Miércoles, Noviembre 27, 2024
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El diario disentir

 

Pascal Beltrán del Río                                                          Bitácora del director
 
 A mis compañeros,en el 105 aniversario de Excélsior.

 

Mientras los presidentes de Ucrania, Volodímir Zelenski, y de Guatemala, Alejandro Giammattei, hablaban telefónicamente sobre la invasión rusa del primer país, acá en México el presidente Andrés Manuel López Obrador denunciaba que su gobierno era objeto de un nuevo ataque.

“Ya ahora es esa la campaña en contra, de que se va a hacer una semana para poder llegar al Aeropuerto Felipe Ángeles”, ironizó el mandatario. “Es una obra tan importante que la quieren enlodar nuestros adversarios”, agregó.

La víspera, López Obrador había creado escepticismo al afirmar que la madrugada del próximo lunes, cuando se inaugure la nueva terminal aérea, se trasladará de Palacio Nacional a Santa Lucía en “30 o 40 minutos”. El comentario llevó a muchos medios de comunicación y usuarios de redes sociales a poner a prueba el dicho presidencial, mediante recorridos por distintas rutas y el uso de aplicaciones que calculan el tiempo de traslado.

Yo hice el ejercicio a las 3:44 de la mañana del jueves y la plataforma Google Maps arrojó un tiempo de una hora con cuatro minutos desde el Zócalo capitalino hasta el AIFA, yendo por la ruta Eje Central-Insurgentes Norte-Autopista a Pachuca.

 

Hace unos días, en este espacio, escribí desde Ucrania que la discusión pública mexicana se veía minúscula en medio del debate internacional que ha generado la invasión rusa. Al parecer, Guatemala está mucho más conectada que México con el tema que tiene al mundo en el filo de la butaca por sus consecuencias geopolíticas y económicas.

En todo caso, es increíble que el jefe del Estado mexicano se enfrasque en una controversia sobre cuánto tiempo toma un recorrido. Sobre todo, porque el pronóstico de hacer “30 o 40 minutos” en una distancia que varía entre los 51 y los 65 kilómetros –dependiendo de la ruta– resulta muy difícil de cumplir, incluso en la madrugada de un día feriado. Y aunque se cumpliera, no significa que ése será el tiempo de traslado de un ciudadano de a pie.

Aun suponiendo que la camioneta en la que viaje el Presidente reciba todas las facilidades de la policía de tránsito para no detenerse en los semáforos y sortear las obras en el camino, no hay manera de llegar del Palacio Nacional al AIFA en el tiempo indicado, a menos de promediar una velocidad de 76.5 kilómetros por hora durante 40 minutos por la vía más corta. Y si se fuera por el camino más largo y quisiera arribar en media hora, ese promedio se eleva a 130 kilómetros por hora. Simple física.

Pero el Presidente parece tener sus propios datos sobre cualquier tema.

Durante la semana estuvo insistiendo en que la gasolina está más barata en México que en Estados Unidos e incluso que “podría hacer una recomendación al presidente Biden” para bajar el precio de los combustibles en su país. Nada más que López Obrador decidió que la gasolina costaba 33 pesos por litro en EU y 22 pesos en México. Para comenzar, el precio promedio de la gasolina regular (tipo Magna) en la Unión Americana estaba ayer en 4.289 dólares por galón (gasprices.aaa.com), lo que equivalía a 23.24 pesos por litro. Y no costaría 22 pesos por litro en México si el gobierno no hubiera renunciado a cobrar el IEPS de 5.49 pesos por litro de Magna autorizado por el Congreso de la Unión. En EU, los impuestos al combustible siguen vigentes (aunque varían por estado, desde 0.18 hasta 1.24 dólares por galón o entre 0.97 y 6.70 pesos por litro).

López Obrador agregó que Estados Unidos podría resolver su “problema” de alto costo de la gasolina si centralizara la producción y distribución de combustibles mediante una empresa estatal como Pemex. El problema de esa recomendación es que Petróleos Mexicanos tiene 124 mil trabajadores, lo doble que ExxonMobil y lo triple de Chevron, así que, en una de ésas, el modelo mexicano elevaría el precio en Estados Unidos.

En cuestión de opiniones, una sociedad puede tener muchas. Incluso, es saludable que así sea. Los que no debieran variar de persona en persona son los datos.