Pero, no me alegra, ya que pesa sobre mí el recuerdo de un gran pitcher que tenia todo para ser estrella de grandes ligas, pero que no lo fue gracias a que lo convencieron de que lanzara en invierno en la ciudad de México, donde se lastimó su brazo zurdo, el de lanzar.
Si querido lector, hablo de Memo Luna, el famoso zurdo de Tacubaya, quien tenía la calidad de un Whithey Ford, aquel zurdo de los Yankees, con quien en la liga de la costa del pacifico tuvo varios duelos de pitcheo en juegos que terminaban por diferencia de una carrera, ya sea a favor de Memo o del gringuito.
Memo lanzó para los Cardenales de San Luis, pero ya llegó con el brazo lastimado y jamás se recuperó, pudo haber sido tan productivo como Ford, y la mala fortuna, por ganarse unos pesos, le truncó un futuro grandioso.
Por eso, no me gusta la idea de que el chamaco Osuna juegue en invierno, en mi opinión debería dedicarse a descansar, a recuperarse de una temporada fructífera pero agotadora y estar listo para la siguiente temporada y seguir en primer plano para que llegue el contrato con que sueñan todos los lanzadores, uno como el que ahora mismo buscará el cubano Chapman,uno que le asegure su futuro.
Y ni manera de decir que lanzará a medio gas, no señor, ya arriba de la loma, el pitcher pone por delante su honor y lo demás viene por añadidura, o grandes triunfos o grandes tragedias.
Hagamos oración para que Dios nuestro Señor lo cuide y lo salve de cualquier lesión que le trunque su carrera, casos como el de Memo Luna los hay por montones.