Carlos Castro, ingeniero civil veracruzano, fue uno de los que hablaron por los desaparecidos y desplazados que ayer se presentaron en el Senado para exigir que se aprueben las iniciativas para crear la Secretaría de Derechos Humanos y la Ley Nacional de Víctimas. Este hombre, que desde hace una década busca a su esposa y a dos de sus hijas, resumió con una expresión muy mexicana el sentir de las familias de alrededor de 100 mil desaparecidos: “¡Nos está cargando la chingada…!”.
Explica: “Si a los normalistas de Ayotzinapa, que han tenido una cobertura muy amplia y mucha atención, no les han resuelto, mucho menos a nosotros, de larga data, o a los de la guerra sucia.
“Es un fracaso total del Estado. Nosotros ya renunciamos a la justicia, lo que queremos es que nos digan los delincuentes en dónde dejaron a nuestra familia. Es muy grave. El perdón con tal de que nos digan dónde los dejaron”.
Carlos lleva en el saco un pin con una fotografía de sus hijas, Joana Monserrat, Carla Verónica, y de su esposa, Josefina Campillo. Hace diez años entraron a su domicilio, en Jalapa, y se las llevaron.
“Desde entonces no sé nada de ellas. Es la mitad de mi familia. Nos piden calma, que estemos quietecitos. Lo que hace Alejandro Encinas ahorita, nos da puro atole con el dedo. Al Estado le vale madres” sintetizó.
Las víctimas llegaron a la Cámara alta de la mano del senador del Grupo Plural Emilio Álvarez Icaza, promotor de las iniciativas de ley. Eran más de 60 personas de distintos colectivos, reunidas en el Patio del Federalismo. Coreaban consignas, mostraban fotos de desaparecidos, levantaban pancartas con una súplica: “¡Ayúdenos a encontrarlos!”.
Hablamos con Álvarez Icaza sobre el trato que el gobierno de AMLO ha dado a las víctimas. La respuesta fue dura, sin concesiones: hay traición.
“Una enorme cantidad de víctimas depositaron su confianza en este gobierno. Han pasado a la desilusión, se sienten traicionados”, explicó.
* Teodomira Rosales es originaria de Tecoanapa, en la montaña de Guerrero. Pertenece al grupo de los desplazados. La violencia la echó de su pueblo. Resume su historia en dos palabras: muy triste. Se fue de Tecoanapa sin un peso, sin una muda de ropa, sin documentos. “Abrazas a tus hijos (tiene cuatro) y te vas con ellos. Es lo único que no puedes dejar”, nos dice, la voz, trémula.
Bajita, morena, en sus treintas, omite hablar de la localidad donde se refugió. “Es por seguridad de mis hijos”, explica.
Y coincide en los señalamientos que se les hacen a las autoridades: “No quieren atender el tema del desplazamiento interno forzado. No hay ayuda humanitaria, no hay apoyo para las víctimas. Cuando se van a otro estado, a otro lugar, les quitan Procampo, lo de Bienestar. Los niños no tienen derecho a las becas. No hay gobierno que le sirva a las víctimas”.
A su lado espera José Ugalde Mejía para dar su testimonio. Es vocero del Movimiento Nacional por los Desaparecidos. De su boca brota también la palabra “triste”.
No duda en utilizar el término “genocidio” para describir la situación que vive el país. “Estamos atravesando la barrera de los 100 mil desaparecidos, casi un Estadio Azteca”, ilustra.
Ya encarrerado, pidió a los legisladores sensibilidad para revertir esta situación. El PAN, PRI, PRD y el Grupo Plural ya manifestaron su apoyo, según Álvarez Icaza.
Rosario Cabañas, sobrina de Lucio Cabañas, también es de Guerrero. De niña vivió la guerra sucia de Echeverría. Padece las dos condiciones: desplazada y con desaparecidos.
Nos dice que la guerra sucia no ha terminado, pero que ahora la protagoniza el gobierno, coludido con grupos criminales. “El profesor Lucio Cabañas luchó por una educación para todos. Han pasado 50 años y no tenemos nada. Nos quitaron todo, como le dijo mi paisana”, puntualizó.
* Nos topamos con Gustavo Madero, exjefe nacional del PAN, hoy senador del Grupo Plural. Se le ve preocupado por lo que se proyecta hacia el 2024.
Dice: “Ellos van para abajo, pero nosotros no vamos para arriba. La oposición está atomizada y difusa. Son proyectos particulares. Todos los partidos tienen dueños y la visión de esos dueños es la rentabilidad electoral, no la solución a los problemas del país.
“No es cierto eso de que AMLO tiene mucha popularidad. Es la misma que tuvieron Fox, Calderón y Zedillo. La diferencia está en que no se ha podido aterrizar un proyecto viable. Todo mundo está buscando un Andrés Manuel de este lado”, lamentó.
Ante la insistencia, manejó nombres de posibles: Enrique de la Madrid y Lorenzo Córdova. Les gira la piedra, dijo con gestos y señales.
Nos hizo muecas cuando preguntamos sobre la posibilidad de que Monreal sea candidato de la oposición.
“Tiene un colmillo enorme, pero debe representar algo diferente. Su principal ventaja es que tiene una poderosísima fuerza interna que no tienen los otros”, dijo.
-¿Y Colosio?
-Colosio gusta porque nadie lo ha escuchado, respondió.