobierno federal, como lo hizo en julio de 2008 y en junio de 2006, para prepagar deuda que pagaría en pesos y es una decisión que no está relacionada con los DEG.
Será en verdad interesante que Ramírez de la O, quien desde su nombramiento ha mantenido un muy pero muy bajo perfil, explique a los senadores de Morena qué fue lo que realmente le propuso a López Obrador y por qué considera que es buena idea comprarle dólares al Banco de México, que está, por ley, obligado a vendérselos a precios de mercado.
*
SORIANA ACEPTARÁ CODI
A muchos sorprendió que HSBC, que encabeza en México Jorge Arce, se uniera como socio de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD). El objetivo de HSBC es, entre otros, impulsar pagos digitales en comercios y no extraña, por lo tanto, que ayer se anunciara que, con la asesoría de HSBC, Soriana comenzará a recibir, en sus 760 tiendas de autoservicio, el pago con la plataforma CoDi que desarrolló el Banco de México y que permite, con un código QR, realizar transacciones electrónicas sin costo para los clientes.
Lo que quieren las autoridades financieras es impulsar estas plataformas, como CoDi, que permiten avanzar en inclusión financiera y disminuir el uso de efectivo y la informalidad. Ahora sí que bien por HSBC, Soriana y la ANTAD, que encabeza Vicente Yáñez.
*
TREN MAYA DESVÍA CURSO EN CAMPECHE
Rogelio Jiménez Pons, director del Fonatur, confirmó que ante la oposición y amparos presentados por “una minoría”, el Tren Maya no pasará por el centro de la ciudad de Campeche y ahora la estación estará en la periferia, cercana al aeropuerto, lo que, dijo, representará un ahorro en costos y no retrasará la obra. ¿Será?
Con una calculadora en mano, Jorge Goytortúa, director general del Cross Border Xpress (CBX), descubrió que Tijuana, al menos temporalmente, es un destino estadunidense, aunque haya sido anexado sin guerras y sólo por la fuerza del turismo.
La semana pasada, el gobierno de EU amplió otros 30 días la prohibición para que los mexicanos crucen a ese país por vía terrestre, supuestamente debido a la pandemia del covid-19.
El asunto no tiene pies ni cabeza, pues todos los días decenas de miles de estadunidenses están cruzando por la frontera norte a México, así es que el intercambio de virus por esta ruta está lo que se quiera, menos controlado.
El CBX fue una genialidad de los empresarios Carlos Laviada, su esposa Laura Diez Barroso, Eduardo Sánchez Navarro y el estadunidense Sam Zell, para propiciar el cruce terrestre entre ambos países cuando los viajeros partan o aterricen en el Aeropuerto de Tijuana.
Al cerrarse las fronteras terrestres por la pandemia, el CBX se redujo a su mínima expresión, pero pronto se comenzó a recuperar; la línea entre ambos países es la más transitada del mundo y los estadunidenses la siguieron usando, pues México mantiene la libertad de tránsito.
En julio pasaron 296 mil personas a y desde Estados Unidos por el CBX, cifra que bastó para imponer un nuevo récord de tránsito para el séptimo mes del año.
El detalle, como habría dicho Cantinflas, es que más del 95% son estadunidenses y unos cuantos mexicanos con visas de trabajo, doble nacionalidad, visas especiales, etcétera.
Según cálculos del CBX, si la frontera no estuviera cerrada para los mexicanos con visa de turista, dicho número aumentaría en 70 mil y habrían pasado 366 mil en julio.
Ese mes, con puros estadunidenses, el número de cruces aumentó 7%; pero si hubieran pasado los mexicanos, lo habría hecho en más de 30 por ciento.
*
¿CUÁL ES EL SECRETO?
Muy fácil: las playas mexicanas están abarrotadas de estadunidenses; no porque sean las más bonitas, que sí lo son, ni porque los mexicanos den el mejor servicio, que lo dan, ni debido a que están baratísimas con el dólar 20 a 1, sino debido a que el resto de los países no tienen abiertas sus puertas sin restricciones para los estadunidenses.
Así es que en julio aumentaron 250% los estadunidenses que volaron desde diversos lugares de Estados Unidos para cruzar por el CBX y llegar a Cancún.
A Puerto Vallarta y Los Cabos los aumentos fueron de más de 35 por ciento.
La situación podría ser todavía mejor si pasaran los 70 mil mexicanos mensuales referidos, pues le significarían al CBX 1.2 millones de dólares adicionales por mes.
Las autoridades estadunidenses han mantenido su “cerrazón”, primero, por la presión de la Comisión para Prevenir Enfermedades (CDC), que registraron el tsunami en que se ha convertido la tercera ola mexicana, no obstante que se aplicaron en el último mes 1.2 millones de dosis de vacunas en Baja California.
También, debido a un inusitado aumento en el cruce de indocumentados, con los centroamericanos a la cabeza, lo que alborotó el gallinero en los medios y redes de ese país.
Así es que algunos nos preguntamos por qué Tijuana sigue siendo un aeropuerto ”mexicano”, cuando el CBX lo ha transformado en el “aeropuerto más popular de San Diego”.
A las 4:26 de la tarde de ayer salió el diputado panista Marco Adame del salón donde sesionaba la Comisión Permanente en el Senado. Su cara reflejaba la expresión del triunfador.
Anticipaba lo que vendría minutos después en la votación: por segunda vez en 24 horas, el bloque de contención (PAN-PRI-PRD-MC) paró en seco la maquinaria de Morena y sus aliados en el Congreso. Por un voto, los oficialistas no alcanzaron la mayoría calificada (dos tercios de los presentes) para convocar un periodo ordinario de sesiones que apruebe la ley secundaria para la revocación de mandato que, por ley, deberá realizarse el cinco de marzo de 2022.
* Desde el inicio del largo y ríspido debate se sabía que ni con sus aliados, Morena alcanzaría la mayoría calificada para convocar el extraordinario.
Los 37 integrantes de la Comisión Permanente estaban todos presentes. Trece son de oposición. Morena y aliados necesitaban 25 votos. Les faltó uno.
No tenía sentido que la sesión se prolongara por horas. La votación estaba perfilada desde el inicio de la sesión. “Tienen que demostrarle al Presidente que se murieron en la raya”, nos explicó el panista Adame.
El integrante de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente se enteró que el pasado miércoles, a mitad de la sesión, hubo una llamada desde la Presidencia para presionar la aprobación del extraordinario.
Eso cohesionó al bloque de contención.
Oradores del PAN, PRD, MC y PRD dejaron claro que no están en contra de la revocación de mandato como tal, sino en la forma como el partido oficial quiere sacar la ley secundaria.
Alegan que la pregunta está diseñada para favorecer la ratificación —no la revocación— de mandato, y que evade del tema de la pérdida de confianza.
* Los reveses de Morena, miércoles y jueves en la Permanente, se suman a las varias batallas perdidas por el Presidente no sólo en el Congreso, sino también frente al Poder Judicial y otros órganos autónomos.
Estamos hablando de las congeladas leyes de la Industria Eléctrica y la de Hidrocarburos para devolver el monopolio a Pemex y la CFE, a costa del desarrollo de las energías limpias.
Del revés en su empeño de ampliar dos años el mandato del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, aún en contra de la Constitución que limita a cuatro años la duración en ese cargo.
López Obrador dice que el Poder Judicial “está podrido” y que sin Zaldívar en la presidencia de la SCJN, la reforma al Poder Judicial no se concretará.
En este recuento de los reveses incluimos el retiro —por el INE y el TEPJF— de las candidaturas de Félix Salgado, en Guerrero, y de Raúl Morón, en Michoacán. Pero también las tres diputaciones federales que ese mismo tribunal le quitó a Morena por encontrar irregularidades.
A todo eso hay que sumar la destitución del magistrado presidente del Tribunal Electoral, José Luis Vargas, aliado de la 4T.
Esos tropiezos han llevado al jefe del Ejecutivo a radicalizarse, a emprender una cruzada para desaparecer órganos autónomos que le estorban y hacerlos a su modo.
Ya se anuncia una reforma constitucional para barrer con los consejeros del INE y magistrados del Tribunal Electoral, por no plegarse a los caprichos de López Obrador. “No son demócratas”, dice.
Otra para fusionar la Guardia Nacional con la Sedena, so pretexto de impedir que se eche a perder, como la Policía Federal. Una más para fortalecer a Pemex y a la CFE.
Pero no será tan fácil. El seis de junio el elector no le dio al partido Morena la mayoría por sí solo en la Cámara de Diputados.
Mucho menos la mayoría calificada que se requiere para cambiar la Constitución ni con el apoyo de sus aliados. A menos, eso sí, que líderes de la oposición con cadáveres en el clóset le otorguen los votos necesarios para alcanzarla.
No tardaremos en saberlo.
* Por boca del diputado panista electo al Congreso de la CDMX, Ricardo Rubio, nos enteramos que su primera iniciativa será devolver a los adultos mayores locales el apoyo (1,200 pesos mensuales) que, dice, les fue retirado por Claudia Sheinbaum.
Les quitaron la doble pensión alimenticia para dar paso al nuevo modelo universal de pensión para adultos mayores del gobierno federal que, asegura, ha hecho perder a los viejitos 3 mil pesos anuales.
“Cada mes, el adulto mayor está perdiendo casi 250 pesos, lo que alcanzaría para comprar 13 kilos de tortilla, 10 litros de leche o seis y medio de frijol”, ilustró.
El panista dice que el apoyo dejó de ser recibido por 883 mil personas en esta ciudad.
La iniciativa tendrá que ser aprobada por el Congreso de la CDMX, donde Morena y sus aliados mantendrán una mayoría debilitada, como resultado de las elecciones del pasado seis de junio.
Como el INE solicita miles de millones de pesos para la consulta, el gobierno podría convocar a la ciudadanía para organizarla y que cueste menos, propuso el Presidente
ISABEL GONZÁLEZ | 24-08-2021
CIUDAD DE MÉXICO.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el INE no quiere democracia porque elevó el costo de la organización del ejercicio ciudadano, previsto para 2022.
“Están pidiendo muchísimo dinero, creo que dos mil 500 millones de pesos para que la gente diga: ‘No tiene caso, ¿por qué gastar tanto en eso?’. Son muy truculentos”, señaló.
Planteó que los funcionarios del organismo autónomo aporten de su salario para pagar parte de la consulta. “Nada más con que aporten los de arriba la mitad de su sueldo, los medianos que aporten el 25% y los de abajo no; los que ganen menos de 10 mil pesos que no (aporten). Que no haya comidas ni bebidas, que le bajen a los honorarios”, sugirió.
Afirmó que también se puede pedir apoyo a gobiernos locales y, si el INE no quiere hacer la consulta, su administración podría convocar a ciudadanos para organizarla.
“Si no van a cumplir con la Constitución, porque ya está en la Constitución establecido, hasta la fecha del procedimiento, convocamos a ciudadanos para que nos ayuden a hacerlo; estoy seguro que no costaría dos mil 500 millones”, dijo.
Pedirá a ciudadanos organizar revocación
El Presidente acusa al INE de pedir demasiados recursos para que no se lleve a cabo el ejercicio; plantea que los empleados del INE se reduzcan el sueldo para pagarlo.
Una vez más el presidente Andrés Manuel López Obrador culpó al Instituto Nacional Electoral (INE) de estar en contra de la democracia al no querer realizar el ejercicio de la revocación de mandato el próximo año y elevar con intención “truculenta” a miles de millones de pesos el costo de la organización del ejercicio ciudadano.
De acuerdo con el mandatario, si el INE no se hace cargo de la organización de la revocación de mandato, él convocará a la ciudadanía para cumplir con lo establecido en la Constitución sobre el ejercicio democrático, y saber si quieren o no que permanezca en el cargo de Presidente de la República.
Aseguró que, en ese caso, la revocación de mandato no saldría tan cara, porque tendría apoyo de gobiernos estatales, municipales y de millones de ciudadanos.
“El INE, para que no se lleve a cabo la revocación del mandato, la consulta, está pidiendo muchísimo dinero, creo que dos mil 500 millones de pesos para que la gente diga ‘no tiene caso, ¿por qué gastar tanto en eso?’ Son muy truculentos, cuando tienen a miles de trabajadores, nada más con que aporten los de arriba la mitad de su sueldo, los medianos que aporten el 25% y los de bajo, no, los que ganen menos de 10 mil, que no, y que no haya comidas ni bebidas, que le bajen a los honorarios”, sugirió el presidente a los consejeros electorales.
López Obrador dijo que el presupuesto del INE para la revocación del mandato “sólo es la pinza” que cierra el acuerdo al que llegaron con el mismo propósito los salinistas, el exsecretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; “la señora del PAN”, Josefina Vázquez Mota, y Dante Delgado, dirigente de Movimiento Ciudadano.
Dijo que todos ellos quieren que siga el régimen de privilegios y corrupción y que están en contra de la democracia, por lo que no quieren que se lleve a cabo la consulta sobre la revocación de mandato.
Sin embargo, el mandatario confió en que en el próximo periodo ordinario de sesiones en el Congreso de la Unión se apruebe la regulación del ejercicio ciudadano contemplado en la Constitución, para que se lleve a cabo en el primer trimestre de 2022.
No resultó extraño que, como primera iniciativa de política exterior del presidente Joe Biden, en las condiciones del capitalismo posglobalización neoliberal, en pandemia y con acelerado declive del otrora hegemón, fuera presentada por EE. UU.-OTAN en la reunión del G-7, la iniciativa «Reconstruir mejor para el mundo», con el objetivo explícito de contrarrestar el proyecto chino de desarrollo económico Un cinturón, una ruta
Autor: Jorge Casals Llano | Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.
Lejos quedaron los años 80 y 90 del pasado siglo en los que el neoliberalismo, la globalización y el mundo unipolar encabezado por EE. UU. enrutaban al planeta por caminos imprevistos, mientras la academia discutía si la «modernización» de China era sinónimo de «americanización», si realmente su «apertura» era solamente abrir sus puertas a EE. UU., a su filosofía de mercado y consumista y a la aceptación de la imposición de la «democracia occidental»… o si en realidad estaba sucediendo todo lo contrario. También lejos quedaron los del fin de la URSS, la terapia de choque, la privatización y la corrupción generalizada de los años de Yeltsin, que condujeron a Rusia al colapso de finales de siglo…, y también a su resurgimiento.
Eran esos los mismos años en los que se producían cambios –también impulsados por el neoliberalismo– con el fortalecimiento transitorio del capitalismo global que en los primeros años del nuevo siglo exhibía el mejor comportamiento de su historia –de considerarse solo cifras– con los menores niveles de inflación desde los 60 del siglo, con la pobreza declinante y el aumento de la clase media.
Y todo ocurría porque el pensamiento único, neoliberal, el del «fin de la historia» según Fukuyama, había desregularizado a escala global las economías, privatizado las grandes empresas estatales y paraestatales, desmantelado los sistemas de protección laboral, arruinando a los competidores locales, impulsando bloques de integración asimétrica e instaurando la era de la financierización de la economía y las operaciones especulativas realizadas a escala planetaria… que había hecho posible que la economía mundial se hiciera todavía más dependiente de la norteamericana y permitiera a EE. UU. mantener y aún incrementar su riqueza sobre la base del gasto, la dependencia y su endeudamiento con el resto del mundo.
Pero todo lo anterior condujo a la crisis de 2007-2008 –el inicio del fin del «fin de la historia– que se inició con el derrumbe del mercado inmobiliario –no solo de EE. UU., también en Europa– que arrastrara a las gigantes paraestatales norteamericanas, a la crisis bancaria, a la crisis bursátil y a la «solución» encontrada al desastre: la inyección por los bancos centrales de decenas de miles de millones de dólares para aumentar la liquidez, la rebaja de las tasas de interés, la devolución de impuestos, las rebajas impositivas y otras acciones del mismo tenor.
Las «soluciones» entonces encontradas impulsaron aún más el proceso de financierización de la economía y la geoestrategia globalizadora concebida para dar respuesta a los intereses de la plutocracia dominante (¿el 1 %, el 0,01 %, el 0,001 %...?) la hizo cada vez más transnacional; los estados-nación encargados de ejecutar tal estrategia, cada vez más al servicio de las grandes transnacionales, no solo no contribuyeron a resolver los problemas existentes, a estabilizar los mercados, a aumentar su eficiencia, a resolver los problemas de pobreza, desigualdad, desempleo, del calentamiento global… sino que agudizaron las contradicciones del sistema, en particular las de EE. UU., al acelerar el proceso de desplazamiento del eje geopolítico global hacia la región Asia-Pacífico.
Y para evitar lo anterior, llegó el trumpismo, que en sus eslóganes de «América primero» y de «Hacer a EE. UU. grande nuevamente», implícitamente reconocía el declive de la superpotencia y lo inalcanzable del «sueño americano» para sus ciudadanos. Solo que el trumpismo, en lugar de resolver, agudizó los problemas existentes, profundizó la división del país e hizo patente la pérdida de su liderazgo global, que se manifestaba en las continuas agresiones, el tratamiento prepotente y despectivo a sus aliados, la injerencia en sus asuntos internos y el irrespeto de acuerdos, convenios y normas del Derecho Internacional.
Y porque de nuevo se requerían salvataje y «soluciones», Joe Biden alcanza la presidencia de EE. UU. previo anuncio de que su máxima prioridad sería lograr recuperar el liderazgo del mundo (no resulta necesario volver sobre la lección de «democracia» ofrecida por la nación del norte, con el asalto al Capitolio incluido).
Conocida la prioridad, no resultó extraño que, como primera iniciativa de política exterior del presidente, en las condiciones del capitalismo posglobalización neoliberal, en pandemia y con acelerado declive del otrora hegemón, fuera presentada por EE. UU.-OTAN en la reunión del G-7, la iniciativa «Reconstruir mejor para el mundo», con el objetivo explícito de contrarrestar el proyecto chino de desarrollo económico Un cinturón, una ruta.
Tampoco resultó extraño, en la iniciativa estadounidense, apreciar que en la misma –supuestamente dirigida a mejorar la infraestructura de los países «de ingresos medios y bajos»–, claramente se encontraba la idea reiterada por su presidente de «volver a liderar el mundo» y, en la idea misma, implícita la concepción geopolítica de la excepcionalidad de EE. UU. y su destino manifiesto, que ni siquiera cuestiona si ese destino resulta hoy ventajoso para los países europeos y Japón, al someterse a un orden geopolítico regido por un socio poco confiable que se balancea entre el nacionalismo trumpista (con o sin Trump) y la globalización acotada y proteccionista contenida en el Compre americano impulsada por Biden; tampoco si puede resultarle conveniente a occidente aislarse del banquero (como llamara Hillary Clinton a China) y de un mercado de más de 1 400 millones de habitantes, considerado hoy el motor de la economía mundial.
Se trata de que no pueden obviar, los líderes de los países del G-7, que EE. UU. se encuentra hoy muy lejos de la posición que ocupaban en los tiempos de la unipolaridad. Los datos lo sitúan en la posición 28 del índice de progreso social que mide salud, seguridad y bienestar en todo el mundo, para ser uno de los tres únicos países, de 163, que retrocedió en bienestar durante la última década; también, en el Anuario de Competitividad Mundial, el Banco Mundial lo situó en el lugar 35 entre 174 países.
Lo anterior explica suficientemente la necesidad de los planes de restauración del potencial estadounidense: Plan americano de rescate, Plan de empleo americano y Plan familiar anunciados por el presidente Biden, por un monto de más de 6,5 millones de millones de dólares, que debían ser ejecutados con productos obtenidos por el mundo y financiados mediante el endeudamiento, según puede verse en la página web de la Casa Blanca: «Construyendo cadenas de suministro resilientes, revitalizando la manufactura americana, y fomentando el crecimiento de base amplia», y parcialmente mediante el aumento de la carga impositiva a los más ricos. Planes todos que ya han debido ser reducidos y postergados (inclúyase aquí el aumento de la tarifa salarial horaria prometido por Biden) por no contar con el apoyo suficiente de la élite republicana.
La reunión del G-7 se completó con la Cumbre de la OTAN (30 países) en la que, por supuesto, junto con la afirmación de Biden de que EE. UU. estaba de vuelta, y el consenso sobre la necesidad de incrementar la financiación conjunta de operaciones militares, no hubo reparos en considerar a Rusia como «el enemigo principal», sobre lo que el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, señaló que las relaciones se encontraban en su punto más bajo desde la Guerra Fría, y que constituía una amenaza para la seguridad de la alianza.
También China se convirtió en protagonista de la reunión pues, según Stoltenberg, la nación asiática «está ampliando rápidamente su arsenal con más cabezas nucleares y un número mayor de sistemas de lanzamiento sofisticados. Es opaca en la modernización militar, (y) está cooperando con Rusia, incluso con ejercicios en el área euroatlántica».
Y aunque no haya sorpresas en la coincidencia entre lo reseñado de la reunión de la OTAN, con el Comunicado de la Casa Blanca del 13 de junio, Revitalizando la alianza trasatlántica, ni con el llamamiento de Biden sobre «el aumento del poder global de Beijing en tanto constituye un desafío de seguridad que está tratando de socavar el sistema global basado en reglas», sí disparan alarmas las continuas provocaciones de la OTAN, que luego de la reunión se han incrementado y han conducido al mundo a una segunda y aún más peligrosa Guerra Fría.