19 de Octubre de 2018

           Ya lo verás, que al fin de tu camino,

           renegarás hasta de haber nacido…

           Cuco Sánchez, Arrieros somos

La multitudinaria caravana de alrededor de seis mil centroamericanos —mayormente hondureños— que viene a la Ciudad de México en su largo peregrinaje rumbo a la tierra prometida de los dólares ha venido a complicar aún más la de por sí muy confusa realidad nacional. Todo mundo se trepó a este tren para declarar; por lo pronto, los gobernadores de los estados por donde están ya, seguramente, transitando los centroamericanos se lanzan la bolita con el fácil recurso de ser omisos de la ley general de población, en su capítulo de política migratoria.

Los gobernadores de Chiapas, paso obligado, y de Tabasco han declarado, ahora sí que campechanamente, que los migrantes pueden pasar libremente por el territorio que ellos gobiernan sin tener obstáculo alguno. No pasaporte, no visado, no nada. Simplemente, que sigan su camino. El todavía gobierno federal anda explicando que necesitan pasaporte y trámites para poder entrar, incluso como refugiados. AMLO ha ido más allá. Ayer, en vísperas de que llegue a México el secretario de Estado de EU, Pompeo, afirmó que los centroamericanos que lleguen en esta caravana recibirán visa mexicana de trabajo para que se queden aquí, si optan por esa posibilidad. Es obligado decir que los mexicanos desempleados que están buscando igualmente llegar a la frontera para pasar la línea y trabajar del otro lado agradecerían esa misma posibilidad, aunque no reciban visa mexicana de trabajo. Con el trabajo se conformarían. Arrieros somos.

Es previsible que los centroamericanos rechazarán tan generosa oferta. Ellos están huyendo de la pobreza y la violencia de sus países. Si la opción es ser pobres sin garantías en Honduras o serlo en México, mejor querrán seguir con su camino. Ellos quieren la pobreza de los gringos, en dólares, no la mexicana.

Queda pendiente el vecino del Norte. Pompeo viene, precisamente, a hablar con Peña, Videgaray y, muy probablemente, con López Obrador para transmitirles la exigencia de su jefe, Trump, de que México haga su tarea de impedir el tránsito de los centroamericanos rumbo a EU. En otras palabras, Trump quiere que nosotros construyamos primero el muro de contención en el sur antes de que él haga lo propio en el norte. De hecho, el presidente Trump amenazó el miércoles con cerrar la frontera con México con soldados: algo que los comerciantes del sur de EU, que viven de las compras de los mexicanos, seguramente agradecerán. El romance de Trump con López Obrador está en camino de tener su primer distanciamiento.

PILÓN.- A partir de esta semana, Canadá es el segundo país en el mundo con total despenalización para el cultivo, consumo y comercio de la mariguana. El primero había sido Uruguay, pero Canadá es el más extenso país en el mundo que se atreve a esto. Desde el 2001 el gobierno canadiense había abierto las puertas al uso medicinal de la hierba: hay 120 empresas que se dedican a este negocio. Ahora, en todo el territorio canadiense, el que lo quiera hacer, se las puede tronar. Con toda libertad y con supuestamente más gloria que pena. Como todo lo que nos afecta, la ola verde viene bajando del Norte. Varios estados de la Unión Americana han ido cediendo a la presión social para abrir esta válvula de escape. En América del Norte, solamente México se sigue resistiendo y, en consecuencia, sigue sufriendo la violenta actividad delincuencial que acompaña normalmente al tráfico ilegal de la yerba. Según las declaraciones de doña Olga, nominada a ser la futura secretaria de Gobernación, existe en el gobierno que viene la decisión de despenalizar la mariguana y tal vez otras drogas. Pero nos estamos acostumbrando tanto a que se digan y se desdigan tantas cosas.