Viernes, May 03, 2024
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Mirándonos el ombligo

 

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

 

Durante más de cinco años, México ha estado ausente en los grandes foros y discusiones internacionales.

Con el pretexto de que “la mejor política exterior es la política interior”, el presidente Andrés Manuel López Obrador aisló al país del escenario mundial. Y no es sólo que él no quisiera viajar, sino que dio la instrucción (mayo de 2019) de que ningún funcionario del gobierno federal podía salir al extranjero de manera oficial sin su autorización.

A diferencia de muchos de sus contrapartes, López Obrador no representó a México en ninguna de las cumbres presenciales del Grupo de los Veinte –del que nuestro país es parte– que se han celebrado durante su sexenio. En el encuentro de 2019, que se llevó a cabo en Osaka, el único país que no fue representado por la cabeza de su gobierno fue México. Allí estuvo presente el canciller Marcelo Ebrard, cosa que se repitió en las cumbres de Roma, en 2021, y Bali, en 2022. El Presidente sólo participó en la de 2020, organizada por Arabia Saudita, porque la pandemia obligó a que fuera virtual.  

López Obrador únicamente estuvo en una de las tres reuniones presenciales del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) que se han realizado en el mismo lapso (Santiago de Chile, Bangkok y San Francisco). Asistió a esta última, en noviembre pasado, a petición de su homólogo estadunidense Joe Biden, aunque se le vio incómodo y distraído durante el encuentro.

 
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En cuanto a las sesiones de debate de la Asamblea General de ONU –en la que han participado diez presidentes de México–, el tabasqueño tampoco ha querido estar presente. Su última oportunidad para hacerlo será en septiembre próximo. Eso sí, presidió una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en Nueva York, el 9 de noviembre de 2021 –cuando tocó a México encabezar el organismo–, a donde llevó una propuesta de plan global contra la pobreza, mismo que no tuvo eco. Durante los 63 meses que han transcurrido de su periodo, López Obrador solamente ha visitado ocho países, todos ellos de este continente. Esto lo convierte en el presidente que menos viajes internacionales ha realizado desde el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.

Si bien es cierto que ha estado dos veces en la Casa Blanca y ha participado en dos cumbres de América del Norte –de la que fue anfitrión en enero de 2023–, López Obrador ha dejado ver que podría no acudir al próximo encuentro con sus socios norteamericanos, a celebrarse en Quebec en abril.

La semana pasada, el mandatario dejó ver que se sentía ofendido por el hecho de que Canadá hubiese reimpuesto la obligación de una visa para los visitantes mexicanos y puso como pretexto de su eventual inasistencia que Estados Unidos y México tendrán elecciones presidenciales este año.

 

 
 
 
 
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Pase lo que pase en ese capítulo, el sexenio lopezobradorista terminará como uno de los periodos de menor interés de México por el acontecer internacional en la historia moderna.

Porque no ha sido solamente la ausencia presidencial en reuniones relevantes, sino el desinterés en temas fundamentales, como la lucha contra el cambio climático, así como la falta de compromiso con socios clave, marcadamente con Estados Unidos, y la abierta hostilidad respecto de otros, como España, al tiempo que se ha exhibido una evidente ideologización de la política exterior.

Luego de un lustro en el que el país no ha ejercitado su músculo internacional, quienquiera que llegue a la Presidencia en octubre próximo deberá mostrar mayor interés en los temas globales. De no hacerlo, México correrá el riesgo de seguir rezagándose como el jugador que debiera ser en el escenario mundial, considerando el tamaño de su población y su economía.

  • BUSCAPIÉS

*No es sólo el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. También podría ser que Canadá gire a la derecha y la próxima presidenta de México tenga que entenderse con el conservador Pierre Poilievre, quien se define como libertario (igual que el argentino Javier Milei). En encuestas recientes, su partido tiene 17 puntos de ventaja sobre los liberales de Justin Trudeau.

 

 

 

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