No hubo inacción de las Fuerzas Armadas
Miguel Ángel Godínez García
Alto mando
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EnviarA más de diez días del desastre y tragedia provocados por el huracán Otis, en Acapulco, Guerrero, los gobiernos municipal, estatal y federal siguen pasmados y con evidencia clara de no tener ningún plan para la recuperación de uno de los puertos más importantes, representativos y emblemáticos de México.
Las malas decisiones han estado presentes desde las primeras horas del desastre, lo que ha llevado a una reacción tardía con la ayuda humanitaria al pueblo de Acapulco. El mezquino temor de perder votos si los víveres provenían de grupos opositores retardó las acciones del Ejército y la Marina.
No fue verdad lo que dijo el Presidente, que carecía de información sobre la magnitud del desastre. La 27 Zona Militar, que comprende las regiones de Acapulco, Costa Chica y Costa Grande y que cubre 25 municipios de Guerrero, así como la IX Región Militar, la Sexta Zona Naval y la Décima Segunda Región Naval, dieron parte de novedades por teléfono satelital, señalando a detalle los daños causados por el huracán.
Asimismo, los titulares de la Defensa Nacional, Gral. Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina, almirante José Rafael Ojeda, activaron de forma inmediata los protocolos del Plan DN-III-E y el Plan Marina para proporcionar la ayuda y auxilio a la población, sólo esperaban la orden del Presidente, como comandante supremo. Tampoco sucedió, sino casi un día después, y varios testimonios e imágenes dan cuenta de ello.
Por esas inacciones, Acapulco sigue hundido en la tragedia. Comenté en este espacio que, tanto la Coordinación Nacional de Protección Civil, a cargo de Laura Velázquez y dependiente de la Secretaría de Gobernación, como el gobierno de Guerrero, de Evelyn Salgado, y el presidente López Obrador, fueron omisos al no emitir las alertas tempranas para evitar que 46 personas perdieran la vida y otras 52 terminaran en calidad de desaparecidas. Son cerca de 100 hombres, mujeres y niños que probablemente estarían vivas o con sus familias. No hay ninguna justificación válida para negar responsabilidades. Fueron 36 las horas para que Otis tocara tierra como huracán y 24 para saber de su gran poderío.
¿Qué hicieron Gobernación, Protección Civil, Conagua y los gobiernos de Guerrero y federal? Nada, se dedicaron a otra cosa, menos a proteger vidas. Jamás tuvieron en mente lo ocurrido en 1997, con el huracán Paulina de categoría 3, que dejó 300 mil damnificados, 250 lesionados, 150 desaparecidos y daños por más de 80 mil millones de pesos de ese año.
Hoy los daños de Otis son tres o cuatro veces más y a ello se suman los costos de la rapiña derivada de la ineptitud de la morenista Evelyn Salgado, que como gobernadora ha sido un fantasma junto con los cuerpos de seguridad del estado y la GN, los cuales, incluso, motivaron la delincuencia.
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* Falso. Circula en redes sociales un audio en el que supuestamente el Ejército se dio a la tarea de decomisar víveres a particulares y organizaciones civiles, tal fue el caso del presunto denunciante que se identificó como Omar Torres. En la grabación señala que al pretender ingresar a Guerrero, fue detenido por militares que le confiscaron todo, incluidos vehículos, además de haber sido agredido física y verbalmente junto con su familia. La Sedena, Cruz Roja Nacional y representantes de organismos no gubernamentales desmintieron el dicho al señalar que, si bien sí estaba restringido el acceso a la zona del desastre, nunca se dio la supuesta retención de víveres ni de personas y mucho menos el robo de dinero o mercancías. Omar Torres es identificado como un activista y provocador. En redes sociales circulan videos y fotografías en los que se le ve involucrado en disturbios y manifestaciones en varios puntos del país, los más conocidos lo sitúan en las protestas de Morena en contra de la cervecera Constellation Brands, en Mexicali y en contra del gobernador de Jalisco, en 2020.
DE IMAGINARIA
En la 4T toda la artillería está dirigida hacia Omar García Harfuch. Claudia Sheinbaum no opondrá resistencia a una orden de López Obrador; Clara Brugada sería la candidata a la CDMX.
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Miguel Ángel Godínez García
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El huracán Otis destrozó Acapulco y, de paso, dejó al descubierto la incapacidad e irresponsabilidad de oficinas como la Coordinación Nacional de Protección Civil, la SSPC, y la ayudantía del Presidente.
Es triste ver lo que quedó de Acapulco, uno de los puertos más emblemáticos de México, pero también fue penoso ver al Presidente atorado en una camioneta, en medio de un camino destrozado e inseguro; caminar en lodazales y abordar un Jeep que se atascó metros adelante para luego ser trasladado con todo su aparato de seguridad en una vieja camioneta de redilas.
¿De quién es la culpa? Por instrucción del Presidente, su ayudantía asume el control en sus giras de trabajo, pero ha cometido varios errores, al grado de caer en la irresponsabilidad y poner en riesgo, no sólo la integridad física del mandatario, sino también la propia. Son incontables las veces que su camioneta ha sido interceptada, incluso en retenes del narcotráfico. Este grupo de apoyo no atiende ni entiende las instrucciones de la Sedena.
Al ir a Guerrero, López Obrador no tenía necesidad de arriesgarse. El Ejército posee aeronaves con tecnología de punta y el Gral. Luis Cresencio Sandoval las puso a su disposición. Fueron dos helicópteros, un Black Hawk y un Puma, para trasladarlo junto con su gabinete a la zona de desastre, pero el mandatario decidió irse por tierra, apoyado por su ayudantía, las consecuencias, ya las mencioné.
Vergonzoso fue también escucharlo en su mañanera decir que carecía de información, cuando los secretarios de la Defensa y Marina le informaron oportunamente la situación a través de un teléfono satelital.
Nada de esto pasaría de existir el Estado Mayor Presidencial, el cual fue eliminado por instrucción del propio López Obrador. Dentro de sus funciones estaba, en primer lugar, la seguridad del Presidente y el apoyo logístico. En situaciones de desastre organizaba y facilitaba recursos para las operaciones de auxilio, transporte, comunicaciones y suministros. Trabajaba de forma estrecha con la Sedena, Semar, Protección Civil y otras instituciones.
Otis causó la muerte de 27 personas y cuatro desaparecidos, algunos de ellos marinos y soldados. Fueron muertes que se pudieron evitar si Protección Civil, a cargo de Laura Velázquez, hubiera sido capaz de alertar a la población.
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