La justicia se le vuelve a enredar al fiscal Gertz como estorbo del camino en negociaciones oscuras e imputaciones que se caen en los juzgados. La primera Fiscalía autónoma en la historia del país pasa por su peor momento, al grado de percibirse como un agente de impunidad en los casos más relevantes del sexenio como el del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, o el de tráfico de influencias de los llamados “abogados del poder”, a lozs que él ha vinculado con el exconsejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer.
La desconfianza se acumula en torno al fiscal. Salvo del flanco presidencial, que le reitera su apoyo a pesar del fuerte revés de la Corte con la liberación de Alejandra Cuevas, a la que perseguía por un delito penalmente inexistente. En efecto, Gertz está atrapado en asuntos peligrosos y procesos confusos que parecen llevar al engaño o a convencer de su ineficacia. Tenemos una justicia sin propósitos claros y un fiscal que, en ausencia de respuestas, se dice víctima de campañas de extorsión mediática. Legisladores estadunidenses han llegado a expresar, incluso, temor por una justicia “debilitada y politizada” en México, en procesos selectivos contra opositores, a los que López Obrador, sin embargo, rebate como “mentirosos”.
La última complicación del ya desordenado caso Lozoya ha sido reactivar el pacto para liberarlo después de que apenas en enero solicitó 15 años de cárcel por la venta a sobreprecio de la planta de Nitrogenados, que se suman a otros 39 años de prisión por el caso Odebrecht. El exdirector de Pemex había llegado otra vez a un acuerdo con la FGR para revivir el beneficio del criterio de oportunidad y reparar el daño al erario con una oferta de 220 millones de pesos para salir de prisión. La noticia revivió aquellas imágenes indignantes de Lozoya dándose vida de rey que llevaron a cancelar el pacto, a la vez que generó nuevas suspicacias por la información sobre los sobornos de la reforma energética de 2013 y la corrupción de Odebrecht cuando se discute en el Congreso la contra reforma eléctrica.
Pero la negociación se frenó hasta que Lozoya entregue la documentación que exigen los abogados de Pemex. El pacto anterior se cayó también por incumplir con la entrega de pruebas que implicaran a superiores en Odebrecht y Nitrogenados. La novedad ahora fue que López Obrador se pronunció en contra del monto para la reparación por no alcanzar a cubrir el perjuicio a Pemex. Esta vez el Presidente parece tomar distancia de la maraña del fiscal con Lozoya o escuchó las voces de Pemex que no se dejaron engatusar por las promesas de Lozoya a diferencia de Gertz.
Pemex tiene más información sobre la corrupción de Odebrecht o algo puede estar cambiando en la confianza del Presidente hacia Gertz, a pesar de su respaldo contra viento y marea. Vale recordar que ya antes intercedió por Scherer frente a las acusaciones de Juan Collado en su contra por extorsión para obligarlo a vender Caja Libertad y articular una red de tráfico de influencias con despachos de abogados para ofrecer beneficios al amparo del poder. Es éste otro de los casos enmarañados del fiscal, que persigue y que ahora se desiste de la acción penal contra los 4 abogados acusados de extorsión, tráfico de influencias y lavado de dinero.
Los mayores casos de corrupción del sexenio se complican cada vez más para Gertz porque su actuación ha encontrado límites en la Corte, en jueces del Poder Judicial y ahora en la inconformidad de Pemex en el pacto con Lozoya o del Presidente por los términos del acuerdo. Hasta ahora ningún escándalo o fracaso de sus investigaciones ha tenido consecuencias más allá de las críticas y reclamos por su actuación. Ni siquiera las revelaciones sobre su fortuna en inmuebles en varios países parecen sacudirlo o sacarlo de balance. Aunque tampoco ha conseguido salir de la maraña de casos ni abandonar el olor a impunidad de su gestión al frente de la primera Fiscalía autónoma del país. El fiscal sabe que el único que puede removerlo del cargo es el Presidente y que lo hará si pasa a convertirse en un fardo para las promesas de justicia y anticorrupción con que llegó al poder en 2018, algo que podría estar comenzando a suceder con el fiscal.