Federico Ponce Rojas
Un derecho no es algo que alguien te da; es algo que nadie te puede quitar.
Ramsey Clark
Exfiscal general de los Estados Unidos
Tergiversar la cultura de los derechos humanos conlleva a violentar el Estado de derecho. El orden jurídico de las naciones democráticas, cualquiera que sea su sistema político, privilegia la cultura de los derechos humanos en los ordenamientos que lo constituyen.
El respeto de dichos derechos, en efecto, no lo da ningún sistema político autocrático o dictatorial, por el contrario, la tutela y protección de estos son el principio de los sistemas que se rigen por la voluntad popular y que se expresa en el derecho como punto de partida, en la consecución del bien común.
El Estado mexicano está obligado a tutelar y proteger los derechos humanos de todos los individuos, la violación de estos debe ser sancionada con la fuerza de la razón y la razón de la fuerza con el uso legítimo de la violencia, en suma, con la fuerza del derecho.
El Estado de derecho es la nación constituida legal y políticamente, de ahí el reconocimiento y la obligación plena de que en el mismo, todos los individuos gozarán de los derechos que otorga el orden jurídico, parte sustancial del Estado, con independencia de su origen étnico, color, nacionalidad, religión, preferencia sexual, condición social, estado civil, opinión política cualquiera otra condición. Son inherentes a la naturaleza humana e irrenunciables para vivir con toda la dignidad humana.
Se trata de derechos indispensables para el desarrollo de la nación, en lo individual y como parte integral de una sociedad civilizada, protegiendo de manera primigenia la vida, Libertad, seguridad, igualdad, dignidad, integridad física y propiedad de cada ser humano.
La violación a los derechos humanos puede darse por la autoridad pública y los particulares que actúen por instrucción directa, ya sea en actos permitidos por dicha autoridad o con complacencia de ésta, incluso cualquier agente social en la comisión de éstos, con la tolerancia o anuencia de servidor público o autoridad.
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