Francisco Garfias Arsenal
El presidente López Obrador es especialista en la construcción de adversarios. Se siente cómodo en el conflicto. “La política no es para él la plaza de las conciliaciones, sino la condensación del conflicto”, como apunta el escritor Jesús Silva Herzog (La casa de la contradicción, editorial Random House).
Desde que llegó al poder se ha metido con la UNAM, la clase media, los científicos, el INE, el TEPJF, la Corte, los legisladores, ambientalistas, periodistas, intelectuales, feministas, generadores privados de energías…
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