Francisco Garfias Arsenal
Son 9 los muertos en Atlixco, Puebla. Otra masacre en un país donde, oficialmente, éstas no ocurren. El hecho sucedió 12 días después de la ejecución de, por lo menos, once personas que asistían a un velorio en San José de Gracia, Michoacán. La de Atlixco es la masacre número 26 en lo que va del año, entendida ésta como la matanza de más de tres personas indefensas.
Los multihomicidios comenzaron en Zacatecas el 6 de enero de 2022. Diez cuerpos fueron arrojados frente a Palacio de Gobierno el mero Día de Reyes. “Herencia maldita”, dijo entonces el gobernador morenista, David Monreal.
Otros 9 cuerpos fueron tirados en una carretera en Veracruz al día siguiente. Todos con huellas de tortura, Siguieron matanzas en Guanajuato, Hidalgo y Chihuahua, todas atribuidas a enfrentamientos entre malosos.
“Cada hora, 4 personas son asesinadas en México. Cada día hay 3 feminicidios; 8 menores son obligados a delinquir; una mujer es violada cada media hora…”, asegura el senador Julen Rementería, en un video que subió a las redes sociales.
Las cifras de la descomposición ubican estos años de la 4T —de “abrazos no balazos”— como los más violentos desde que se llevan estadísticas: 114 mil 500 homicidios dolosos. Pero el presidente López Obrador tiene otros datos. Ha repetido hasta el cansancio que en México ya no hay masacres. “Son enfrentamientos entre bandas criminales”, dice.
Ahora más que nunca se le revierten las palabras que pronunció en la mañanera del 18 de septiembre de 2020, cuando ordenó poner en la pantalla del salón la primera plana del Reforma. “Suma México 43 masacres” decía la nota principal. “Ahí están las masacres, jejejeje”, se burló.
* El concierto de voces que reclaman su renuncia por el audiogate que lo refleja como un fiscal que usa su cargo para venganzas personales y que presiona ministros de la SCJN que resolverán su pleito familiar, el próximo lunes, llevó a
Alejandro Gertz Manero a salir a los medios para defenderse.
La entrevista, de 31 minutos, no se la dio a un periodista aplaudidor de la 4T, sino a Ciro Gómez Leyva. Buscaba credibilidad y audiencia. Gertz aprovechó el espacio para confirmar que sí va a comparecer ante el Senado después del 14 de marzo y subraya que no pasa por su cabeza renunciar a la Fiscalía General de la República. “El cargo es irrenunciable”, dijo.
Pero también para dar su versión del pleito que trae con su familia política, a la que acusa de matar a su hermano Federico, y sobre la campaña que, asegura, traen “grupos de abogados” vinculados con el exconsejero Jurídico de Presidencia, Julio Scherer, para derrumbarlo emocionalmente.
Dijo textual: “Estamos frente a una verdadera extorsión mediática criminal para linchar al fiscal, porque atenta contra intereses espurios de grupos a los que estamos investigando, a los que estamos llevando a proceso, a los que hemos logrado procesar y queremos mantenerlos en la cárcel. Han encontrado la manera de juntar y hacer una estructura de fuerza, que es una extorsión clarísima. Son grupos de individuos que, a través de despachos, se dedican a promover una serie de delitos y que ahora obtienen y vuelven a obtener tiempo para poder establecer un periodo de linchamiento que los inmunice de lo que van a tener que enfrentar a un juez”.
—¿Siete años después sigues pensando que las personas Laura Morán y Alejandra Cuevas (en la cárcel desde el 2020) tuvieron que ver en la muerte de tu hermano, y además lo despojaron de sus bienes?, preguntó Ciro.
—Lo que hay en las pruebas, que es lo que debe analizar la Corte, dice algo que es claro y que fue hecho público en su momento: después de que no podía hablar con mi hermano durante un lapso, la persona que vivía con él me habló y me dijo: ‘tu hermano está en agonía, a ver qué haces’.
“Lo fui a ver y encontré a un hombre inconsciente, ahogándose en sus propias flemas, en un estado de desnutrición absoluta, con una neumonía evidente y toda la espalda llagada por abandono. Así me lo encontré. No es que yo lo piense. Ésas son las pruebas. Podría haber ido a un hospital para no llegar a esas condiciones de abandono. Lo llevé al hospital ABC, donde lo tuve un mes entre la vida y la muerte, enterándome después que tenía un seguro de gastos médicos que no lo quisieron usar porque a él no le gustaban los hospitales”.
Sobre las críticas por conocer anticipadamente la ponencia del ministro Pérez Dayán sobre el pleito con la expareja de su hermano y sus hijas, dijo: “Yo no obtuve ilegalmente ningún documento. Cuando uno es parte de un juicio, es un derecho”.
El lunes sabremos, en la votación, si tiene amarrado el voto de “tres o cuatro ministros” para no dejar pasar la ponencia de Pérez Dayán que, según él, sienta las bases de la liberación de Alejandra Cuevas.