Luis Wertman Zaslav
Nuestra principal prioridad social debe ser construir un entorno de confianza en el que la mayoría podamos dialogar y encontrar soluciones a los problemas que consideramos inmediatos y, por lo tanto, más apremiantes.
Establecer comunidades que confíen en sus integrantes y dirijan sus esfuerzos colectivos hacia fines comunes que ayuden a convivir en paz y con tranquilidad es lo que nos hace falta como sociedad en estos momentos.
Existen responsabilidades públicas y privadas en la solución de los problemas generales, pero los que nos corresponden a las y los ciudadanos sólo están en nuestras manos; de la colaboración que podamos lograr desde cada colonia y municipio depende que logremos mejorar las condiciones de vida en el país.
Avanzamos, con los dolorosos costos que ello ha implicado, hacia una nueva etapa de la pandemia en la que podremos considerar que las restricciones y los cuidados extremos serán sustituidos por medidas más flexibles debido al aumento de personas que se han vacunado o han sufrido la enfermedad, lo que nos permitirá convivir con este virus, igual que hacemos con otros muchos.
No obstante, es importante insistir en que entraremos en una nueva realidad en la que es urgente que nos conduzcamos como una sola sociedad y en una dirección en la que podamos definir con claridad nuestros puntos de coincidencia. Las necesidades comunes no varían mucho y la participación ciudadana puede provocar las medidas para satisfacerlas.