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Historia y Cultura

Bajará Ebrard la cabeza, ¿así nomás?..

 

Enrique Aranda

Enrique Aranda

De naturaleza política

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                                Desde Morena, otra denuncia por corrupción oficial.

Si bien nadie parece poner en duda ya la consolidada hipótesis de que, al margen de los resultados que arrojen de los sondeos “espejo” a realizar por firmas cuya identidad se mantiene en secreto, Andrés Manuel López Obrador acabará imponiendo a la impresentable Claudia Sheinbaum como su sucesora al frente de la fracasada 4T, no son pocos quienes insisten en que el riesgo de fractura o, peor, clara ruptura al interior de Morena, continúa ahí.

Como respuesta a las explícitas denuncias de acarreo con cargo al erario y apoyo de la estructura gubernamental, sí, el despilfarro y descarado apoyo que en favor de la impresentable exregenta hiciera públicas Marcelo Ebrard, sino porque, diría un clásico, “el excanciller no se subió al ring con las manos atadas a la espalda…”, a su lado y con inquietudes similares “avanza” otra de las corcholatas, el zacatecano Ricardo Monreal, en concreto, más decenas, cientos, de liderazgos del oficialismo a nivel nacional y, por si fuera poco, porque “parte importante de la militancia activa está harta” de la autoritaria forma de actuar del inquilino de Palacio.

¿Que no? ¿Cómo explicar entonces el consistente interés del cuestionable administrador de turno, que no dirigente del partido del gobierno, Mario Delgado, por convencer a propios y extraños, un día sí y el otro igualmente desde que se evidenció el malestar del exjefe de Gobierno capitalino, de que el proceso de las 12,500 encuestas a levantarse en hogares del país entre el lunes y viernes próximos se encuentra absolutamente blindado, que el resultado será incuestionable y no existe posibilidad alguna de un empate que pudiera servir de sustento a nuevos reclamos? No parece lógico ni explicable si no existen los riesgos citados y si, como el propio partido salió a aclarar ayer, “Ebrard no presentó prueba alguna de sus acusaciones contra Sheinbaum”…

Al margen del incuestionable manejo dictatorial de asuntos y procesos al interior del gobierno y del lopezobradorismo, insistamos, ni marchan al ritmo que su incuestionable gurú pretende hacer creer a la sociedad ni los personajes directamente involucrados en las temáticas aquí abordadas pudieran estar dispuestos a “bajar la cabeza” y aceptar de manera acrítica decisiones en su contra como, en otroo, ya lo hicieron muchos de ellos. ¿O sí?..

.ASTERISCOS 

* De llamar la atención el cuidado extremo con que Marko Cortés y Jesús Zambrano, del PAN y del PRD, respectivamente —“en lo oscurito”—, manejan ahora, tras la declinación de Santiago Creel a la nominación del Frente, que centró la puja entre Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes, su relación con el impresentable Alejandro A(m)lito Moreno, pues, dicen, el riesgo de ruptura ahí sigue… 

* A la vista de la rendición del V Informe de la fallida y declinante administración sexenal, nada parece estar más claro hoy que su fracaso en la solución de los problemas más ingentes del país: educación, desarrollo de infraestructura, salud, economía —más allá del irresponsable dispendio de recursos públicos— y, claro, violencia e inseguridad. Atentos…

Veámonos el viernes con otro asunto De naturaleza política.

¿A quién apoyará MC? ¿A Claudia o a Xóchitl?

 

Leo Zuckermann

Leo Zuckermann

Juegos de poder 

 

Como saben los lectores de esta columna, creo que las dos candidatas presidenciales serán Claudia Sheinbaum, por la coalición gobernante, y Xóchitl Gálvez, por la alianza opositora. Ellas serán las que competirán para ver quién será la primera mujer presidenta de México. En lo personal, celebro que así sea. A nuestro país le urge una jefa de Estado que le baje los altos niveles de testosterona que actualmente tiene la política nacional.

También creo que, de darse esta combinación, tendremos una elección más peleada de lo que se pensaba hace unos meses. No será el día de campo que imaginó el presidente López Obrador para su sucesión. La competencia será larga, intensa y real. Habrá muchas campañas negativas y golpes por debajo de la mesa. Nada nuevo, pues, porque lo que está en juego es nada menos que el poder al más alto nivel.

En la disputa entre Claudia y Xóchitl podría ser determinante el papel que desempeñe el único partido que no se ha unido a alguna de las coaliciones. Me refiero a Movimiento Ciudadano (MC) que hoy gobierna los estados de Jalisco y Nuevo León.

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Ayer, Luis Carlos Ugalde escribió un artículo muy certero sobre el tema en El Financiero. Su título lo resume todo: Los sueños guajiros de MC. El politólogo nos recuerda que este partido pretende convertirse en una tercera vía con el fin de ganar la Presidencia… en el 2030.

En este relato “se topa con cuatro problemas”. Los resumo. Uno: no cuenta con un candidato para 2024. Dos: MC rechaza al PRI y al PAN, “pero se nutre de sus cuadros”. Tres: este partido se imagina más grande de lo que realmente es. Cuatro: su dirigente, Dante Delgado, “reproduce la política del cacicazgo de otros partidos”.

Ergo, concluye Ugalde, “MC corre el riesgo de quedar en un lejano lugar y perder diputaciones, alcaldías, incluso la gubernatura de Jalisco frente a Morena. No hay tercera vía en 2030 si antes no sobrevives 2024. Y no hay partido moderno capaz de ser una tercera vía cuando sus estrategias las decide una persona”. 

No podría estar más de acuerdo con Luis Carlos. Sobre todo en la quimérica planeación de una toma del poder en 2030 como si el 2024 fuera una aduana irrelevante. 

 

Como dijo el gran Pablo Milanés en una de sus canciones, “el futuro algún día llegará”. Si la elección de 2024 se ve todavía lejana, ponerle el ojo a la de 2030 no tiene sentido alguno. En la política, el timing es fundamental. Las circunstancias cambian de un día para otro. Hace pocas semanas, el proyecto de un frente opositor estaba desahuciado. No se le vía posibilidades algunas de ganar el año que entra. Y, de repente, apareció Xóchitl. No estoy diciendo que la hidalguense vaya a ganar, pero vaya que su presencia en la competencia presidencial cambió todos los escenarios.

¿Apostarle a 2030? ¿Neta?

Los partidos desde luego deben tener una visión del futuro. Pero sus decisiones tienen que tomarlas de acuerdo a la realidad del presente. Y, no nos hagamos bolas, para MC la elección presidencial de 2024 se reduce a una sola pregunta: ¿o apoyan a Claudia o apoyan a Xóchitl?

Todo lo demás son menudencias.

En este sentido, tienen cuatro opciones.

Primero: se unen a la alianza de Morena-PT-Verde y van abiertamente con Claudia.

Segunda: se alían con PAN-PRI-PRD y respaldan a Xóchitl en la boleta.

Tercera: lanzan a su propio candidato, lo cual significaría dividir el voto opositor y, en la práctica, apoyar a Claudia. Esos dos, tres, cinco o siete puntos que pueda sacar su candidato podrían resultar fundamentales para que gane la morenista.

Cuarta: no presentan candidato a la Presidencia, tal como hicieron en las elecciones de gobernador de Coahuila y Estado de México. Aquí la matemática electoral no queda del todo clara de quién de las dos candidatas sería la beneficiada con esta decisión, pero tiendo a pensar que, siendo MC un partido opositor, muchos de sus votos se irían hacia Xóchitl.

Por lo que se ve en la prensa, hay divisiones dentro de MC de qué hacer rumbo al 2024. La decisión final la tomará el jefe máximo, Dante Delgado, con el riesgo que se le divida el partido en dos facciones: los que pragmáticamente apoyen a Claudia y los que hagan lo mismo, pero con Xóchitl.

Rumbo a la quimera de 2030, MC será recordado como el partido que le dio la ventaja a alguna de las dos candidatas en 2024. Será inevitable. Quiero pensar que esto lo saben los emecistas, comenzando con el viejo lobo de mar que es Dante Delgado.

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                Twitter: @leozuckermann

Desarrollo regional, reto para el próximo gobierno

 

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director 

Cerrar la brecha de desarrollo entre las diferentes regiones del país es una asignatura que ningún gobierno de la era moderna ha podido resolver.

La manera más socorrida de atender el problema ha sido inyectar a la porción más pobre del país miles de millones de pesos en asistencialismo, cosa que no ha impedido que los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero se mantengan en los últimos lugares de la tabla del Producto Interno Bruto per cápita.

De acuerdo con Inegi, en 2020 la Ciudad de México tenía un PIB per cápita de 316 mil 761 pesos. Esto es siete veces mayor que el de Chiapas y 5.5 veces mayor que el de Oaxaca y Guerrero.

La proporción del PIB de esos tres estados respecto del PIB nacional se encogió entre 1980 y 2021, según cifras del propio Inegi. En ese lapso, el de Chiapas pasó de 2.16 a 1.48%; el de Oaxaca, de 1.90 a 1.43%, y el de Guerrero, de 1.89 a 1.33 por ciento. En cambio, hubo estados cuyo PIB creció proporcionalmente en el mismo periodo: por ejemplo, el de Nuevo León, de 5.18 a 7.89%; el de Chihuahua, de 2.64 a 3.32%, y el de Querétaro, de 1.35 a 2.28 por ciento.

En 1980, esa última entidad tenía un PIB de 99 mil 632 millones de pesos (base 2013), inferior en ese momento al de Chiapas (158 mil 583 millones), Oaxaca (139 mil 151 millones) y Guerrero (139 mil 874 millones). Para 2021, la economía queretana era bastante más grande que la de los otros tres estados: 388 mil 481 millones de pesos contra 268 mil 174 millones; 249 mil 591 millones, y 227 mil 408 millones de pesos, respectivamente. 

La conclusión es sencilla: algo se hizo bien en Nuevo León, Chihuahua y Querétaro, y algo se hizo mal en Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Puede inferirse que los resultados obtenidos por unos y otros tienen que ver con decisiones u omisiones de los gobiernos federales y locales. En unos casos, éstas detonaron el desarrollo y en otros, lo frenaron

Lo hecho, hecho está. Pero eso no significa que la brecha de desarrollo regional se tenga que seguir abriendo ni que la mayoría de chiapanecos, oaxaqueños y guerrerenses deban resignarse a vivir en la pobreza.

Una expresión de la senadora Xóchitl Gálvez ha dado lugar a que se vuelva a discutir qué hacer para equilibrar el desarrollo regional. En el foro que reunió a los aspirantes presidenciales del Frente Amplio por México en Monterrey, el sábado pasado, Gálvez dijo que el camino no era la instalación de maquiladoras en el sureste, pues en esa región “nadie va a ir a trabajar ocho horas seguidas, porque no es su cultura”. La afirmación de Gálvez fue interpretada por algunos como un acto de discriminación hacia las capacidades laborales y la voluntad de trabajar de los habitantes de las zonas más pobres del país.

Sin embargo, en algo tiene razón: el desarrollo regional no puede brincarse etapas. Si las inversiones que generan los empleos mejor pagados se instalan en algunos estados, como Nuevo León, es porque allí encuentran las condiciones que convienen a las empresas, como una mayor implantación del Estado de derecho, energía suficiente para producir y cuadros que puedan desempeñar los trabajos requeridos. Y no va a estar fácil que vayan a otro estado por decreto.

Si bien es loable que el gobierno federal cuente con un plan para detonar el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, éste no debe obviar el hecho de que Nuevo León tiene, entre otras ventajas, una escolaridad promedio que supera a Oaxaca por más de dos grados (10.7 contra 8.1, de acuerdo con datos del Inegi correspondientes a 2020).

Algo significa que, al 17 de agosto, el motor de búsqueda de empleos Indeed posteaba ofrecimientos de trabajo para tres mil 809 ingenieros en Nuevo León, pero sólo para 72 en Oaxaca.

Antes de que pueda competir por las inversiones para las que Nuevo León y otros estados resultan atractivos, el sur-sureste debe recorrer el camino que esas entidades ya han andado. Mientras tanto, habrá que encontrar las vías para que la porción menos desarrollada del país no se rezague más. Ése será uno de los retos para el próximo gobierno.

 

 

Frentes Políticos

Frentes Políticos / 22 de agosto de 2023

Frentes Políticos

Frentes Políticos

 

 

 

1. Se había tardado. Santiago Creel se bajó del proceso interno del Frente Amplio por México rumbo a las elecciones presidenciales, como horas antes lo anunció el periodista Ciro Gómez Leyva, y ahora sólo quedan dos aspirantes: Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes. Como en los mejores tiempos de la política mexicana, todo quedó en una elección de dos. ¿Cómo funcionaría la rebatinga? Sería más bien la estructura del PRI, de Alejandro Moreno, contra el PAN, de Marko Cortés, priistas inconformes con su líder y sociedad civil. Un escenario así plantea un riesgo de ruptura. ¿Avanza, se estanca o retrocede la oposición? Fractura a la vista.

2. Altura de miras. Zoé Robledo hizo a un lado su proyecto personal de contender por la gubernatura de Chiapas, a pesar de estar en las encuestas como el mejor posicionado. El director del IMSS exhibió un alto sentido político y optó por seguir al lado del Presidente de la República para consolidar el IMSS-Bienestar. Zoé dejó el camino libre y corresponderá a los chiapanecos decidir quién ocupará el cargo que dejará Rutilio Escandón. Nos cuentan los que saben que, ante la declinación de Zoé, se abre la oportunidad para que ese liderazgo en las simpatías de los chiapanecos se encauce hacia una mujer y que, por primera vez en la historia de la entidad, aplique el tema de la equidad. Eso sí sería un cambio histórico para Chiapas.

3. Gracias por participar. El anuncio de Santiago Creel frenando sus intenciones presidenciales marca la tercera ocasión en que se queda a medio camino. La historia no deja al “Señor Constitución”, como él mismo se llama, ingresar a sus páginas de oro. La primera vez que lo intentó fue en 2005, cuando Felipe Calderón ganó la contienda interna, y seis años después fue Josefina Vázquez Mota la abanderada panista. Ahora declinó a favor de Xóchitl Gálvez. Una de las dos, ella o Beatriz Paredes, lleva ventaja considerable y quizá convendría al PAN, para evitar cristalería rota, no caer en el desgaste y que sorpresivamente la otra ceda su lugar, renunciando también.

4. En las buenas y en las malas.  Julen Rementería, coordinador de los senadores del PAN, expresó, a nombre de la bancada panista, su respaldo a la controversia constitucional presentada por la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, en torno a los libros de texto gratuitos. “Es extremadamente grave que el futuro de millones se encuentre al borde del atraso, la mediocridad y la manipulación”, sostuvo el líder de la bancada panista. Han sido un estallido los libros elaborados bajo la conducción de Marx Arriaga, director de Materiales Educativos. El panismo luce congruente y unido. Lo logró la SEP.

5. Pan y circo. Aunque el diputado con licencia Gerardo Fernández Noroña había anunciado que para la rifa del Noroñabús el costo de los boletos sería de 500 pesos cada uno, ahora aseguró que serán gratuitos y espera la participación de más de un millón de personas. Uff, si así le salen las cuentas, desde ahora díganle a Mario Delgado, líder nacional de Morena, que le impugnarán los resultados de la encuesta que perfilará al candidato presidencial. ¿Y Luisa María Alcalde, la secretaria de Gobernación, ya dio legalidad a la rifa del Noroñabús? Todos los candidatos, incluido Manuel Velasco, aportan ideas por un mejor país. Menos él.

 

 

Violencia e intimidación en campaña

 

 

 

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

 
 

Después de una semana en que la violencia marcó toda la vida nacional, menos los monólogos de las mañaneras, inmunes a esas vicisitudes de la gente común y corriente, en estos días tenemos que volver a poner la atención en el cruce entre la violencia, la intimidación y la política, en un momento en que se han crispado como nunca antes las tensiones por la elección interna de Morena.

Las denuncias de Marcelo Ebrard han impactado el proceso interno, pero también han exhibido el encono que existe entre distintas corrientes y grupos en el partido oficial. Desde el aparente desinterés de Claudia (transformado en furia de los suyos en redes) hasta las descalificaciones utilizadas por Fernández Noroña que lo exhiben como lo que es: un pendenciero de la política que sólo puede argumentar con agravios. Pero lo grave no está en los tuits, sino en lo que sucede cada día, en el mundo real, ese mundo que en nuestro país está empapado de violencia.

Agosto, en la misma medida que escalaba la confrontación interna, se ha cruzado con asesinatos, amenazas, atentados relacionados con el proceso de Morena. Luego de los hechos de Chilpancingo, donde fue tomada la ciudad por Los Ardillos en su lucha contra el cártel de Los Tlacos, incluyendo cadáveres desmembrados frente a la presidencia municipal y videos de la alcaldesa con el líder de Los Ardillos, llegó el asesinato en la Autopista del Sol, frente a Chilpancingo, del empresario José Guadalupe Fuentes y su hijo de 20 años (en el ataque su esposa quedó malherida), un operador cercano a Marcelo Ebrard, pero, sobre todo, a la gobernadora Evelyn Salgado. Fuentes Brito era tío de Rubén Hernández Fuentes, que es el coordinador operativo del jefe de Oficina de la gobernadora y, además, su pareja sentimental, uno de los principales operadores del gobierno estatal. En el mismo evento en el que murieron Fuentes y su hijo fue asesinado un chofer de una combi que fue testigo del mismo. Fue perseguido por los atacantes y asesinado para que no quedaran testigos.

Hace dos semanas, en Iguala, en un crimen con muchísimas derivaciones, sufrió un atentado la prima de Evelyn y sobrina de Félix Salgado, Zulma Carvajal, en el ataque murió su esposo, Humberto del Valle. Los dos trabajaban para la precampaña de Claudia Sheinbaum, pero Zulma buscaba, además, la candidatura de Morena en Iguala y acusó del ataque al actual alcalde priista David Gama.

Humberto del Valle fue el jefe de la policía preventiva local con Félix Salgado Macedonio cuando éste fue presidente municipal de Acapulco. El hermano de Zulma, Justino Carvajal Salgado, hace diez años fue asesinado a balazos por un grupo armado frente a su departamento, en el mismo sitio donde atacaron a Del Valle la mañana del pasado domingo 6 de agosto. Justino era el síndico procurador del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, cuando se dieron los hechos de Ayotzinapa.

Mientras todo eso pasaba y el gobernador de Veracruz se disfrazaba para filmar videos que él cree chistosos para redes sociales, era asesinada Zayma Zoraya Zamora, dirigente de Morena y responsable de la precampaña de Adán Augusto López en esa región azotada por la violencia, donde días después vimos con estupor cómo en un depósito aparecían restos humanos destazados, empaquetados y congelados. Primero se dijo que eran 34, luego que eran 14, finalmente que entre 17 y 19. El gobernador Cuitláhuac García se apresuró a decir que era producto de ajustes de cuentas entre criminales cuando no estaban, no están aún hoy, siquiera identificados los restos. Subrayó que Poza Rica no era un foco rojo de inseguridad. Quizá por eso la Guardia Nacional y el Ejército enviaron a la zona más de mil elementos. Y seguían apareciendo restos humanos, ahora en Nogales, también en Veracruz.

 

Pero en el fin de semana ocurrió uno de los hechos más graves de esta campaña. Estaba en su recorrido por el sur de Veracruz el precandidato Manuel Velasco, dirigente del partido Verde, que no tiene buena relación con el gobernador García, cuando fue interceptado en pleno día en una carretera cerca de Minatitlán. Fue detenido, encañonado, lo mismo que sus acompañantes, entre ellos algunas mujeres de su equipo, durante más de media hora. No fue un equívoco, participaron en la emboscada para detenerlo seis camionetas de la policía estatal de Veracruz, con numerosos elementos armados con equipo táctico y armas largas. 

A pesar de que Velasco y los suyos se identificaron plenamente (y que cualquier policía local sabe si hay giras proselitistas en la zona y quienes participan, supuestamente deben cuidar la seguridad de esos visitantes), fueron retenidos, mientras eran encañonados con armas largas durante unos 40 minutos. La Secretaría de Seguridad estatal emitió una declaración en la que mintió descaradamente diciendo que habían sido retenidos porque una camioneta tenía vidrios polarizados y que a los pocos minutos siguieron su camino.

No es verdad, como se puede ver en los videos que se tomaron del incidente, las camionetas no tenían vidrios polarizados y mientras Velasco mostraba sus papeles se desarrollaba un fuerte operativo en torno a él.

No pasó a mayores, fuera del susto real que sufrieron Velasco y los suyos, pero en política eso tiene un término: intimidación. Y lo hecho por la policía local, vaya a saber por orden de quién, se llama, por lo menos, abuso de autoridad, una intimidación ordenada refrendada por una evidente mentira divulgada. Si así actúa el gobierno de Veracruz con los suyos, imaginemos cómo lo hará con los opositores cuando estén en campaña.

Por lo pronto, la interna de Morena echa lumbre.

 

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