Al bat
Aurelio Rodríguez
Por Jesús Alberto Rubio.
En el marco inicial del clásico otoñal, por qué no evocar la memoria de uno de los más grandes peloteros mexicanos que brillaron con gran intensidad en la Gran Carpa y que tuvo oportunidad de lucir su calidad y talento en aquella confrontación de 1981 entre los Yankees de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles.
En efecto, es imposible olvidar cuando toda la afición mexicana gozó su presencia y acción en la aquella serie cuando los Dodgers ganaron ese clásico y ahí el hermano de “Chico” tuvo una gran jornada al bat luego de sustituir a Craig Nettles, quien se había lesionado un dedo en el segundo juego celebrado en Nueva York y ya no pudo ver acción.
Aurelio tomó esa vez su lugar para regalarnos una gran actuación ya que en cuatro encuentros bateó de 12-5, para un alto .417.
Usted recordará que en el tercer partido, teniendo como escenario al Dodger Stadium, se dio un momento histórico para el béisbol mexicano:
Por primera vez se enfrentaban en un mismo Clásico dos paisanos: Aurelio y Fernando “El Toro” Valenzuela.
El “Toro” ganó dramáticamente 5-4 a pesar de recibir jonrones de Bob Watson y Rick Cerone, en tanto Aurelio le conectaba par de hits.
En el cuarto juego volvió a conectar de 4-2, en el siguiente se fue de 3-0 y en el sexto y último partido se fue de 1-1.
Más tarde, en el invierno de enfrente, un 18 de noviembre, los Yankees lo enviaron a Medias Blancas y el jefe George Steinbrenner le dedicó buenas frases: “Hizo todo lo que se le pidió y lo hizo muy bien. Lamento dejar ir a un jugador tan caballeroso. Buena suerte”.
17 años en Ligas Mayores
Los registros de Aurelio Rodríguez nos hablan de lo grande que fue en la pelota profesional luego de llegar en 1967 procedente de los Charros de Jalisco al béisbol de Ligas Mayores, exactamente con los entonces llamados Serafines o Angelinos de California.
Su estadía en ese béisbol se prolongó 17 años ya que después de jugar con California (1969-70), vistió las franelas de los Senadores de Washington (1970), Tigres de Detroit (1971-79), Padres de San Diego (1980), Yankees (1980-81), Medias Blancas de Chicago (1982, 1983) y Baltimore (1983).
Sus números y al Recinto Sagrado
En esas 17 temporadas conectó mil 570 hits, 287 dobles, 46 triples y 124 jonrones. Su promedio en general fue de .237.
En la Liga Mexicana de verano jugó con Charros de Jalisco, Tigres de México, Sultanes de Monterrey y Saraperos de Saltillo. Fueron sólo seis temporadas y promedió .309 de porcentaje.
En la Liga Mexicana del Pacífico jugó con Cañeros de Los Mochis y Yaquis de Ciudad Obregón. Pegó 208 dobletes, 11 triples, 129 jonrones y concluyó con un global .273.
Representó a México en dos Series del Caribe, en 1978, en Mazatlán, con los Tomateros de Culiacán y en 1984 en San Juan, Puerto Rico, con Mochis; ese año fue seleccionado en el Equipo Ideal por su estupenda actuación en la antesala.
Como mánager, en 1991 hizo campeones a los Sultanes de Monterrey en la Liga Mexicana de Béisbol…. Y claro, con toda esta trayectoria en 1995 ingresó con palmas de oro al Recinto Sagrado de Monterrey.
Enorme calidad
Le caracterizó su enorme calidad y consistencia como jugador; elegancia, gran brazo, fino y espectacular fildeo, buen bateo y como ser humano, todo un caballero.
En la Liga Americana jugando para los Tigres de Detroit, llegó a quitarle en 1976 la cadena de años seguidos ganando el Guante de Oro al oriol Brooks Robinson.
¡Cuántos recuerdos, sí, aquí en invierno, en el verano y las Ligas Mayores del gran Aurelio!
Imposible olvidar aquel 1971 cuando en el “Fernando M. Ortiz” no pudo retener en la esquina caliente un tablazo de línea de Héctor Espino para que luego viniera Bobby Darwin con su segundo cuadrangular del juego que coronó a Hermosillo, ante los Cañeros.
Una serie final que por supuesto no me perdí.
Con esa victoria los Naranjeros iban a ir en febrero a la primera participación de México en una Serie del Caribe, esa ocasión, bajo el mando de Maury Wills.
El vástago del Aurelio “Güerito” Rodríguez, excelente pelotero amateur y de la Liga de Sonora, nació el 28 de diciembre de 1947 y cundo menos se esperaba, a sus 53 años de vida falleció el 23 se septiembre de 2000.
Sorprendió la noticia
Aquel 23 de septiembre su fatal deceso en verdad impactó a todo el béisbol ya que a causa de una circunstancia inesperada donde un automovilista, adulta mayor – a causa de un infarto-- perdió el control del volante de su vehículo y lo atropelló al instante en que caminaba por una banqueta de la ciudad de Detroit.
Ese año y en este béisbol de invierno, Aurelio iba a trabajar por vez primera como coach de bateo de los Naranjeros de Hermosillo luego de una notable trayectoria con los Cañeros de Los Mochis tanto como jugador y mánager.
A su muerte, el inolvidable tercera base nativo de Cananea ya había trabajado como coach de los Diamonbacks de Arizona.
Pero así es el destino; cruel desenlace para una gran persona como él.
Scully y Valenzuela
Scully y Valenzuela
• Amplia recomendación: verá qué clase de historia sobre Vicente “Huevo” Romo publicó en el sitio de la SABR el gran colega Rory Costello, distinguido miembro de esa organización: https://sabr.org/bioproj/person/c3c8e10c
Por Jesús Alberto Rubio.
Vin Scully, quien fue la voz de los Dodgers durante 67 años, cedió a Fernando Valenzuela lanzar la primera bola simbólica en el segundo juego del clásico otoñal, recibiéndolo Steve Yeager.
Un momento por demás elocuente y emotivo por la comunicación que Vin estableció a través de su amables conceptos con la afición presente en el Dodger Stadium.
Recordemos que el miembro del Salón de la Fama en Cooperstown, el año pasado tuvo otro alto honor en su trayectoria/investidura dentro del beisbol cuando recibió de manos del ex presidente Obama la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos.
Ese galardón es la máxima distinción para un civil en EU y se entrega a quienes contribuyen de manera significativa a la cultura en las áreas de cultura o la paz mundial.
Nombre del ES
Desde Mexicali se comunica Heriberto Corral Romo para hacer el siguiente planteamiento:
Jesús: he oído que se estableció el Día de Héctor Espino, como un homenaje más al que fue y ha sido el Mejor jugador de béisbol de México, lo cual es muy loable, pero, insisto, el mejor homenaje que le pueden hacer a este beisbolista extraordinario, es el de poner su nombre al nuevo Estadio Sonora.
Te voy a poder que por favor difundas esta propuesta a todos los medios, contra, peñas, clubes, ligas, etc., para que se le haga justicia a quien le debe Hermosillo, parte muy grande de los 16 campeonatos que ostenta el Club Naranjeros.
De acuerdo.
Y añado: bien por el homenaje al No. 21 la noche del martes, pero persiste la pregunta: ¿y cuando se trasladará su estatua al estadio; ya se tiene la estructura donde se instalará?
Heriberto: otra cosa: parece que la franquicia Naranja buscará vender al mejor postor el nombre –comercial—del inmueble y con ello obtener una buena ganancia.
Lo dijo recientemente el ingeniero Enrique Mazón Rubio, presidente del Club: el recurso que se obtenga por ese concepto se destinará a la integración de un fideicomiso del béisbol de Ligas Infantiles de Hermosillo.
O sea…
Pero, bueno, falta la última palabra al respecto.
Asención Sánchez Vázquez:
El parque apodado Julián Chávez Ravín (el Dodger Stadium) es el de mayor aforo en USA con capacidad para 56 mil espectadores.
Su construcción inició en 1959; el 10 de abril de 1962 se inauguró --fue remodelado el 2005--, con un costo inicial de 23 millones de dólares, construido por el arquitecto y capitán Emil Praeger sobre lo que fue un condado atestado de casas de mexicanos inmigrantes.
Allí se jugaron series mundiales en 1963, 65, 66, 74, 77, 78, 1981 con la Fernandomanía; la de 1988 y la actual.
En 1980 fue escenario del Juego de Estrellas, y en 1984 del béisbol de Juegos Olímpicos, y los Clásicos Mundiales de 2009 y 2017.
El capitalismo salvaje obligará hoy a miles de fieles aficionados a ver el clásico otoñal desde su casa o algún bar ante los escasos boletos puestos a la venta en taquilla y, sobre todo, los elevadísimos costos.
Un boleto, el más barato, cuesta el equivalente a 14 mil pesos, y hasta 126 mil pesos cuatro filas detrás de los palcos centrales del home plate.
En Houston, Texas el más barato para los juegos cuatro y cinco costará 15 mil 300 pesos. Por el más caro ni pregunté, pa´qué, tengo vencida la visa, jajajajaja.
Cesáreo Suárez Naranjo:
Lo, con deleite lo que te manda Héctor Barrios y Fernández con esos repasos a la historia.
Mira, donde dice (sobre los 80s): "Recuerdo haber escuchado que Richie Hebner, tercera base de los Piratas de Pittsburgh, trabajaba de sepulturero en un panteón cuando estaba fuera de temporada...".
Con ello me vino a la memoria lo que un día leí que dijese Harry Hooper, de los Medias Rojas de Boston, en la época en que estaba el Bambino en este equipo.
Este hombre, Hooper, muy buen jugador, pero ¡como todos ellos (con la excepción de Ruth, de Ty Cobb, y unos cuantos más!) eran muy mal pagados!
Y entonces, de la misma forma que Richie Hebner lo hacía, fuera de temporada, se dedicaba a la topografía. Un saludo.
Le digo a Cesáreo que también ya he compartido el tema de los umpires y sus oficios-trabajos durante los recesos de temporada, tanto en el pasado como en el presente, interesante columna/tema que usted quizá ya leyó en su momento.
José Carlos Blanco Hernández:
Muchas gracias amigo Jesús Alberto Rubio Salazar. Efectivamente, mi pasión es el béisbol en primerísima instancia... La lucha libre me gusta porque fue un sueño de niño, el querer ser como todos esos invencibles líderes de antaño...
¡Ándale, José Carlos!
Altuve & Giancarlo
El venezolano José Altuve de los Astros y Giancarlo Stanton de los Marlins ganaron el Premio Hank Aaron 2017 en la Liga Americana y Nacional, respectivamente.
El Premio se ha otorgado anualmente desde 1999 al jugador más destacado en cada circuito en cuanto a la ofensiva se refiere. Los ganadores fueron elegidos por los fanáticos y un grupo de Salones de la Fama que incluye al propio Aaron.
Aurelio Rodríguez
Por Jesús Alberto Rubio.
En el marco inicial del clásico otoñal, por qué no evocar la memoria de uno de los más granees peloteros mexicanos que brillaron con gran intensidad en la Gran Carpa y que tuvo oportunidad de lucir su calidad y talento en aquella confrontación de 1981 entre los Yankees de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles.En efecto, es imposible olvidar cuando toda la afición mexicana gozó su presencia y acción en la aquella serie cuando los Dodgers ganaron ese clásico y ahí el hermano de “Chico” tuvo una gran jornada al bat luego de sustituir a Craig Nettles, quien se había lesionado un dedo en el segundo juego celebrado en Nueva York y ya no pudo ver acción.Aurelio tomó esa vez su lugar para regalarnos una gran actuación ya que en cuatro encuentros bateó de 12-5, para un alto .417.Usted recordará que en el tercer partido, teniendo como escenario al Dodger Stadium, se dio un momento histórico para el béisbol mexicano:Por primera vez se enfrentaban en un mismo Clásico dos paisanos: Aurelio y Fernando “El Toro” Valenzuela.El “Toro” ganó dramáticamente 5-4 a pesar de recibir jonrones de Bob Watson y Rick Cerone, en tanto Aurelio le conectaba par de hits.En el cuarto juego volvió a conectar de 4-2, en el siguiente se fue de 3-0 y en el sexto y último partido se fue de 1-1.Más tarde, en el invierno de enfrente, un 18 de noviembre, los Yankees lo enviaron a Medias Blancas y el jefe George Steinbrenner le dedicó buenas frases: “Hizo todo lo que se le pidió y lo hizo muy bien. Lamento dejar ir a un jugador tan caballeroso. Buena suerte”.17 años en Ligas MayoresLos registros de Aurelio Rodríguez nos hablan de lo grande que fue en la pelota profesional luego de llegar en 1967 procedente de los Charros de Jalisco al béisbol de Ligas Mayores, exactamente con los entonces llamados Serafines o Angelinos de California.Su estadía en ese béisbol se prolongó 17 años ya que después de jugar con California (1969-70), vistió las franelas de los Senadores de Washington (1970), Tigres de Detroit (1971-79), Padres de San Diego (1980), Yankees (1980-81), Medias Blancas de Chicago (1982, 1983) y Baltimore (1983).Sus números y al Recinto SagradoEn esas 17 temporadas conectó mil 570 hits, 287 dobles, 46 triples y 124 jonrones. Su promedio en general fue de .237.En la Liga Mexicana de verano jugó con Charros de Jalisco, Tigres de México, Sultanes de Monterrey y Saraperos de Saltillo. Fueron sólo seis temporadas y promedió .309 de porcentaje.En la Liga Mexicana del Pacífico jugó con Cañeros de Los Mochis y Yaquis de Ciudad Obregón. Pegó 208 dobletes, 11 triples, 129 jonrones y concluyó con un global .273.Representó a México en dos Series del Caribe, en 1978, en Mazatlán, con los Tomateros de Culiacán y en 1984 en San Juan, Puerto Rico, con Mochis; ese año fue seleccionado en el Equipo Ideal por su estupenda actuación en la antesala.Como mánager, en 1991 hizo campeones a los Sultanes de Monterrey en la Liga Mexicana de Béisbol…. Y claro, con toda esta trayectoria en 1995 ingresó con palmas de oro al Recinto Sagrado de Monterrey.
Enorme calidadLe caracterizó su enorme calidad y consistencia como jugador; elegancia, gran brazo, fino y espectacular fildeo, buen bateo y como ser humano, todo un caballero.En la Liga Americana jugando para los Tigres de Detroit, llegó a quitarle en 1976 la cadena de años seguidos ganando el Guante de Oro al oriol Brooks Robinson.¡Cuántos recuerdos, sí, aquí en invierno, en el verano y las Ligas Mayores del gran Aurelio!Imposible olvidar aquel 1971 cuando en el “Fernando M. Ortiz” no pudo retener en la esquina caliente un tablazo de línea de Héctor Espino para que luego viniera Bobby Darwin con su segundo cuadrangular del juego que coronó a Hermosillo, ante los Cañeros.Una serie final que por supuesto no me perdí.Con esa victoria los Naranjeros iban a ir en febrero a la primera participación de México en una Serie del Caribe, esa ocasión, bajo el mando de Maury Wills.El vástago del Aurelio “Güerito” Rodríguez, excelente pelotero amateur y de la Liga de Sonora, nació el 28 de diciembre de 1947 y cundo menos se esperaba, a sus 53 años de vida falleció el 23 se septiembre de 2000.Sorprendió la noticiaAquel 23 de septiembre su fatal deceso en verdad impactó a todo el béisbol ya que a causa de una circunstancia inesperada donde un automovilista, adulta mayor – a causa de un infarto-- perdió el control del volante de su vehículo y lo atropelló al instante en que caminaba por una banqueta de la ciudad de Detroit.Ese año y en este béisbol de invierno, Aurelio iba a trabajar por vez primera como coach de bateo de los Naranjeros de Hermosillo luego de una notable trayectoria con los Cañeros de Los Mochis tanto como jugador y mánager.A su muerte, el inolvidable tercera base nativo de Cananea ya había trabajado como coach de los Diamonbacks de Arizona.Pero así es el destino; cruel desenlace para una gran persona como él.
Enorme calidadLe caracterizó su enorme calidad y consistencia como jugador; elegancia, gran brazo, fino y espectacular fildeo, buen bateo y como ser humano, todo un caballero.En la Liga Americana jugando para los Tigres de Detroit, llegó a quitarle en 1976 la cadena de años seguidos ganando el Guante de Oro al oriol Brooks Robinson.¡Cuántos recuerdos, sí, aquí en invierno, en el verano y las Ligas Mayores del gran Aurelio!Imposible olvidar aquel 1971 cuando en el “Fernando M. Ortiz” no pudo retener en la esquina caliente un tablazo de línea de Héctor Espino para que luego viniera Bobby Darwin con su segundo cuadrangular del juego que coronó a Hermosillo, ante los Cañeros.Una serie final que por supuesto no me perdí.Con esa victoria los Naranjeros iban a ir en febrero a la primera participación de México en una Serie del Caribe, esa ocasión, bajo el mando de Maury Wills.El vástago del Aurelio “Güerito” Rodríguez, excelente pelotero amateur y de la Liga de Sonora, nació el 28 de diciembre de 1947 y cundo menos se esperaba, a sus 53 años de vida falleció el 23 se septiembre de 2000.Sorprendió la noticiaAquel 23 de septiembre su fatal deceso en verdad impactó a todo el béisbol ya que a causa de una circunstancia inesperada donde un automovilista, adulta mayor – a causa de un infarto-- perdió el control del volante de su vehículo y lo atropelló al instante en que caminaba por una banqueta de la ciudad de Detroit.Ese año y en este béisbol de invierno, Aurelio iba a trabajar por vez primera como coach de bateo de los Naranjeros de Hermosillo luego de una notable trayectoria con los Cañeros de Los Mochis tanto como jugador y mánager.A su muerte, el inolvidable tercera base nativo de Cananea ya había trabajado como coach de los Diamonbacks de Arizona.Pero así es el destino; cruel desenlace para una gran persona como él.
Llega el embrujo otoñal
Llega el embrujo otoñal
Por Jesús Alberto Rubio.
Finalmente prevalece el consuelo en torno a los Mulos del Bronx: llegaron más allá de lo esperado, del pronóstico, la expectativa.
Y sí, un juego marcó la diferencia y no hay por qué sentirse ni molestarse.
Adiós enconos.
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