Pascal Beltrán del Río Bitácora del director
Ahí van, a vuelapluma, algunos apuntes sobre las elecciones estatales celebradas ayer:
1.- La democracia está viva. No priva el fraude electoral, como señala equivocadamente el presidente Andrés Manuel López Obrador, sino la decisión libre de los ciudadanos a la hora de votar.
2.- Las autoridades electorales –señaladas, asediadas y amenazadas por el oficialismo– volvieron a realizar un trabajo impecable de organización y divulgación sobre la jornada. Los mexicanos pueden seguir confiando en ellas para expresar su preferencia política con libertad.
3.- Hay áreas de oportunidad para mejorar el sistema electoral mexicano pero sería un error cambiar lo que funciona bien, como la participación de los propios ciudadanos en la integración de las mesas directivas de casilla. Ayer fueron 147 mil los mexicanos que dedicaron su domingo a recabar el voto de sus vecinos. Quien quiera cambiar lo que sirve sólo puede tener intenciones aviesas.
4.- La alternancia es el signo de las elecciones en México. De seis gubernaturas en juego, cuatro se fueron por el cambio de partido o coalición en el poder y solamente dos por la continuidad. Una alternancia como la que tenemos en México hace imposible argumentar que nuestros comicios son fraudulentos por naturaleza. Como en la rueda de Boecio, los que hoy están arriba, mañana estarán abajo. El resultado de hoy no predice el de mañana.
5.- No se confirmó el augurado carro completo a favor del oficialismo. Aunque el resultado de 4 a 2 es muy bueno para el movimiento del presidente López Obrador, también es testimonio de que no todo el país está de acuerdo con él y sería conveniente que el mandatario escuchara las razones de quienes no lo están y dejara de estigmatizarlos.
6.- La participación en los comicios sigue siendo en general muy baja. La única de las seis elecciones de gobernador que podría rebasar el 50% de asistencia a las urnas será Tamaulipas, donde hubo –a diferencia de las demás– cierta competencia.
7.- Al margen de Tamaulipas –donde la diferencia entre el primero y segundo lugar fue de entre siete y nueve puntos porcentuales–, las demás elecciones se resolvieron por márgenes amplísimos. Es un dato duro sobre el que habrá que reflexionar. ¿Podría ser una aversión del ciudadano al pleito?
8.- Los presidentes de Morena y PAN salieron chamuscados por adelantarse a los conteos rápidos del INE.
Pese a que se les pidió que no lo hicieran, salieron a dar resultados... y se equivocaron. El morenista Mario Delgado dijo que su partido había ganado cinco gubernaturas y el panista Marko Cortés, que el suyo había ganado tres. Cada uno se tuvo que ir con su golpe.
9.- Con sus cuatro triunfos de ayer, Morena llegará a 20 gubernaturas, un dato sobresaliente si tenemos en cuenta que hace cuatro años no tenía ninguna. Si le sumamos las que tienen sus partidos aliados por cuenta propia, el oficialismo cuenta con 22. El que tantos gobernadores sean adictos al Presidente de la República sin duda repercutirá negativamente en materia de equilibrios políticos.
10.- El último partido que había tenido una hegemonía así –el Revolucionario Institucional– es el semillero del dominio territorial de Morena. Más de la tercera parte de los gobernadores que tendrá ahora que tomen posesión los elegidos ayer militaron alguna vez en el PRI.
11.- Se dice, con razón, que el PRI perdió por primera vez una elección de gobernador en Hidalgo. Pero ese hecho esconde otro: que ese estado –igual que sucede con Durango– nunca ha dejado de tener y seguirá teniendo a un mandatario que se hizo político en el tricolor.