Yuriria Sierra Nudo gordiano
triunfo para la democracia, para demostrar que vivimos en un auténtico Estado de derecho, que no hay un Presidente autoritario, que no hay corrupción, que se garantizan las libertades…”, fue la declaración de Andrés Manuel López Obrador a la mañana siguiente de que su reforma eléctrica no encontró la luz. Y es verdad, así son las democracias, se gana o se pierde. Sin embargo, desde Palacio Nacional el Presidente advirtió que “esto apenas empieza”, llamó también “traidores de la patria” a los legisladores de oposición que no avalaron su iniciativa. Y dirán que las denostaciones son señales de la libertad de expresión, pero López Obrador ha pasado lo que lleva de su sexenio calificando el actuar de todos los personajes políticos del país, los ubica de un lado o de otro, son buenos o malos, amigos o enemigos. Y esto, en ningún país, mantiene firme el suelo democrático. Sucede en México, como ha ocurrido en tantos territorios en los últimos años, ya sean naciones gobernadas por la derecha o la izquierda, no importa la ideología.
Las condiciones antidemocráticas que existen hoy en día son creadas por las 3P: posverdad, la polarización y el populismo, así lo aseguró Moisés Naím, conocedor, como pocos, del contexto político latinoamericano, cuando hablé con él ayer en Imagen Noticias.
“Siempre existió la propaganda política, pero esto va más allá. Esto se trata de ir afectando, influyendo, moldeando las opiniones y conductas de los usuarios de las redes sociales. Así que se entrelazan entre sí…”, señaló.
Consideró que Andrés Manuel López Obrador ha dado ejemplos de ser un presidente 3P, con sus agresiones hacia los medios de comunicación, periodistas… pero también contra opositores, miembros de la sociedad civil y hasta figuras y organismos internacionales que señalan faltas en su gobierno. ¿Es López Obrador un demócrata lejano al autoritarismo, como él mismo señala? Responde Naím: “Nos ha dado ejemplos contrarios, o sea, hemos tenido de él regresiones, por ejemplo, con la prensa, son parte de la conducta que tipifica a un presidente 3P (...) Muchas de las cosas que ocurren en México también ocurren en Hungría, en Brasil, a pesar de que son países tan diferentes, pero las 3P están allí para todos esos presidentes”, afirmó.
“Todos hemos sido muy lentos al identificar este problema, en el cual presidentes que llegan al poder a través de las elecciones empiezan a socavar la democracia desde adentro, al limitar, debilitar, neutralizar todas las leyes, las instituciones, las formas de hablar, de operar, que limitan la concentración del poder en una sola persona, en un solo partido, en un solo grupo, que excluyen en todos los demás (...) Hay maneras de pararlo, que todos entendamos que la democracia, a pesar de su defectos, de su lentitud, de toda la lista de insuficiencias, sigue siendo el mejor sistema (político) que tenemos (...) Es necesario que entendamos que no basta con votar una vez cada seis años, sino que la democracia requiere atención, cuidado y hasta cariño…”.Naím lo desglosa con precisión en La revancha de los poderosos, su más reciente libro, publicado por Debate.
