“Tiempos de tramposos”
De qué tamaño será el temor de que la Consulta sobre Revocación de Mandato sea un fracaso, en términos de participación, que los morenos, del Presidente para abajo, no tienen reparos en violar las leyes y llamar a votar en tiempos de veda.
En la Cámara de Diputados llegaron al extremo de aprobar un decreto que “interpreta” la Constitución. Ese bodrio les permite hacer publicidad sobre la revocación de mandato sin ser sancionados.
En el Senado, la oposición logró reventar la sesión cuando se iba a debatir el tema. Se salieron y dejaron a los morenos sin quórum. Pero es sólo un paréntesis. Hoy seguramente van a mayoritear.
La “ratificación” de mandato se ha convertido en una obsesión para un presidente narcisista que ha visto mermada su popularidad. Está convencido de que ese ejercicio ciudadano, que nadie pidió, lo va a fortalecer.
Si atisbara una mínima posibilidad de que revoquen su mandato, puede estar seguro que no tendríamos consulta. No come lumbre.
Sobre el resultado nadie tiene duda. Lo va a ganar de calle. Si hubiera apuestas estaría un millón a uno a que se queda. El verdadero desafío es la participación de la población, más allá de su clientela y de los acarreados.
En el 2018 ganó con más de 30 millones de votos. Para que la consulta sea vinculante se requiere una participación de por lo menos el 40 por ciento del padrón. Estamos hablando de alrededor de 37 millones de votos.
Al senador Germán Martínez, del Grupo Plural, le gusta hacer pronósticos. En las elecciones de junio dijo que Morena sacaría 15 millones de votos. Estuvo cerca. En el revocatorio calcula que habrá 7.5 millones de votos en total. Sería un fracaso.
Por eso urge a los morenos y a López Obrador publicitar el ejercicio. Queda menos de un mes para ir a las urnas. La cita es el 10 de abril. El tiempo se les viene encima y el interés no se ve en la población.
Un ejemplo visible de que la veda les vale madre lo da el Gobierno de la CDMX. El 3 de marzo pasado, el INE le dio 24 horas para retirar los espectaculares que están por toda la ciudad.
Estamos a 17 de marzo, allí siguen los espectaculares y no pasa nada. Ni el INE ni el Tribunal Electoral tienen dientes para obligar a bajarlos. Nos queda claro.
El silencio del que López Obrador habla es falso. Basta con encender la televisión o la radio. Constantemente se transmiten los spots sobre la revocación de mandato.
Les reprochó también colocar sólo 57 mil casillas en todo el país. Al INE no le alcanzó para más. Los diputados de Morena negaron al árbitro electoral los recursos que requería. “¡Qué se bajen los sueldos!”, justificaban. Como si con eso bastara.
* Los diputados de Morena traen en la mira a dos consejeros “incómodos”: Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Hoy se instala en San Lázaro la subcomisión de Examen Previo, que se encarga de la procedencia de los juicios políticos.