Ruth Zavaleta Salgado
Zurda
Enhorabuena para la comunidad universitaria por el nombramiento de rector del Dr. Leonardo Lomelí Vanegas
Un 7 de noviembre de 1823, en la segunda página del periódico Águila Mexicana puede leerse: “Hoy se instala solemnemente el Soberano Congreso que va a constituir a la nación dándole la forma de gobierno que sea más análoga a su situación, a sus luces, a sus necesidades y a sus circunstancias. (…) nadie es soberano mas que la nación toda y por consiguiente nadie sin cometer un crimen de traición, puede resistir las determinaciones de un Congreso que ha designado la Nación misma para que exprese su voluntad (…)” [en línea] https://hndm.iib.unam.mx/index.php/es/.
De esta forma, hace doscientos años, después de cuatro sesiones preparatorias, el Segundo Congreso Constituyente conformado por 107 diputados, en sesión solemne se instaló en la Capilla de San Pedro y San Pablo (hoy Museo de las Constituciones de la UNAM) y dieron inicio los trabajos para aprobar dos importantes documentos que fueron los pilares de la organización del Estado mexicano: el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana y la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.
Este Congreso fue electo después de que el primer Congreso Constituyente, de febrero de 1822, había fracasado en lograr su principal objetivo: emitir una Constitución. En cambio, con una dudosa votación, el 19 de mayo de ese mismo año, los constituyentes tuvieron que coronar a Iturbide como emperador. Pocas semanas después, el autócrata decidió disolver el Congreso y algunos de sus integrantes fueron perseguidos o encarcelados. En respuesta, los gobiernos de las provincias se unieron a la rebelión encabezada por Guadalupe Victoria, quien proclamó el Plan de la Casa Mata (el 1 de febrero de 1823, con su Ejército liberador), derrotando a Iturbide I, que tuvo que abdicar 19 de marzo de 1823.
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