Sábado, Abril 27, 2024
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Ausencia del Estado …y de las ideas

 

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

 

El martes 29 de agosto un autobús de la línea México-Tizayuca fue incendiado en la colonia El Cid, de ese municipio hidalguense, luego de que sujetos interceptaran la unidad, amenazando con armas de fuego al conductor, a quien golpearon salvajemente. De acuerdo con la alcaldesa Susana Ángeles Quezada, ese ataque estuvo relacionado con prácticas de extorsión que afectan a distintas líneas de transporte público en esa parte de la mancha urbana de la capital del país.

En protesta por la falta de seguridad, empresas que brindan el servicio pararon operaciones durante dos días y el viernes pasado bloquearon en tres puntos la carretera federal México-Pachuca. Durante el fin de semana, Ángeles Quezada negoció con mandos militares y policiacos para echar a andar un operativo de vigilancia sobre el corredor, que cruza los municipios mexiquenses de Ecatepec y Tecámac.

Cuidados por elementos de la Guardia Nacional, Ejército y seguridad pública municipal, los choferes reanudaron las corridas el pasado fin de semana. Sin embargo, exhortaron a las autoridades a volver permanente el operativo, pues en otras ocasiones la vigilancia había desaparecido a los pocos días de haberse instalado.

Una garantía de que esta vez no sucedería lo mismo parecía ser el compromiso de evaluar cada tres meses los resultados del reforzamiento de la seguridad. Lo absurdo es que las acciones coordinadas militares y policiacas no pudieron evitar el asesinato, ayer por la mañana, de un chofer de la propia línea México-Tizayuca, por individuos que abordaron su autobús, bajaron a los pasajeros y, tras obligar al conductor a avanzar 200 metros, lo bajaron de la unidad y lo mataron a sangre fría, dejando su cuerpo tirado sobre el asfalto.

Ese crimen ocurrió cuando tenía apenas unas horas de haberse apagado la algarabía por el nombramiento de Claudia Sheinbaum como “coordinadora de los comités de Defensa de la Cuarta Transformación”, la cual originó un agrio intercambio verbal entre las dirigencias nacionales de los partidos del oficialismo y de la oposición, con las infaltables expresiones de vanagloria y burla que caracterizan los debates en la política mexicana.

El crimen que relato —uno de tantos que ocurren todos los días en México— sucedió también el día que se iniciaba formalmente el proceso electoral en México, cuyos tiempos no han sido respetados por quienes aspiran a la Presidencia en 2024.

Dice mucho el que ningún político haya condenado los hechos en los que la delincuencia se burló de la presencia de soldados y policías y, cuando ya clareaba el día, ejecutó, sobre una de las autopistas más concurridas del país, a un trabajador de una empresa que apenas unos días antes había realizado paros para protestar por las extorsiones. 

Hay una evidente ausencia del Estado en muchas partes del país —como Tecámac, donde ocurrió el homicidio referido— y ese hueco está llenándolo la delincuencia. El actual gobierno, al que sólo le queda un año de cuerda, seguramente nada hará por frenar la arremetida criminal. Pero lo más desalentador es que el tema no ha aparecido entre los primeros escarceos de la contienda presidencial de 2024, con lo que debemos esperar que el año que entra y los que vienen seguiremos en las mismas o peor.

Por lo pronto, así iremos a las campañas: con una delincuencia envalentonada, que no duda en bajar a un chofer de un autobús y asesinarlo en plena autopista para mandar el mensaje de que sus cuotas ilegales se pagan o se pagan; con ciudadanos indefensos, a quienes dejan como único recurso realizar paros o bloqueos para que se conozca la dramática realidad que viven, y con políticos que suspiran por ser gobernantes sin tener la más remota idea de cómo darle la vuelta a la capitulación de la ley.

 

BUSCAPIÉS

*Muestra del nulo pudor que genera la incapacidad para lidiar con la inseguridad es que el primer gobernador del oficialismo en aparecerse anoche en el restaurante El Mayor, donde Claudia Sheinbaum recibió el “bastón de mando” de manos del presidente Andrés Manuel López Obrador, haya sido el michoacano Alfredo Ramírez Bedolla, cuyo estado está desangrándose.