Con una calculadora en mano, Jorge Goytortúa, director general del Cross Border Xpress (CBX), descubrió que Tijuana, al menos temporalmente, es un destino estadunidense, aunque haya sido anexado sin guerras y sólo por la fuerza del turismo.
La semana pasada, el gobierno de EU amplió otros 30 días la prohibición para que los mexicanos crucen a ese país por vía terrestre, supuestamente debido a la pandemia del covid-19.
El asunto no tiene pies ni cabeza, pues todos los días decenas de miles de estadunidenses están cruzando por la frontera norte a México, así es que el intercambio de virus por esta ruta está lo que se quiera, menos controlado.
El CBX fue una genialidad de los empresarios Carlos Laviada, su esposa Laura Diez Barroso, Eduardo Sánchez Navarro y el estadunidense Sam Zell, para propiciar el cruce terrestre entre ambos países cuando los viajeros partan o aterricen en el Aeropuerto de Tijuana.
Al cerrarse las fronteras terrestres por la pandemia, el CBX se redujo a su mínima expresión, pero pronto se comenzó a recuperar; la línea entre ambos países es la más transitada del mundo y los estadunidenses la siguieron usando, pues México mantiene la libertad de tránsito.
En julio pasaron 296 mil personas a y desde Estados Unidos por el CBX, cifra que bastó para imponer un nuevo récord de tránsito para el séptimo mes del año.
El detalle, como habría dicho Cantinflas, es que más del 95% son estadunidenses y unos cuantos mexicanos con visas de trabajo, doble nacionalidad, visas especiales, etcétera.
Según cálculos del CBX, si la frontera no estuviera cerrada para los mexicanos con visa de turista, dicho número aumentaría en 70 mil y habrían pasado 366 mil en julio.
Ese mes, con puros estadunidenses, el número de cruces aumentó 7%; pero si hubieran pasado los mexicanos, lo habría hecho en más de 30 por ciento.
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¿CUÁL ES EL SECRETO?
Muy fácil: las playas mexicanas están abarrotadas de estadunidenses; no porque sean las más bonitas, que sí lo son, ni porque los mexicanos den el mejor servicio, que lo dan, ni debido a que están baratísimas con el dólar 20 a 1, sino debido a que el resto de los países no tienen abiertas sus puertas sin restricciones para los estadunidenses.
Así es que en julio aumentaron 250% los estadunidenses que volaron desde diversos lugares de Estados Unidos para cruzar por el CBX y llegar a Cancún.
A Puerto Vallarta y Los Cabos los aumentos fueron de más de 35 por ciento.
La situación podría ser todavía mejor si pasaran los 70 mil mexicanos mensuales referidos, pues le significarían al CBX 1.2 millones de dólares adicionales por mes.
Las autoridades estadunidenses han mantenido su “cerrazón”, primero, por la presión de la Comisión para Prevenir Enfermedades (CDC), que registraron el tsunami en que se ha convertido la tercera ola mexicana, no obstante que se aplicaron en el último mes 1.2 millones de dosis de vacunas en Baja California.
También, debido a un inusitado aumento en el cruce de indocumentados, con los centroamericanos a la cabeza, lo que alborotó el gallinero en los medios y redes de ese país.
Así es que algunos nos preguntamos por qué Tijuana sigue siendo un aeropuerto ”mexicano”, cuando el CBX lo ha transformado en el “aeropuerto más popular de San Diego”.