El conflicto de Oriente Medio no es aritmético
Suma de Negocios
Rodrigo Pacheco18 NOV, 2023
- No debe haber espacio para el coqueteo con cualquier clase de fundamentalismo.
El acto terrorista de Hamás refleja un cálculo simple y terrible: entre más atroz y brutal sea el ataque, más fuerte será la reacción militar de Israel y mayor la indignación del mundo musulmán ante los efectos de la respuesta bélica, lo que resulta en polarización. Una de las consecuencias inmediatas y previsibles del ataque de Hamás y la respuesta de Israel ha sido la interrupción del proceso de normalización de relaciones entre Arabia Saudita e Israel, así como la revitalización del interés por Palestina de otros líderes de la región.
Lo que ha sido sorprendente es la reacción en Europa y Estados Unidos, en algunos sectores de la sociedad, incluidas las universidades de élite, hay un exceso de corrección política con poca profundidad de pensamiento, pero que han contribuido a un alarmante ambiente antisemita que se vincula con grupos de la extrema derecha. En Europa, los musulmanes son un factor adicional a considerar que tienen una respuesta emocional natural a las escenas que emergen de los territorios palestinos, que se conjunta con un sentimiento de discriminación.
El acto terrorista se produce en un momento de extrema debilidad política en el liderazgo de Israel; el ataque encuentra a un primer ministro polémico y cuestionado. Israel venía de un par de años de mucha polarización, generada por la alianza de Benjamin Netanyahu con facciones radicalizadas de derecha, así como el impulso de una reforma judicial que antagonizó a una parte importante de la sociedad, luego de enfrentar fuertes acusaciones de corrupción.
Sin duda, la respuesta de Israel ha sido enfática y ha causado la muerte de un mayor número de civiles inocentes que los que generaron los propios ataques; evidentemente, la capacidad militar de Israel es muy superior a la de Hamás. También es cierto que, desde hace décadas, la solución de los dos estados, Israel/Palestina, ha estado congelada y que al gobierno de Benjamin Netanyahu le ha interesado mantener paralizado el diálogo. En varios análisis se culpa a Netanyahu de promover, de manera indirecta, el liderazgo de Hamás en la Franja de Gaza para evitar tener que establecer una negociación ante su inaceptable postura de exterminio del pueblo judío. Es cierto que el pueblo palestino se encuentra atrapado en una situación difícil, en la que tienen acotada su libertad de tránsito y de desarrollo económico y social por Israel, pero la principal limitante a su libertad es el radicalismo extremo de Hamás.
Es un error conceptual hacer una comparación aritmética de las víctimas inocentes del ataque de Hamás, que se ubican en 1,200, y las víctimas civiles palestinas consecuencia de la respuesta militar de Israel. De acuerdo con Hamás, las víctimas civiles palestinas ascienden a 11 mil personas. Obviamente, es terrible la muerte de inocentes, pero la discusión no es aritmética; el motor que motivó a Hamás es el exterminio del pueblo judío. Con todo y sus grandes errores, Israel es una democracia y nunca ha tenido como objetivo el exterminio de los palestinos.
No hay equivalencia moral; no es una discusión aritmética. Después de las lecciones que dejó el holocausto de la Segunda Guerra Mundial, no debe haber espacio para el coqueteo con cualquier clase de fundamentalismo. Aunque Elon Musk es un gran empresario y visionario, no es aceptable el menor indicio que abra la puerta a la justificación de lo inaceptable; por ello, es positiva la reacción de las empresas que cancelaron su publicidad en X y que llevaron a la rectificación del propio Musk, quien ayer tuiteó: “Como señalé antes en la semana, ‘descolonización’ o ‘del río al mar’ y eufemismos necesariamente implican genocidio. Los llamados claros a la violencia extrema van en contra de los términos y servicios y resultarán en suspensión”.
En donde hay libertad de expresión, el mundo está muy polarizado y frágil, es imperativo escapar de la trampa que tendió Hamás y eso se logra con un rechazo enfático al terrorismo y la reflexión.