Resulta que acabo  de  leer en Whaths App una entrevista que les hacen a los conductores de un autobús de la línea Elite a quienes trasladaron a la PGR junto con el pasaje que llevaba con rumbo a Tijuana, B.C. en donde los han tenido durante muchas horas interrogándolos respecto a una maleta que contenía un kilo de droga.

Al investigar sobre quién es el propietario de la maleta resultó que  ningún pasajero dijo es mía y con eso es suficiente para presumir que todos son responsables de transportar ese kilo de droga.

Los choferes se deslindan de inmediato, diciendo que ellos no revisan los contenidos de las maletas antes de subirlas  a los compartimientos respectivos. Su función es otra muy diferente.

Pero, si las normas de operación de la línea no contempla la revisión de  maletas como lo hacen en los aeropuertos, la pregunta será: ¿con que bases el ejercito revisa nuestras maletas cuando vamos viajando y en todo caso, yo como pasajero porque voy a ser detenido y tratado como delincuente por la PGR o la autoridad que sea, haciéndome de hecho cómplice o responsable del contenido de otras  maletas o contenedores de drogas que van en el autobús en que voy viajando?

Consideramos que algo anda muy mal en la administración pública, porque eso de tratar a los buenos ciudadanos como malandrines y a éstos se les trata con gran respeto.

Decía un slogan de una novela policiaca que se escuchaba por la XEW desde México, “el que la hace, la paga” dando a  entender que ningún delincuente escapa de pagar tarde o temprano su delito. Pero hoy, el delincuente no paga su delito y  en cambio los ciudadanos pacíficos, honestos, los buenos, estamos pagando de mil maneras los actos delincuenciales que los malandrines cometen.

Imagínese que usted o un familiar suyo, una hija menor de edad,  va en un autobús y la detienen y la interrogan por horas haciéndola presunta responsable de algo que la  chiquilla ni se imagina que existe, ¿cuál sería su reacción?

Supongamos que después de los interrogatorios la autoridad determina que “X” persona es responsable de la droga. Qué bien, felicidades. Pero, en tanto jodió  al resto de pasajeros y a los choferes del autobús.

Y  especulando, resulta que meses después el acusado de ser dueño de la droga, después de pagar abogados y sufrir él y sus familiares, demuestra que no tiene nada que ver con la droga y lo sacan de la cárcel a donde fue a parar convertido  en delincuente por el error de unos cuantos.

¿Le gustaría vivir esa experiencia?

Pueblo tarugo de México, hay que hacer algo, no podemos subir a un autobús yendo con el rosario en las manos rogando a las once mil vírgenes que si hay una revisión que no vayan a  encontrar alguna maleta sin dueño cargada de droga, porque  entonces ya no llegarás a tu destino a tiempo, ni sano; porque una detención como la narrada te conduce inevitablemente a enfermarte. A mí me enferma el enterarme nada más de lo que pasó, cuanto y más,   al que en verdad le pasa.

RIO DOCE

Hoy por la misma vía del Whats App, me entero de algo que escribió el socio de Javier Valdez  en el periódico RIO DOCE  Ismael Bojorquez, a quien  le expreso una vez más mi reconocimiento por  la valentía  que tienen para decir cosas tan delicadas y que ponen al periodista  en la orilla de la tumba. Valor mal pagado.

Allí señalan que Juan Millán es un enemigo del periodismo honesto y que  MALOVA  entregó al estado a los capos Ismael Zambada y Joaquín Archivaldo Guzmán; y que por lo tanto, los ciudadanos  honestos, estamos  en los hechos: muertos.

Aquí ya dijimos que en sus confesiones un sicario ha dicho: “nada hay que no pueda comprar la mafia”. Y  eso dice que va desde el mismo Papa de la iglesia católica, que en la película El Padrino se habla de él, hasta el más fiero guerrillero.

Tal vez eso se pueda cambiar, ya que los  ciudadanos que gustamos de vivir en paz somos mayoría, pero, nadie ha querido tomar la batuta. Por eso EL QUE LA HACE, NO LA PAGA.