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“El síndrome del nuevo funcionario”

“Toma fotos para checar lo que se roban...”

 

Es lo que Hugo Morgan llama “el síndrome del nuevo funcionario”.

03 de Noviembre de 2015

Revelar los salarios de funcionarios o de políticos alimenta la morbosidad, pero también el rechazo del ciudadano común y corriente que batalla cotidianamente para vivir con dignidad.

Generalmente están por muy por encima de la media.

No pasa un día sin que algún periódico publique en primera plana una nota relacionada con eso, o con moches, sobreprecios, deuda, corrupción.

Está muy bien que la prensa sea vigilante. Inhibe a las “ratas de dos patas” diría la clásica Paquita la del Barrio.  Ayuda a la transparencia. Pero sólo cuando los datos son precisos.

Muchas veces éstos van inflados en aras de “esponjar” la nota para ganar mejor espacio, o de plano son falsos.

  • No siempre hay réplica a lo publicado. Ayer sí. Al correo del reportero llegó un mensaje de Hugo Eric Flores, dirigente de Encuentro Social.

Incluye un comunicado en el que asegura que su salario es de 60 mil pesos mensuales y no de 81 mil pesos como algún diario publicó hace poco. Dice también que el secretario general gana 50 mil pesos netos.

Flores aclaró que desde el 1 de septiembre de este año,  el coordinador parlamentario del PES en San Lázaro, Alejandro González, dejó la Secretaría General.

Y más: la nómina del PES es mucho menor a lo publicado por ese diario, que señala un monto superior a un millón 438 mil pesos. “Es categóricamente falso”, dice. De acuerdo con el área de Finanzas de este instituto político, las erogaciones, vía nómina, no superan un millón de pesos.

En la administración pública podemos observar salarios desmedidos, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015, el Presidente de la República tiene un ingreso bruto de 248 mil 674 pesos al mes, mientras que seis ministros de la Suprema Corte de Justicia ganan 563 mil 417 pesos mensuales, es decir 18 mil 523 pesos al día, subrayó.

  • La hegemonía del PRD en la capital de la República es cosa del pasado. Ya no es siquiera la primera minoría en la  Asamblea Legislativa del DF. De las 14 delegaciones que dominaba sólo le quedan 6.

No tiene una destacada para competir por la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal en 2018. CuauhtémocRosarioAndrésAlejandro ya son historia. Todos se fueron. Mancera ni siquiera es del PRD.

El que pintaba para crecer, Víctor Hugo Romo,  perdió en la Miguel Hidalgo. Ahora la que lleva la delantera es Alejandra Barrales. “Está en el gabinete, tiene aceptación”, dice Raúl Flores, jefe local de ese partido.

Otro que quiere por el amarillo, sin ser del PRD, es Salomón Chertorivski, titular de Desarrollo Social del GDF. Es más bien una carta ciudadana.

El resto de la caballada es inexistente. Ni Leonel Luna ni Víctor Hugo Lobo niDione Anguiano tienen la proyección que se requiere para jalar el voto capitalino.

El péndulo político parece favorecer a Morena. El partido de López Obrador tiene dos figuras muy fuertes. Los delegados Ricardo Monreal, en Cuauhtémoc, yClaudia Sheinbaum, en Tlalpan, consentida de El Peje.

Martí Batres, jefe formal de Morena, también quiere. Pero aquí no estamos en Corea del Norte.

Su postura vociferante, su radicalismo trasnochado, su intransigencia, lo hacen inviable para la Ciudad de México, aunque se haya apoderado de la estructura obradorista en el DF. Lo que ocurre en la ALDF puede replicarse electoralmente en 2018. Una coalición de izquierda, sin Morena, pero con el PRD como partido ancla.

La coalición se ve más difícil con el PAN en el DF. Sobre todo ahora que se avecinan cambios internos y de rumbo en la Revolución Democrática.

  • Cuenta Hugo Morgan, exdelegado interino en Miguel Hidalgo, que cuandoXóchitl Gálvez entró por primera vez a las oficinas que hoy ocupa llegó acompañada de un fotógrafo. “Toma muchas fotos para que técnicamente sepamos qué se roban cuando se vayan”, le dijo, según el propio interino.

Es lo que el interino llama “el síndrome del nuevo funcionario”. Lo padecen los que llegan cada tres años, asegura Morgan.

El hombre nos contactó porque en el equipo de Gálvez le cargan el gasto prematuro de 12 millones de pesos para la organización de diversos eventos, entre ellos la presentación de pastorelas y pistas de hielo para diciembre. Se acabaron la lana antes de que entrara Xóchitl, señalaron.

“Hay una gran confusión. De esos 12 millones, siete y medio se ejercieron en diciembre de 2014. Fue el pago de la pista de hielo. Quedaron para este año sólo cinco millones y medio. Se hicieron acciones de cultura  muy importantes. 2.5 por día. Ópera, cine, teatro, danza… Yo estoy tranquilo”.

Mucho énfasis puso el exdelegado perredista en la necesidad de legislar localmente una Ley de Entrega-Recepción en las delegaciones.

Dotarse de un reglamento que evite este tipo de confusiones. Por lo demás, dice que le dejó a Xóchitl más de 100 millones de pesos en caja, cuando ellos recibieron la delegación de manos de Demetrio Sodi con un déficit de 30 millones de pesos.