CIUDAD DE MÉXICO.

El expediente que el Departamento de Justicia de Estados Unidos integró en contra del general en retiro Salvador Cienfuegos Zepeda, se basó en investigaciones realizadas a partir intervenciones telefónicas y acusaciones de oídas. Esos señalamientos le imputaron al extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el alias de “Padrino”, y la presunta posesión de un aparato Blackberry para mantener contacto con integrantes de un grupo del crimen organizado. 

A partir de este expediente, que fue entregado por el Departamento de Justicia estadunidense, el pasado 11 de noviembre, a la Fiscalía General de República (FGR), es que se iniciarán las investigaciones en contra del general en México.

El acuerdo fue anunciado este martes por los fiscales de México, Alejandro Gertz Manero, y de Estados Unidos, William P. Barr, y confirmado por el canciller mexicano Marcelo Ebrard.

Antes de este expediente, incluso lo confirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador en una conferencia matutina, en México no había investigaciones en contra del general en retiro Cienfuegos Zepeda. 

OPERACIÓN PADRINO 

En el expediente que el Departamento de Justicia estadunidense presentó ante la Corte de Distrito de Nueva York, a cargo de la jueza Carol Beagley, se detallan las acciones de lo que la Agencia Antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) clasificó como la “Operación Padrino”.

De acuerdo con esas pesquisas, las investigaciones iniciaron en 2012, año en que Cienfuegos Zepeda llegó al mando del Ejército y la Fuerza Aérea, en la gestión del entonces presidente Enrique Peña Nieto. 

A partir de intervenciones telefónicas, los agentes de la DEA, comenzaron a escuchar la mención de una persona señalada como un importante funcionario mexicano, del que se referían únicamente como “Padrino”.

En declaraciones obtenidas por la Agencia, este personaje, aprovechando su cargo e influencia, comenzó a brindar protección a un grupo que se desprendió del Cartel de los Hermanos Beltrán Leyva.

El Cartel del H-2, a cargo de Francisco Patrón Sánchez, un grupo de muy bajo perfil con operación en Nayarit y Sinaloa, logró introducir mariguana, cocaína, heroína y metanfetaminas, a Estados Unidos, con la protección de “Padrino”, para su venta y distribución en Los Ángeles, Las Vegas, Minnesota, Carolina del Norte, Ohio y Nueva York.

En otra parte de las investigaciones, se explica que la DEA logró infiltrar un aparato Blackberry, para que fuera entregado a “Padrino” y así poder intervenir los mensajes y las llamadas del alto funcionario involucrado en la operación del H-2.

Con esta estrategia, en 2017, los investigadores lograron establecer que el funcionario mexicano presuntamente involucrado era, ni más ni menos, que el responsable del Ejército y la Fuerza Aérea.

Las investigaciones fueron turnadas la Corte de Nueva York, en donde se giró la orden de captura en contra de Cienfuegos Zepeda, en agosto de 2019, sin embargo su detención se realizó hasta el pasado 15 de octubre de este año, cuando el exfuncionario llegó, con su familia, al aeropuerto internacional de Los Ángeles, California.

Al día siguiente, en su conferencia mañanera, el titular del Poder Ejecutivo, López Obrador, confirmó que en el país no había ningún cargo en contra del general Cienfuegos Zepeda.