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Historia y Cultura

La salud es el único y auténtico tesoro de los mortales.

 
 
Me  enviaron un artículo que creo les puede interesar a nuestros lectores, así que se los comparto con la advertencia de que antes de cualquier cosa es usted la responsable de sus decisiones en la vida y por tanto debemos cuidar nuestra salud informándonos oportunamente. 
 
Entre Mujeres

¿REALMENTE CUIDA SU SALUD?

A los 30 años usted tiene una depresión una tristeza muy persistente: le recetan FLUOXETINA.

La fluoxetina dificulta su sueño. Así que le recetan clonazepam, el rivotril de la vida. El clonazepam lo deja medio bobo al despertar y reduce su memoria. Vuelve al doctor; él nota que usted aumentó de peso. Ahí le receta sibutramina.

La Sibutramina le hace perder unos kilitos, pero le da una taquicardia incómoda. Nueva visita al doctor: además de la taquicardia, él se da cuenta que usted además de la "batidora en el corazón" también tiene la presión alta, entonces le receta LOSARTAN y ATENOLOL, este último para reducir su taquicardia.

Ya tienes 35 años y tomas: Fluoxetina, clonazepam, sibutramina, losartan y atenolol. Y aparentemente adecuado, se prescribe un "MULTIVITAMINICO". Como el doctor no entiende nada de vitaminas y minerales, recomienda que usted compre un "Multivitamínico de la A a la Z" de la vida, en la farmacia y como viene en cápsula tiene CASI NULA absorción y casi no sirve para nada.

Ya se van $60.000 al mes. Puede pesar en el presupuesto, El dinero que podría dirigir a inversiones y ocio, se escurre al desagüe de la industria farmacéutica.

Empiezas a estar nervioso, preocupado y ansioso (a pesar de fluoxetina y clonazepam), porque las cuentas no cuadran a fin de mes. Comienzas a sentir dolor de estómago y acidez estomacal, tu intestino está "arrestado". Vas a otro doctor. Prescripción: Omeprazol + domperidona + Laxante "natural".

Los síntomas se suman, pero sólo los síntomas, a pesar de la "MATANZA COMPLETA DE TU FLORA INTESTINAL". Otras quejas aparecen...entre ellas, una es particularmente perturbadora: a los 37 años, solo, usted no tiene más potencia sexual. Además de estar "teniendo relaciones" con frecuencia, tienes muy poco esperma y la líbido está debajo de los pies.

Para el doctor de la medicina de la enfermedad, eso no es problema. Incluso te manda a elegir el remedio: Sildanafil, tadalafilo, lodenafil o vardenafilo, elige por pim-Pam-Bang.

Tu potencia mejora, pero como consecuencia, estos remedios dan un tremendo dolor de cabeza, latido, enrojecimiento y nariz que gotea. No hay problema, el doctor aumenta la dosis de atenolol y pasa una neosaldina para que tomes antes del sexo. Si lo necesitas, inculca un "medicamento" para tu secreción nasal, que sobrecarga tu corazón.

Cuando todo parecía solucionado, a los 40 años usted se da cuenta de que sus dientes se están pudriendo y cayendo. (Entre nosotros, es el antidepresivo). Tome dinero para gastar con el dentista. En esa misma época, otra constatación: su memoria está fallando mucho más de lo habitual. Una vez más, para su doctor, eso no es problema: GINKGO BILOBA se prescribe.

En los exámenes de rutina, su glucosa está en 110 y su colesterol en 220. En la espalda de la hoja de recetario, el doctor prescribe METFORMINA + SINVASTATINA. "Es para evitar la Diabetes e Infarto", dice el cuidador de su salud.

A los 40 y pocos años, ya tomas: Fluoxetina, clonazepam, losartan, atenolol, multivitamínico de a a z, Omeprazol, domperidona, laxante " natural ", sildenafilo, vardenafilo, lodenafil o tadalafilo, neosaldina ginkgo biloba, metformina y simvastatina (enfrentémoslo, eso está muy lejos de ser saludable! ).

$150.000 a $160.000 por mes!!! Y SIN SALUD!!!

Mientras tanto, aún sigues deprimido, cansado y engordando. El Doctor, de nuevo. Cambia la fluoxetina por duloxetina, un antidepresivo "más moderno". Después de 2 meses te sientes mejor (o un poco "menos mal").

Pero otro contratiempo surge: el nuevo antidepresivo lo hace orinar largamente y con jet débil. Pasa a ser necesario levantarse dos veces por la noche para orinar. Allí se fue su sueño, su descanso extremadamente necesario para su salud.

Pero esto es fácil para su doctor: Él prescribe tamsulosina, para ayudar en la micción, el acto de orinar. Usted Mejora, realmente, sin embargo... no eyacula más. No sale nada!
Voy a parar por aquí... Es deprimente. Eso no es medicina. Eso no es salud.

Esta historia termina con una situación cada vez más común: el derrumbe en bloque de su salud. Estás obeso, sin disposición, con lamentable erección y memoria y concentración discapacitado. Diabético, hipertenso y con sospecha de cáncer. Dientes: no voy a hablar.

El peso alto reventó su rodilla (un doctor te agarro hasta poner una prótesis). Surge en su cabeza la idea loca de buscar un cirujano bariátrico, para "reducir su estómago" y un psicoterapeuta para cuidar de su juicio arruinado es aconsejado.

Sin dinero, triste, ansioso, deprimido, pensando en dar fin a su vida y... enfermo, muy enfermo! A pesar de los "Remedios" (o debido a ellos!!).

La industria farmacéutica? "Va bien, gracias!", más aún con su valiosa contribución por años o décadas. Gracias a su enfermedad, o a la enfermedad plantada paso a paso en su vida.

«Autor desconocido»

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Comentarios
Bernabé López
 
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  • Luna Infita Huerta
    Luna Infita Huerta Si el ser humano aprendiera sobre las emociones se evitaría la íngesta de medicamento...sanamos el cuerpo pero no el alma (emociones) por eso no se sana el físico...si llevas sanación emocional al par que sanas tu físico el cuerpo cede y empieza una saVer más

Una historia de azúcar y centrales

 

Cuando era niño, allá en el terruño cañero donde crecí, dos cosas se decían como lemas de combate o arengas cotidianas: «Azúcar para crecer» y «Sin azúcar no hay país», ambas eran grandes y dulces verdades.

La vida giraba en torno a la humeante chimenea de un central. El ingenio con sus vapores y rechinares metálicos era una especie de tótems al que todo el pueblo agradecía y veneraba. La ronca sirena accionada por vapor anunciaba las horas de los cambios de turno en la fábrica y era, además, alerta para el quehacer de todos. Resultaba común escuchar en el argot laboral, familiar y hasta pasional, las referencias al «pitazo del central».

Se hacían citas y pactos que  convocaban a una partida de dominó «cuando el central pite a las siete de la noche»; a una reunión después del «pito de las 11 de la mañana»; y hasta recuerdo a mi amigo Felito, la Manhattan, así apodado por su inseparable camisa de aquel popular modelo, que se puso un poco nervioso haciendo una nota a Xiomara, para verse en el parque, pero cosas de la premura y un inoportuno bolígrafo que se quedó sin tinta, solo le permitieron escribir un texto incompleto que le valió el rechazo de la joven, la esquelita decía: te espero en el parque con el pito.

Pero el central no solo era ruidos, también era nueces. Sus producciones y todo cuanto estas movilizaban aupaban el desarrollo del pueblo. La vida social del batey era como un engranaje más de la industria: si la zafra marchaba bien, el pueblo marchaba bien; si una rotura paralizaba la molida era acontecimiento colectivo y la gran mayoría de los pobladores sabía de qué se trataba el asunto, porque alguien de cada familia tenía que ver con la molienda.

Cuando la campaña daba inicio, la atmósfera del pueblo cambiaba, el olor a mieles ponía en el aire un toque dulzón, las calles se teñían con el negro manto de los bagacillos chamuscados; el movimiento de camiones y trenes era incesante; el ronronear de las masas moledoras se sentía en todas partes, la vida bullía y a la gente le gustaba.

Había torneos de béisbol azucarero y nuestro equipo era de los mejores, con lanzadores como el Huracán Góngora o jonroneros como Mustelier Sacarosa.

Se organizaban fiestas para el fin de zafra, que todos disfrutaban porque todos, de una manera u otra, algo tenían que ver con los éxitos del plan de azúcar. Se hacían trabajos voluntarios y hasta valijas para llevar regalos a los azucareros, que eran como guerreros épicos de una batalla que el país tenía que ganar siempre.

Dentro de aquellos herrajes añosos, allá por lo tachos, las casas de calderas o las centrífugas, había personas veneradas, hombres curtidos por la experiencia invaluable de años dedicados a fabricar el dulce. Verdaderos maestros de ese interesante proceso que eran capaces de saber, desde la distancia de sus casas, que algo no andaba bien en su querido ingenio, solo por notar este o aquel ruido inusual que sus entrenados oídos sabían detectar.

De uno de aquellos hombres aprendí un dicharacho, que siempre usé porque encerraba toda esta historia en una sola frase: «el que tiene un amigo, tiene un central».

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EL AGENTE SECRETO MEXICANO 10-B

Hasta hoy sólo se conoce el caso de un espía mexicano que pudo filtrarse en la embajada norteamericana en México y suministrar al gobierno mexicano informes extremadamente delicados procedentes de fuentes estadunidenses Este fue un hombre conocido con la clave 10-B Sus actividades se desarrollaron durante una fase crucial y en muchos aspectos extremadamente peligrosa de las relaciones entre México y Estados Unidos

Durante muchos años fue guardado en secreto, un episodio tenso y difícil entre las relaciones diplomáticas de México y los Estados Unidos, episodio que tiene que ver con la forma en que México evitó una invasión norteamericana allá por el año de 1927, sin embargo no fue hasta 1993 que se pudo conocer una carta del secretario de Relaciones Exteriores Aarón Sáenz del Gabinete del presidente Plutarco Elías Calles, dirigida al secretario de Estado norteamericano Frank B. Kellogg.

Como se sabe, después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), las diferencias entre las compañías extranjeras y el gobierno mexicano fueron creciendo hasta llegar a niveles de mucha tensión. La primer alerta se prendió cuando el presidente Calles lanzó la nueva ley sobre el petróleo que le daba a las compañías extranjeras el plazo de un año para renovar sus concesiones, que a partir de entonces solo sería por 50 años y sin derecho de apelación ante países extranjeros.
No es de sorprender que, uno de los principales puntos de discordia entre Estados Unidos y México fuera el petróleo. Recién estrenando su período presidencial, Plutarco Elías Calles, ni tardo ni peresozo, inmediatamente rechazó los Tratados de Bucareli de 1923, pactados entre Estados Unidos y México signados, con la única mano que le quedaba buena, por Álvaro Obregón; y comenzó a redactar una nueva ley sobre el petróleo que se cumpliera con apego al artículo 27 de la Constitución y aunado a lo anterior, por esas fechas se inauguró la primera embajada de la Unión Soviética en suelo Mexicano.. En Estados Unidos gobernaba entonces el presidente Coolidge el cual tenía ya suficientes razones para sentirse intranquilo con su vecino del sur y empezó a generar planes para iniciar una invasión para lo cual utilizó a James R. Sheffield embajador norteamericano en México.
Entre 1926 y 1927, el espía más famoso y enigmático de la historia política entre Estados Unidos y México, quien firmaba con la frase “Respetuosamente 10-B”, fue clave para hacer fracasar el plan estadunidense de invadir a México en 1927 por intereses petroleros y políticos, pero su nombre ha permanecido en las mismas sombras en las que el agente operó.
En un año y medio 10-B entrego más de 300 documentos con los cuales Calles confirmó la existencia de la conspiración y, de paso, la profunda aversión de Sheffield hacia su persona.
Mientras tanto, en México se confirmó que, por órdenes del Departamento de Estado, una flota de barcos de guerra se dirigía a los estados de Tamaulipas y Veracruz. De inmediato, Calles mandó instrucciones a su amigo, el entonces gobernador de Tamaulipas, Emilio Portes Gil, quien testimonió:
“El presidente me informo de la grave situación, y que por las intrigas del embajador Sheffield y del Secretario de Estado Kellogg, estábamos a punto de ser invadidos por fuerzas de los Estados Unidos. Si esto llegara a suceder –me dijo- trasládese inmediatamente a Tampico -y con el jefe de operaciones- procedan a incendiar las refinerías de la región, así como los pozos petroleros de la Huasteca de manera que sólo encuentren escombros y no se puedan apropiar de ellos. De igual manera deberá de informar al pueblo para que sepan de la situación a fin de que estén listos para repeler la agresión"
En medio de la crisis, Calles decidió jugar la ultima carta para evitar la guerra: con una persona de su confianza envío al presidente Coolidge las pruebas que tenia en su poder con la advertencia de que al primer intento de desembarco, se publicarían en todo el mundo los documentos que probarían la infame acción.
Fue gracias a la valiosa información obtenida por el agente secreto 10-B que fue de gran utilidad cuando se desató el conflicto belicoso el 27 de Febrero de 1927. Así entonces, con la presión de la prensa americana encima, el presidente de los Estados Unidos Calvin Coolidge, tomó la decisión más sensata y se comunicó con su homólogo para disolver la crisis y abortó el llamado “Plan Especial Green”, creándose desde entonces una línea telefónica directa desde Palacio Nacional hasta Washington y suspendiendo la travesía de los acorazados cañoneros que ya se divisaban desde los puertos, como así lo informara en su momento el general Lázaro Cárdenas, entonces jefe de las operaciones militares en la zona norte del Estado de Veracruz.
El último informe del agente 10-B está fechado el 23 de mayo de 1927, y de ahí en adelante el gran espía de México se hundió en el más profundo olvido, no se sabe más acerca de él, sin embargo la manera en que su labor de espionaje ayudó a nuestro país fue en efecto determinante para nuestra soberanía nacional. 
Esta es la historia de otro personaje oculto en la historia de nuestro México Desconocido.

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