Historia y Cultura
Bitcoin, ¿oro o burbuja?
15 ENE, 2022
Suma de Negocios
RODRIGO PACHECO
Hay frenesí e inquietud generalizada por el bitcoin, en las reuniones de fin de año, uno de los temas más recurrentes es la conveniencia o no de invertir en este activo. La mayor parte de las pláticas no son muy profundas y las opiniones se dividen en dos campos: los que creen que se trata de una estafa o que pertenece al mundo de los criminales, y los entusiastas que consideran que bitcoin va a sustituir al dólar, por lo que todavía puede incrementar muchísimo su precio. El tema es realmente complejo porque requiere de cierto nivel de entendimiento en materia de tecnología, en teoría monetaria en funcionamiento de mercados e incluso en política. Creo que cualquier análisis debe partir de reflexionar una pregunta: ¿qué es el dinero?
Una de las mejores definiciones del dinero que he escuchado recientemente es la que dijo Elon Musk en una entrevista en el espléndido podcast de Lex Fridman. En ese espacio, el magnate emprendedor mencionó que el dinero es una base de datos para asignar recursos y es que el dinero por sí mismo no tiene un valor intrínseco, ni utilidad. Si a una persona se le aísla entre cuatro paredes con un millón de dólares durante muchas semanas, el resultado inevitable es que moriría de sed y de hambre, el dinero vale porque hay un consenso social que le asigna un valor para hacer transacciones que permitan adquirir agua, comida o pagarle a alguien para que le haga un hoyo a la pared que permita escapar de las cuatro paredes.
En el modelo actual, la funcionalidad del dinero está afincada en los estados-nación y en muchos países su precio está determinado por los bancos centrales; Estados Unidos, Japón, Eurozona, México, etcétera, en otros como Turquía, Argentina o Venezuela, el valor se encuentra afincado en el Poder Ejecutivo, pero el punto es que el dinero en todos esos lugares cumple tres funciones clave; tiene transaccionalidad, establece unidad de cuenta y resguarda valor. Desde la óptica de las tres funciones, bitcoin no cumple con transaccionalidad, tampoco funciona muy bien como unidad de cuenta porque tiene un precio muy volátil y en los últimos 10 años sí ha servido como resguardo de valor gracias a que logró captar la imaginación y, por lo tanto, el consenso de que se trata de un activo valioso gracias a que genera una escasez artificial y logra el consenso mediante el blockchain, que es un registro protegido de ser replicado gracias a la encriptación. Su escasez artificial hace que su precio suba y que las personas la conserven y no la gasten. ¿Va a sustituir al dólar? La respuesta es: por supuesto que no, ¿Va a convertirse en dinero de uso corriente? respuesta: muy poco probable, ¿Va a subir de precio? En 2022, probablemente, sí dado que la inquietud de muchos les va a llevar a comprarla lo que aumentará su precio, aunque no entiendan qué define su valor. ¿Se trata de una burbuja? Probablemente sí, porque su precio se afinca en una expectativa poco racional que no está afincada en una propuesta de valor y es susceptible a ser sustituida por otros criptoactivos como ethereum, aunque puede ser como el oro que ha gozado de un consenso de valor milenario, no obstante el inversionista Ray Dalio dice que el oro sigue siendo mejor porque bitcoin es muy frágil como cualquier activo que causa euforia. De los criptoactivos en un sentido más amplio escribo otro día.
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Dorar la píldora
En la baraja de la información que diariamente se despliega frente a nosotros, hay cartas que son más abrumadoras que otras. Elegir alguna que no sea tan compleja, resulta casi imposible, pues diariamente nos enteramos de situaciones graves que aquejan a nuestro país y que en el gobierno son contrarrestadas con lo mejor que tienen a la mano: la distracción sistemática, los “lamparazos” mediáticos con base en verdades a medias o mentiras abiertas, el conflicto con el pasado o el ataque a periodistas y a los medios en los que trabajan. Y, sin embargo, las cartas más complejas no las podemos dejar de lado, a pesar del dolor de estómago que esto nos puede provocar.
Cualquier carta que se elija tiene una importancia trascendental, aspectos que nos deberían preocupar por la gravedad que implican. Por ejemplo, la seguridad en todo el país. Hace unos días circuló un video en el que se observa el ataque, por medio de un dron teledirigido, a un poblado que sufre los estragos del bombardeo. Eso ya lo habíamos visto en los noticieros como algo que sucede en otros países, en lejanos lugares en donde existen conflictos bélicos. Lo terrible es enterarnos que ese poblado es Tepalcatepec, en el estado de Michoacán. La realidad superó la ficción con una sencillez abrumadora: ese ataque fue obra del crimen organizado, los cárteles que demuestran su poder con armas de alto calibre y que, uno podría suponer, sólo serían de uso exclusivo del Ejército.
Más allá de las complicaciones y particularidades de los conflictos que existen en cada entidad, ese video es apenas un atisbo de la capacidad que tiene el crimen organizado frente a un Estado que, al menos durante los últimos tres años, se ha mostrado timorato, condescendiente y casi fraterno. No olvidemos que su política de “abrazos y no balazos” se ha convertido en una frase caricaturesca que se pronuncia con sorna y es el resumen de lo que han dejado de hacer como un Estado que garantiza la seguridad para el país. Ante esta situación, cualquier persona con un poco de criterio se plantearía las preguntas más que obvias: ¿en dónde están las policías de los estados? Y, quizá la más difícil de formular, ¿en dónde está el Ejército? Las respuestas, por desgracia, parece que las conocemos.
No hay día en el que en esa baraja que nos ofrecen los medios de información no se hable acerca de la violencia que existe en el país: desde los asaltos en plena vía pública y los transportes, hasta los ejecutados, que dejan de ser noticia en un santiamén. La violencia se ha normalizado en nuestra sociedad, a tal grado que se han trivializado estos terribles hechos. A esto se agrega lo poco que hacen los gobiernos locales y el federal más allá de los típicos discursos de justicia que ya nos sabemos de memoria, pues son los mismos que hemos escuchado durante décadas. Y las respuestas a nuestras preguntas van adquiriendo una triste dimensión que nos muestra un callejón sin muchas alternativas. Pero esto no es un tema que preocupe mucho a quienes, en el pasado, se desgarraron las vestiduras contabilizando cada uno de los muertos causados por la violencia durante los sexenios anteriores. Gritaban y vociferaban con la fuerza inversamente proporcional al silencio que hoy guardan, a sabiendas de que son cómplices de que esos “abrazos” están llevando al país a una situación sin retorno.
Hoy la discusión se concentra en otros temas que, además, no son menores. Y no, no se trata de volver a señalar por enésima ocasión de la irresponsabilidad de López Obrador al creer que sólo era una “gripa” y dar su conferencia mañanera sin el cubrebocas respectivo. Hoy su principal tema es una revocación de mandato y su insidiosa batalla en contra del INE en la que cada uno de sus saltimbanquis no han perdido la oportunidad de sumarse desde sus respectivos micrófonos o con pizarroncitos mediocres. Claro, ésta ha sido la coartada perfecta que, además, concatena la idea de la “austeridad republicana” y justicia que sólo aplica a quienes se han mostrado críticos ante el gobierno; además de una pretendida idea de democracia que sólo garantice su continuidad.
Así, las promesas de López Obrador que se cansó de pregonar durante su campaña y los primeros días de su cargo sólo han quedado como el registro del funcionamiento de la política de este país: “Dorar la píldora” es la mejor campaña y la principal forma de gobierno.
Estados de Morena en llamas
Un fuego político intenso se percibe desde los estados, la mayoría gobernados por Morena y otros en los que se definirá en 2022 algo más que seis gubernaturas. Varios se ven dominados por derivas autoritarias y espirales de violencia que indican el clima que puede envolver a las urnas y da pistas de la temperatura hacia la sucesión presidencial de 2024. La justicia hace agua entre ellos por abusos de poder y relaciones peligrosas con el crimen organizado, que los desafía. La situación es explosiva y amenaza con arrasar la estabilidad de regiones del país hacia el final del sexenio.
Los estados desde hace dos décadas se manejan como feudos de poder dentro de la Federación, a pesar del mando fuerte y la centralización hoy en la Presidencia de López Obrador. En apenas tres años, el territorio se ha pintado de guinda con el triunfo de Morena en 17 de ellos, pero el avance electoral no se traduce en mejores gobiernos y resultados en seguridad, justicia o contra la violencia respecto a los anteriores. Incluso, la conflictividad en Veracruz, Zacatecas, Morelos, Michoacán o Chiapas se ha agudizado al son de disputas de grupos políticos locales como escenario para posicionarse hacia 2024.
Entre viejas formas autoritarias, abusos de poder y la amenaza rampante del crimen, los estados enfrentan un alarmante retroceso en seguridad y derechos humanos. Un caso paradigmático es Veracruz con la recuperación de tipos penales como el “ultraje a la autoridad”, con el que jueces de consigna aplacan a adversarios políticos como ocurre también en otras entidades. Éste fue el cargo al que recurrió el gobierno de Cuitláhuac García para encarcelar a seis jóvenes en septiembre pasado sin pruebas en su contra, más que “ofender” a la autoridad. Es un delito que refleja una política de justicia sin mínimo estándar probatorio, tanto que la CNDH le ha pedido derogarlo, por violar derechos humanos. Y digo política porque la suposición de un delito sirve como sable justiciero contra otros políticos locales o como represalia por denuncias de abusos de autoridad de los propios liderazgos de Morena como Ricardo Monreal respecto a la detención de uno de sus hombres cercanos y secretario técnico en el Senado, José Manuel del Río Virgen, por el gobierno de Veracruz.
El estado de la justicia es ruinoso porque los ciudadanos no sienten que la ley los cobije y se hipoteca en disputas dentro y fuera de los grupos de poder local, lo que configura escenarios de desestabilización a medida que se recrudezcan hacia el final del sexenio. Varios gobiernos morenistas cruzan la mitad de su mandato, pero sus resultados no han logrado dejar atrás, por ejemplo, la violencia de sexenios y destrozos como los del priista Javier Duarte en Veracruz, o los del perredista Graco Ramírez en Morelos. Sólo en el arranque del año, nueve cuerpos fueron abandonados en una carretera veracruzana con amenazas contra el gobierno de Cuitláhuac, para sumarse al registro de mil 225 homicidios en 2021 y enterrar su promesa de acabar con la inseguridad en dos años.
La confrontación y la venganza política como respuesta sustituye a la acción de gobierno con justicia a modo y jueces de consigna. Cuitláhuac se apoya en el respaldo del Presidente para escarmentar a Monreal por meterse en asuntos de su estado y reprender su rebeldía por buscar la candidatura de Morena para el 2024 sin estar entre las corcholatas de la sucesión. El gobernador de Zacatecas acusa a los mandatarios vecinos de usar la entidad como cementerio para tirar sus muertitos en su territorio, mientras el crimen lo desafía con decenas de cuerpos colgados en puentes o abandonados frente al Palacio de Gobierno. Y Cuauhtémoc Blanco llama “guerra sucia” a la divulgación de una foto acompañado de presuntos narcos y contesta con denuncias penales ante la FGR contra fiscales estatales a los que vincula con el gobierno anterior.
No son los únicos estados en llamas y confrontados. La violencia en Chiapas y ataques contra comunidades indígenas son un “foco rojo” de desestabilización, aunque el gobernador Rutilio Escandón defiende domar la inseguridad en la línea de discurso de todos los mandatarios estatales.
Se respiran incendios desde los estados, pero la causa del fuego no es el combate frontal a la delincuencia, sino la prevalencia de sus intereses en entidades con la seguridad y la justicia en ruinas.
‘Estamos viendo el momento tal vez de mayor transmisión del virus’: Eduardo Clark
Hay tal incidencia de casos positivos que no habíamos visto ni en el pico del año pasado, asegura el director de Gobierno Digital de la ADIP
Estamos viendo el momento tal vez de mayor transmisión del virus en toda la pandemia, estamos viendo una incidencia de casos positivos que no habíamos visto ni siquiera en la ola del año pasado”, aseguró ayer Eduardo Clark, director de Gobierno Digital de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP).
Por ello el funcionario agregó que “si se tienen síntomas respiratorios es altísima la probabilidad de que sea covid”, ante lo cual insistió en que desaconsejan, en esos casos, salir a realizarse una prueba que lo corrobore.
Sobre las pruebas de detección del coronavirus, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que diariamente se aplican 30 mil, pero señaló que el principal esfuerzo del gobierno es la vacunación.
Hay suficientes pruebas y se están adquiriendo las pruebas necesarias, pero no es un asunto de adquirir muchísimas más pruebas, mejor orientamos los recursos a lo que se requiere, que es la vacunación”, sentenció en conferencia de prensa.
Destacó que los recursos también se están destinando a que los centros de salud tengan los suficientes medicamentos y al programa Salud en tu Vida.
En ese sentido se le preguntó si este año los niños de 5 a 13 años que viven en la Ciudad de México y que ya regresaron a clases presenciales deberían vacunarse.
No depende de las entidades dar autorización para una vacunación de otro rango de edad, eso depende del Programa Nacional de Vacunación y nosotros es lo que facilitamos, la vacunación. El Programa Nacional de Vacunación es con base en elementos científicos que determinan a qué edad conviene vacunarse”, dijo.
Tienen que decidirlo los expertos, yo no podría emitir una opinión personal, dado que es un asunto médico y son los expertos quienes tienen que definirlo”.
Pese a ello, la jefa de Gobierno insistió en que lo mejor es que el alumnado acuda a clases presenciales.
(Es fundamental) preguntarnos entre todos el impacto de que durante dos años no se asistan a clases presenciales.
Y, de igual manera, lo que ha significado para una generación, porque es una generación o varias generaciones de niños y niñas el no haber asistido año y medio a la escuela”, dijo.
Expuso que si la autoridad sanitaria o educativa hubiera detectado algún riesgo en el regreso a clases presenciales “estaríamos tomando otras decisiones, pero creo que es muy importante también la recuperación escolar de los niños y de las niñas de la ciudad.
-Con información de G. Olson
NUEVOS CASOS, EN TALLERES DEL METRO
Trabajadores del Metro dieron a conocer a este diario que en los talleres de mantenimiento de Zaragoza se presentaron ocho posibles casos de covid-19.
Consultados, en ese organismo afirmaron que son cinco y que ya se les envió a casa para que se aíslen.
Un trabajador que pidió el anonimato expresó que les piden que “se hagan el examen de covid en los quioscos públicos o que los paguen de su bolsa, pues les exigen la prueba (con resultado positivo) para permitirles el confinamiento”.
Comunicación Social del Metro respondió: “es falso; sí se les están haciendo las pruebas covid, en este caso se les hicieron en la Clínica Zaragoza, y al salir positivas se les indicó el confinamiento. Los cinco están en casa, ninguno está hospitalizado”.
Excélsior publicó el lunes que en Chapultepec 104 se dieron ocho casos de covid y que no se realizaron pruebas a las personas con las que tuvieron contacto, de acuerdo con trabajadores, sin embargo, las autoridades aseguraron ayer que fueron cinco contagios y que se puso en marcha un protocolo para evitar la propagación.
-Georgina Olson
DE EDOMEX, 30% DE LOS PACIENTES
Después de que el Gobierno de la Ciudad de México dio a conocer que 81 por ciento de las personas hospitalizadas por covid-19 en la capital no tienen completo el esquema de vacunación y buena parte de ellos son procedentes de otras entidades, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, destacó que la mayoría de ellos son del Estado de México.
La mayor parte que viene a la Ciudad de México es del Estado de México; alrededor de 30 por ciento, pero hay un porcentaje pequeño que viene de otras entidades, (como) Hidalgo, o inclusive entidades más lejanas”, dijo.
Afirmó que no hay saturación en los hospitales: “no tenemos ese problema en este momento en la ciudad, inclusive el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), que es el que normalmente recibe a personas que tienen mayor gravedad en la enfermedad, tiene espacios”.
-Georgina Olson
VACUNADOS SE VAN A CASA; LOS QUE NO, AL HOSPITAL
El abuelo de Laura no quiso vacunarse y ahora está internado en el INER.
Mi abuelo es de esos que no se quiso vacunar; no se había contagiado y eso fortalecía su postura, pero luego de reunirnos toda la familia para la rosca de Reyes comenzó con tos y dolor de cabeza. Lo trajimos al INER para valorarlo y resulta que tiene covid. Actualmente está delicado en el área de observación. Tiene más de 80 años y vive con dos de mis tíos; ellos están vacunados, les hicieron la prueba y salieron negativos. Ahora es cuestión de tiempo para ver cómo evoluciona”, dijo Laura.
En tanto, la señora Cecilia y su hija, Guadalupe, ambas vacunadas, también tienen covid, pero sus cuadros son leves.
Ayer fui a un centro de salud para hacerme la prueba y salí positiva; tengo la vacuna Cansino, pero aun así me contagié. Hoy vinimos en nuestro coche por la prueba para mi hija que también se siente mal y salió positiva; ella tiene las dos vacunas, pero en algún momento nos contagiamos”, dijo Cecilia afuera del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Nos vamos a quedar en casa para esperar por lo menos diez días y realizarnos nuevamente la prueba; sólo nos recomendaron tomar paracetamol”.
cva
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