Yuriria Sierra Nudo gordiano
“En el corazón de la crisis de Ucrania yace una pregunta fundamental sobre la naturaleza de la historia y la humanidad: ¿es posible el cambio? ¿Pueden los humanos cambiar la forma en que se comportan o la historia se repite sin cesar, con humanos condenados a siempre recrear tragedias sin cambiar nada excepto la decoración?”, es una de las reflexiones de Yuval Noah Harari en su último texto en Economist. Publicado ya en medio de la tensión Rusia-Ucrania. Su lectura hoy subraya esta pregunta. El mundo acomoda su paso tras dos años en el que la emergencia sanitaria nos recordó las múltiples vulnerabilidades que compartimos, pero a ciertos personajes, estos meses no fueron, sino el pretexto para la confirmación de rutas y estrategias.
No se puede ser demasiado optimista. Al momento en que estás líneas toman forma, en la ONU se discuten las posibilidades para resolver el conflicto; pero allá, al este de Ucrania, cientos de personas buscan mantenerse a salvo. El futuro, finalmente, está en manos de un líder que ha sido testigo de varios acontecimientos históricos, el asunto es que no es el primer personaje de este calibre. ¿Hemos aprendido algo? ¿Seguimos siendo esa especie que siempre va detrás de la repetición?
Tal vez no, pero es posible que, si bien este conflicto no escalará en una Tercera Guerra Mundial, sí puede convertirse en la primera que se lucha en el entorno digital. Rusia se preparó como nunca para dar el paso que dio en el territorio de Ucrania, sabe también que esta guerra le generaría sanciones económicas, pero de igual forma conoce, como sus enemigos, el ciberespacio. La historia de ese país habla del conocimiento que tienen en las estructuras de espionaje, en la era digital no son la excepción, por algo el asunto pendiente con Donald Trump y la injerencia en la elección. Rusia, a pesar de lucir tan lejano al ritmo de Occidente, le apuesta a su presente y futuro en sus términos. La vacuna Sputnik V se desarrolló no entre ignorancia, sabían lo que hacían y lo hicieron en tiempo récord.
Tal vez no hemos aprendido del todo al pasado, pero sí nos hemos adaptado a los tiempos.
“La tecnología, la economía y la cultura cambian. El auge de las armas cibernéticas, las economías impulsadas por la Inteligencia Artificial y las nuevas culturas militaristas, podrían dar lugar a una nueva era de guerra, peor que cualquier cosa que hayamos visto antes. Para disfrutar de la paz, necesitamos que casi todos tomen buenas decisiones. Por el contrario, la mala elección de un solo bando puede conducir a la guerra…”, escribe también Harari.
“A pesar de la historia, a pesar de la pobreza y los obstáculos aparentemente insuperables, los ucranianos establecieron una democracia. En Ucrania, a diferencia de Rusia y Bielorrusia, los candidatos de posición reemplazaron repetidamente a los titulares. Cuando se enfrentaron a la amenaza de la autocracia en 2004 y 2013, los ucranianos se rebelaron dos veces para defender su libertad. Su democracia es algo nuevo. Así es la nueva paz…”, porque justo, a pesar del paso del tiempo, el futuro sigue estando en manos de quienes tengan el poder de elección.