Miércoles, Noviembre 27, 2024
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2024: el ánimo

 

Federico Reyes Heroles                                                                               Sextante
 
 Ilusiones atropelladas. Decenas de miles de automóviles varados en las carreteras del país por “bloqueos”. La reacción es predecible: arrebato, enojo, frustración, exigencia de aplicación de la ley, de autoridad. Esa exigencia será uno de los más graves legados de la 4T.

Los estados de ánimo invaden a las naciones. Las reacciones pendulares existen en política. Si los “abrazos y no balazos” han llevado a la multiplicación y extensión del crimen organizado; si la permisividad y el coqueteo con los cárteles marcan a la gestión; si maestros, comuneros y grupúsculos de todo tipo violentan la ley, si el propio gobierno es ejemplo de violación a las normas, qué podemos esperar en el ánimo. La oferta autoritaria estará presente. No es novedad, después de un periodo de mucha violencia en Nuevo León, El Bronco –hoy en desgracia– sugería cortar las manos a los rateros y… venció. Cierta añoranza autoritaria se muestra en las encuestas de cultura política. La “mano dura” es popular. Habrá en nuestro futuro un Bolsonaro mexican style.

La tentación de una derecha autoritaria estará en el menú. Derecha, porque la queja sistemática del sector empresarial ha sido la certidumbre: reglas claras y respeto a ellas. El reclamo va más allá de las élites, está en los empresarios comunes, frustrados por las trabas impuestas arbitrariamente, por el cambio de rumbo, por las señales encontradas. Derecha, porque desastre y caos hoy se autodenominan izquierda, luego, cualquier petición de orden será lo contrario: derecha. Mala mezcla: autoritarismo por desgobierno y violación de las leyes desde el poder. Toda la danza macabra alrededor de la revocación y debilitar al INE quedará en el museo de la ignominia jurídica. Si en el escenario aparece esa opción, será consecuencia de la 4T. La polarización enferma.

La desazón, la angustia de estar gobernados por un capitán que nos ha sometido a sus caprichos, sin atender a la ciencia o a la técnica; puede, en un movimiento pendular, provocar un reclamo de “nuevos científicos”. Personas, hoy despreciadas –primero va la confianza– con conocimientos, expertos, tecnócratas, dirán algunos. Sería lógico. El desastre de la improvisación y del desconocimiento, del desprecio por la ciencia, están provocando el empobrecimiento de millones y… mayor injusticia. Ya no hay forma de revertirlo, no les queda tiempo. Ya fue así. Habrá viraje, pero la justicia social se construye lentamente y con un rumbo: planes asistenciales bien enfocados, estabilidad de precios, empleos formales y, sobre todo, mejora educativa. Nada de ello está ocurriendo. Habrá más insatisfacción, puesto que la movilidad social está siendo afectada y, nos guste o no, la estabilidad se explica, en buena medida, por esa movilidad que hoy está de cabeza, es regresiva. Las clases medias son resultado de esa movilidad que hoy es criticada. Sí, muchos mexicanos aspiran a llevar una mejor forma de vida y no tienen por qué cancelar esa aspiración. Las clases medias hablarán en el 24 y son una amplia mayoría.

 

¿Qué van a reclamar los mexicanos en el 2024? Ejercicio de la autoridad, control de la violencia, salud, prosperidad, modernidad en todos los ámbitos y, claro, modernizar la economía, disminuir las escaseces (agua, electricidad, educación, salud, vivienda digna, etcétera). Eso es inviable con un gobierno que dilapida montos estratosféricos en caprichos. El regreso del péndulo también se puede dar en lo institucional. La obsesiva destrucción del pasado sin la capacidad de construir un mejor presente y ni siquiera imaginar un futuro realista, podría impulsar a un pragmatismo lejano a los tufos políticos: un empresario, un ingeniero que hable “derecho” y sin florituras, que apoye las energías verdes y anuncie la recuperación del aeropuerto de Texcoco. Por qué no. En Ecuador ocurrió.

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Más allá del partido que gobierne, el estado de ánimo será convulso, de enojo y deberemos saber contender con él en democracia.