El evento significó un gran logro para dicha Universidad y para sus directivos, profesores y alumnos. Uno de nuestros hijos, Arturo –quien actualmente forma parte del cuerpo docente en la Escuela de Medicina como profesor de la Cátedra Carlos Peralta en Salud Pública– siendo alumno de aquella escuela, nos consiguió un pase para el evento.
Desgraciadamente, por motivos de trabajo en el Hospital ABC, no pude asistir a la conferencia. Mi esposa Lucero estuvo presente y, al terminar, me llamó emocionada al haber tenido la fortuna de escuchar al destacado líder. Además, me comunicó que habíamos sido invitados a la cena que esa noche ofrecía la Anáhuac, en el Palacio de Minería. La invitación fue limitada a un pequeño grupo de personas cercanas a la universidad.
Desde luego, acudimos a la cena que se llevó a cabo en el imponente patio central del majestuoso palacio –proyectado en 1797 y terminado en 1811– del insigne arquitecto Manuel Tolsá2. Era una cena de gala con unas 50 mesas. La mesa de honor y el pódium, desde donde Gorbachov nos explicó (en Ruso, a través de su traductora) cómo se había generado su gran movimiento político-social; primero con Perestroika; luego Glasnost, y, todo lo relevante que aconteció y llevó a convencerlo que el sistema comunista había fracasado. Además, nos narró cómo obtuvo el valor de reconocer ese hecho y de proceder a desmantelar el sistema comunista.
Fue muy impactante escuchar a ese hombre, alguien que habiendo nacido comunista y que tenía ese comunismo fluyendo en sus venas; que había crecido y se había educado en ese sistema desde niño; que había escalado todos sus escalafones hasta llegar a ser el máximo Jefe Supremo de la poderosa súper potencia mundial (URSS). Fue mucho más impactante el escuchar cómo es que decidió actuar, al darse cuenta que a pesar de tener armamento y miles de cohetes con ojivas nucleares apuntadas a occidente y sus aliados, aquel sistema comunista y su economía no era capaz de producir siquiera alimentos suficientes ni enseres domésticos básicos para satisfacer las necesidades fundamentales de sus habitantes. Durante el comunismo, la URSS importaba
prácticamente todos aquellos productos básicos, habiéndolos adquirido en el mercado libre occidental, precisamente de sus antiguos adversarios. Su determinación y las decisiones que tomó e implementó para terminar el régimen comunista, sin duda, sacudieron política, social y económicamente a todo el mundo.
Terminado su discurso, procedió la cena. De pronto vi que Lucero, mi preciosa esposa, escribió algo en una servilleta que entregó al mesero, pidiéndole que la llevara a la intérprete de Gorbachov (quien estaba de pie, a espaldas del líder Ruso). Cuando Gorbachov vio la nota, volteó la cabeza y miró alrededor del salón buscando a quien la había enviado. Lucero levantó la mano, Gorbachov la reconoció y continuó con la cena.
Al terminar la cena, el ponente se incorporó, atravesó el salón, se dirigió a nuestra mesa y agradeció personalmente a Lucero por su recado. Me pregunté, qué le escribió mi Lucero a este líder mundial para que éste la distinguiera de entre tantas personas. No lo sé, pensé. Recuerdo bien que, emocionada, ella me presentó con él. Ahí tuve la oportunidad y gran fortuna de felicitarlo por todos sus logros y el gran valor que demostró al llevarlos a cabo.
Para Lucero y para mi, fue una experiencia en verdad inolvidable. No hay duda que fue Lucero, con su poder de atracción, quien lo llevó a nuestra mesa y me permitió conocerlo en persona
DR. JORGE CERVANTES CASTRO 1984