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Historia y Cultura

Sin reflector ¿qué será de López Obrador?

 

 
 
 

La inmaculada percepción

Vianey Esquinca

 

El Presidente siempre no se autoexiliará en su rancho

Vianey Esquinca

 

La semana que está terminando no fue buena para Andrés Manuel López Obrador. No porque se haya dado a conocer que México se mantiene estancado en materia de competitividad, que otra vez el Tren Maya tuvo un problema técnico o que Pemex retrasó nuevamente el arranque de Dos Bocas, eso ya es parte de la cotidianeidad. Esta semana fue negativa porque algo inesperado le ocurrió: los reflectores se desviaron completamente hacia Claudia Sheinbaum. Aunque este proceso es completamente normal y esperado en una transición democrática, seguramente para el tabasqueño acostumbrado a ser la quinceañera, el padrino y el chambelán, el novio y la novia de la boda y el niño Dios de la pastorela debieron ser días difíciles.

El interés se trasladó a la virtual Presidenta electa, quien se llevó varias primeras planas esta semana. El lunes dio a conocer los resultados de la encuesta que llevó a cabo Morena para saber si la gente quería que los ministros y jueces fueran elegidos por el pueblo. En un giro inesperado y asombroso, los resultados informaron que siete de cada 10 estaban a favor de esa medida. ¡Vaya sorpresa!

Después tuvo una reunión con los legisladores electos de su partido donde les reiteró cuáles eran las iniciativas prioritarias consensuadas con el inquilino de Palacio Nacional. También tuvo un encuentro con el Consejo Coordinador Empresarial en el que los empresarios le anunciaron inversiones superiores a 42 mil millones de dólares. Aunque a los patrones se les da andar prometiendo inversiones millonarias que luego no cumplen por falta de certeza jurídica, como sucedió con López Obrador, el bonito acto empresarial sirvió para que quedaran bien con Sheinbaum, salieran sonrientes en la foto y acapararan encabezados.

Además, la Presidenta electa dio a conocer el nombramiento de los primeros seis integrantes de su gabinete. Noticia que venía generando expectativa desde la semana pasada, lo que provocó el ir y venir de apuestas sobre quien llegaría. Los nombres anunciados fueron bien recibidos porque no fueron 90% lealtad y 10% capacidad. La reacción generada en analistas, organizaciones, incluso la oposición fue positiva. Nada que ver con algunos de los nombramientos del Presidente, que dejaba claro que lo suyo no era la selección de personal ni los recursos humanos.

 
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Así, entre las noticias generadas por la Presidenta electa y las lluvias que asolaron varios estados de la República, la presencia del Presidente fue desdibujada y pasada a segundo plano. El mandatario tuvo que conformarse con las fotografías de sus giras donde aparecía con Sheinbaum. Aunque también en esos actos, los medios destacaron más las declaraciones de ella, no de su mentor.

Lo único que se destacó perdido en la página 32 es que siempre no se autoexiliará en su rancho, sino que vendrá a la CDMX a ver a Beatriz Gutiérrez Müller, a quien llamó su compañera. Esto inmediatamente provocó sospechas en algunos y confirmaciones en otros sobre por qué la escritora no se irá con él a Tabasco.

En otros sexenios, el Ejecutivo saliente tenía que acostumbrarse a compartir y eventualmente ceder los reflectores a un nuevo gobierno, con López Obrador no se sabe por qué no es alguien que se desplace fácilmente a las sombras. El tabasqueño ha señalado que no aspira a ser jefe máximo, líder moral o caudillo. Hay quien apuesta que lo cumplirá y se retirará, otros más que es imposible tener a un personaje egocéntrico como él resignarse a ser un recuerdo. Sólo el tiempo lo dirá. Lo que sí podría suceder es que mientras se acabe su gobierno tenga algunas ocurrencias para hacer valer su presencia y que su voz resuene hasta el último día de su mandato

Al diablo con la Auditoría Superior

 

 

 

A juicio de Amparo

María Amparo Casar

Al diablo con la Auditoría Superior

Puede haber funcionarios con la intención de defender las instituciones, pero éstos topan con pared y son cesados o se ven obligados a renunciar.

María Amparo Casar

 

A lo largo de su sexenio y por la vía legal o extralegal, el titular del Poder Ejecutivo ha puesto en operación, con mucho éxito, un diseño político autoritario. Por voluntad de un Presidente, al que no le gustan los contrapesos y mucho menos la rendición de cuentas, las instituciones de la democracia mexicana se han devaluado.

Una de ellas es la Auditoría Superior de la Federación (ASF), pieza esencial en el combate a la corrupción, porque tiene la función de revisar si el gasto público se ejerció en los conceptos y partidas autorizados, si se ajustaron a la legalidad y si no han causado daño patrimonial. Junto a estas funciones tiene la facultad para promover ante las autoridades competentes sanciones administrativas y denuncias penales para recuperar el daño patrimonial. Todo esto se acabó.

Durante casi dos décadas, se hizo “un esfuerzo continuo de privilegiar el trabajo profesional de la ASF y de hacer respetar su autonomía técnica y de gestión, al margen de presiones externas”. El esfuerzo fructificó y, gracias a su trabajo, en particular durante la gestión de Juan Manuel Portal (2010-2017) se pudieron constatar alarmantes niveles de corrupción, el uso discrecional de los recursos públicos y la recuperación de grandes sumas de dinero.

Las cosas son distintas desde que llegó López Obrador y el nuevo titular permitió el repliegue de la institución. Como ocurrió con otras instituciones, a ésta se le capturó.

 

Se comenzó (mayo de 2018) con el despido de personas competentes como la directora general de la Auditoría Forense —Muna Dora Buchahin—, quien dio a conocer el desfalco conocido como la Estafa Maestra y, a su salida, denunció que la ASF se negó a autorizar nuevas auditorías con base en denuncias de más desvíos.

Siguió con el escándalo que provocó la declaración de Agustín Caso —auditor especial de Desempeño— de que la cancelación del NAIM había ascendido a 331 mil millones de pesos. López Obrador juzgó que la cifra era exagerada, obligó al titular de la ASF a corregirla y ese mismo día se emitió un comunicado diciendo que la “cuantificación tenía inconsistencias”. Curiosamente, el documento llevaba el nombre, pero no la firma de Agustín Caso.

Apenas la semana pasada, el funcionario fue finalmente cesado. A su salida, a través de una carta pública denunció que la ASF había sido secuestrada por intereses políticos, estaba evadiendo auditorías a programas clave y autocensurándose para no afectar al gobierno de López Obrador. En concreto, se ordenó la manipulación de auditorías y el ocultamiento de anomalías para no incomodar a la Presidencia. Según el propio Agustín Caso, “a raíz de eso, lo que en gran parte pasó es que las auditorías de desempeño estuvieron sujetas a escrutinio por parte de los asesores del auditor superior para expurgarlas”. 

En una investigación de MCCI (https://shorturl.at/iEI19) se explica cómo, desde el nombramiento de David Colmenares a la fecha se han cancelado y dado de baja 194 auditorías que originalmente se habían aprobado en el Programa Anual de Auditorías para la Fiscalización Superior (114 de un solo golpe durante la pandemia).

Entre las auditorías canceladas se cuentan la del programa Vigilancia Epidemiológica, cargo del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, la de Adquisición y Acondicionamiento de Vía Férrea entre Palenque y Campeche, a cargo del Fonatur y la de Medicamentos para el Tratamiento del Cáncer Infantil, a cargo del Instituto de Salud para el Bienestar. Otras, ya realizadas, fueron dadas de baja. Fue el caso de la Evaluación de la Política Educativa en el Desarrollo Económico de México.

Para acabar con el cuadro, desde 2022 dejaron de hacerse las auditorías de desempeño y se redujeron a su mínima expresión las auditorías forenses que, como en la medicina, te permiten ver la causa de la muerte. En este caso la muerte de una fiscalización anclada en la técnica y la neutralidad.

Está claro. Puede haber funcionarios con la intención de defender las instituciones, pero éstos topan con pared y son cesados o se ven obligados a renunciar.

Las cifras son contundentes, durante los primeros cuatro años de este gobierno sólo se recuperaron 17 de cada 100 pesos que se ejercieron de manera incorrecta. Dinero que debió ejercerse en salud, educación, justicia y otras materias. En contraste, entre 2000 y 2016, sí, en el periodo del neoliberalismo, se recuperaban 53 de cada 100 pesos. Lo mismo ocurre con las denuncias de la ASF que pasaron de 463 en los primeros cuatro años de Peña Nieto a 220 en los de López Obrador.

Como toda política pública, la de fiscalización requiere de conocimiento técnico y de autonomía e independencia. Como bien decía Juan Manuel Portal, “el binomio fundamental de las labores fiscalizadoras está constituido por la aplicación de conocimientos técnicos desde una posición de estricta neutralidad. No caben, de ninguna manera, la improvisación ni las inclinaciones partidistas, ideológicas, coyunturales o de cualquier otra especie”.

 

 

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Más de María Amparo Casar

El exilio, ruta de 42% de los expresidentes

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

 

Pascal Beltrán del Río

Un día como hoy, hace dos siglos, Agustín de Iturbide desembarcó en el puerto de San Bernardo, Texas.

Era la primera vez que el emperador abdicado ponía pie en México luego de haber partido al exilio el 11 de mayo de 1823.

Durante su ausencia –tiempo en que vivió en Italia e Inglaterra–, el Congreso lo declaró traidor y fuera de la ley en caso de que se presentara en territorio mexicano. Descubierto en Tamaulipas, fue fusilado el 19 de julio de 1824.

A lo largo de dos siglos, el exilio ha sido uno de los destinos más frecuentes de los exgobernantes mexicanos. De hecho, de los 64 hombres que ocuparon la Presidencia de la República antes de Andrés Manuel López Obrador, 27 abandonaron el país de forma voluntaria o forzada, ya sea durante su gestión o después de dejar el cargo. Seis de ellos murieron en el extranjero.

 
 

México había cumplido apenas cuatro años como república cuando se dio el primer conflicto por la sucesión presidencial, entre Vicente Guerrero y Manuel Gómez Pedraza, lo que llevó a éste a exiliarse en Francia y en Estados Unidos, entre 1829 y 1832.

Entre los presidentes del siglo XIX que siguieron esa ruta estuvieron Anastasio Bustamante, Antonio López de Santa Anna, Benito Juárez y José María Iglesias.

Durante la época de la Revolución Mexicana se desterraron Francisco Carvajal, Eulalio Gutiérrez, Roque González Garza y Francisco Lagos Cházaro. 

Los seis exmandatarios mexicanos fallecidos en extranjero son Mariano Arista (1855), Juan Bautista Ceballos (1859), Sebastián Lerdo de Tejada (1889), Porfirio Díaz (1915), Victoriano Huerta (1916) y Francisco León de la Barra (1939).

Famosos fueron los exilios del México posrevolucionario: Adolfo de la Huerta, quien luego de su rebelión, en 1923, abrió una escuela de canto en Los Ángeles; Plutarco Elías Calles, corrido del país por Lázaro Cárdenas, lo cual puso fin al Maximato, y Pascual Ortiz Rubio, último presidente en renunciar al cargo.

Durante casi medio siglo, los expresidentes se quedaron a vivir en México al terminar su periodo hasta que José López Portillo pidió a su antecesor Luis Echeverría se fuera de embajador para Australia e Islas Fiyi, encargo que terminó en 1979. El propio López Portillo debió irse a España al concluir su periodo.

De los últimos seis expresidentes, cuatro se ausentaron del país temporal o definitivamente: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. De ellos, Miguel de la Madrid y Vicente Fox se quedaron en México.

En una conversación reciente con el periodista Mario Maldonado, Peña Nieto –quien vive en Madrid, igual que Salinas y Calderón– mencionó que es imposible para él hacer una vida normal en México.

Recientemente, Peña Nieto y Salinas han aparecido en los medios en fotografías tomadas en España. El primero, haciendo compras en una tienda de ropa y el segundo, en un cumpleaños.

En el caso de Salinas, el tema de la foto llegó incluso hasta la conferencia mañanera del presidente López Obrador, pues en ella aparece el exmandatario al lado del embajador en Madrid, Quirino Ordaz. “Ya me lo explicó”, se limitó a decir ayer el tabasqueño sobre la presencia de Ordaz en la fiesta, en la que también estuvo José María Aznar, el expresidente del gobierno de España.

Ahora que se termina el sexenio, vuelve a ser discutido, como en cada ciclo presidencial en México, dónde vivirá el hombre que dejará el poder. López Obrador asegura que se retirará a su finca en Palenque, Chiapas, y que no se le volverá a ver en público, a menos de que se lo pida su sucesora.

Sin embargo, el 6 de abril de 2023, el Presidente hizo un comentario –que, por no venir al caso, causó mucho desconcierto– al encabezar una reunión virtual de la Alianza de Países de América Latina y el Caribe contra la Inflación, iniciativa suya.

“Cuba es como para irse a vivir allá”, dijo López Obrador, lo que causó una reacción de sorpresa en muchos de sus homólogos, como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien hasta se acomodó en el asiento. Como sucede a menudo con las cosas que dice el mandatario, es difícil saber si se trata de una ocurrencia o de una premonición.

 

 

 

 

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Agua y criminales en Sinaloa y Sonora

 
 
 

Razones

Jorge Fernández Menéndez

El agua no sólo es vital: es un instrumento de poder.

Jorge Fernández Menéndez

 

Fue asesinado el director del Sistema de Agua de Cajeme, Sonora, Luis Miguel Castro. Según las autoridades, lo habrían matado en una carretera en un intento de robo. En realidad, según testimonios locales, se trató de un ajusticiamiento. La guerra por el agua en Sonora no es nueva, pero en los últimos meses, tanto en Sonora como en Sinaloa, esa lucha que tradicionalmente se desarrolló, sobre todo en Sonora, entre autoridades y comunidades indígenas, ahora se libra con los grupos criminales que quieren controlar el agua y, a partir de ella, extorsionar a productores. En esos dos estados, como en otros, el agua no sólo es vital: es un instrumento de poder.

En Sonora, los yaquis llevan décadas peleando inútilmente por el control de las aguas del río Yaqui. En el camino han sido asesinados líderes, como Tomás Rojo, muerto en 2021 por grupos criminales que lo habían secuestrado. En esa zona, el río es vital para muchas industrias y empresas y para llevar agua a Hermosillo, pero la comunidad se ha quedado sin agua, con pobreza extrema, sin opciones de cultivos y los jóvenes emigran a Estados Unidos. Pero el verdadero peligro son los cárteles que se han asentado en toda esa zona y disputan el control del agua. Un poco al norte también están los disputados yacimientos de litio, que cuando se exploten en el futuro necesitarán agua. La presencia de los grupos criminales no sólo ha incrementado la violencia, sino también el consumo de drogas, sobre todo sintéticas, generando un alto número de adictos entre los jóvenes.

Controlar, en ese sentido, el sistema de aguas de Cajeme es estratégico y el asesinato de su director se enlaza con otros hechos similares ocurridos con anterioridad. A fines de mayo contábamos aquí que, en Sinaloa, en marzo pasado, más de 100 personas, familias completas, mujeres, ancianos y niños fueron secuestrados en una noche en Culiacán. Días después se aseguró que todos los secuestrados, 66 dijo el gobierno estatal que eran, habían aparecido con vida. En realidad, fueron más de cien, y de muchos de ellos no se ha vuelto a saber nada.

Pero la historia, decíamos entonces, era más compleja. En marzo de este año, en Culiacán, en una casa que estaba en remodelación y que era propiedad de Iván Archivaldo Guzmán, “desaparecieron” 20 millones de dólares en efectivo que eran propiedad del líder de Los Chapitos. Iván Archivaldo atribuyó el robo a los trabajadores y a los elementos de la Policía Ministerial del estado que estuvieron en el lugar y ordenó el secuestro de todos los involucrados y sus familias para tratar de recuperar el dinero.

Dicen que el propio gobernador Rubén Rocha fue el que se comunicó con Iván Archivaldo para que regresara lo más pronto posible a las mujeres y los niños porque el tema se había convertido en un escándalo nacional. El que organizó el encuentro, todo según fuentes sinaloenses, fue el tesorero del estado, Enrique Díaz, que, según esta versión, es el que mantiene el contacto directo del gobierno estatal con los hijos del Chapo. La reunión entre el gobernador y Los Chapitos se dio en la casa de Díaz, en el fraccionamiento Álamos, propiedad de la familia Coppel. En la reunión se decidió liberar a los familiares y liquidar a los directamente involucrados en el robo del dinero de Iván Archivaldo. Ésos son los desaparecidos que no regresaron.

Pero esto se relaciona con la historia de Cajeme: como parte del acuerdo para la liberación de los secuestrados, se le entregó a Los Chapitos el control de las juntas de agua potable (un instrumento poderosísimo en el estado), particularmente las de Mazatlán, Culiacán, Salvador Alvarado y los módulos de riego del centro y el norte del estado, relacionados éstos, a su vez, con los del sur de Sonora. Los propios Chapitos, decíamos, fueron quienes hicieron las designaciones, que fueron confirmadas por el gobierno estatal.

La guerra por el agua es una más de las que se libran con el crimen organizado y es tan violenta como todas las otras. 

MÉXICO, JUNTO A SIRIA Y AFGANISTÁN

Ayer, en el Día Internacional de la Lucha contra el Narcotráfico, de la ONU, el informe mundial de drogas ubica a México, junto con Afganistán, Siria y Myanmar, como el mayor productor de drogas sintéticas del mundo, drogas que superan en consumo y muertes por sobredosis muy ampliamente a las de origen natural, como la mariguana y la cocaína. Vaya socios que tenemos en ese podio, es vergonzoso.

Las metanfetaminas y el fentanilo se han convertido en la principal causa de muerte por sobredosis y la producción, dice el informe de la ONU, se ha extendido notablemente en estos países, entre ellos México como principal proveedor, sobre todo, de Estados Unidos. Y para eso, en especial para las metanfetaminas, también se necesita agua.

Al mismo tiempo, el informe alerta sobre una nueva droga sintética que se comienza a producir, también en México, el nitazeno, un analgésico diez veces más potente que el fentanilo, que se creó originalmente por la industria farmacéutica, pero que no se fabricó como medicamento porque nunca recibió autorización de ninguna agencia en el mundo. El nitazeno ha comenzado a aparecer como causante de muertes por sobredosis en Estados Unidos y otros países. Y saldría de México.

 

 

 

 

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Grilla en la Corte

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