Autoengañados
Yuriria Sierra Nudo gordiano
No paran, ni un lado ni otro se detiene. Ambos festejan ver el vaso medio lleno, aunque para ambos esté vacío. Primero, insisten en comparar la revocación de mandato con elecciones intermedias o con la presidencial, gravísimo error: son procesos electorales distintos (cargados al presupuesto del INE, también en forma y cantidad distinta) e interés ciudadano distinto: la revocación, ésta al menos (lo supimos siempre) fue un referéndum en el que no todo mundo quiso participar, porque no nació con una voluntad genuina, siempre estuvo enfocada como una prueba de popularidad.
La “revocación” (además del ejercicio de “espejito-espejito”) le sirvió a Andrés Manuel López Obrador para “medir” la capacidad de operación electoral. Una vía muy a la antigüita, por lo visto, para poner a trabajar a los suyos y calarlos rumbo al 2024, por eso vimos a Tabasco en la cima de participación ciudadana, por eso gobernadores y funcionarios hicieron lo que pudieron, así haya sido por encima de la ley para movilizar a sus huestes locales. Cuánta presión habrán tenido para alcanzar la meta solicitada.
Del domingo se puede concluir también que, “haiga sido como haiga sido”, el obradorismo está vivo, la oposición no logró articular narrativa alguna que no fuera la abstención masiva. Y no les va a alcanzar con eso, aunque también les guste el “espejito-espejito” y vivan en el autoengaño. ¿Quién espera convertirse en el personaje capaz de movilizar a 15.4 millones de electores? ¿Qué personaje opositor lo hará en los próximos dos años? ¿Marko Cortés?, ¿Margarita Zavala?, ¿Gabriel Quadri?
PUBLICIDAD
En México hay reticencia a los diagnósticos realistas. La teoría de “los otros datos” no es exclusiva de Palacio Nacional, sino de todo aquel incapaz de realizar ejercicios de autocrítica, dispuesto a defender causas a todas luces equivocadas. Ni AMLO ni la 4T entienden el mensaje del abstencionismo masivo en revocación, pero tampoco sus opositores entienden la participación también copiosa en su 91% del 17%. Se subestiman mutuamente.
Con peras y manzanas: amloistas, el triunfo de la abstención masiva es que los mexicanos que decidieron ausentarse en las casillas, dijeron “no” a cualquier tentación reeleccionista (de AMLO o de los suyos).
Pero no se engañe, oposición: el triunfo del obradorismo confirmó que 15.4 millones de personas están dispuestas a salir y votar por él. No se subestimen mutuamente, si van a tomar en serio la primera consulta de revocación de mandato realizada en el país, que al menos les sirva para un buen diagnóstico.