Miércoles, Noviembre 27, 2024
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El diablo anda suelto

El diablo anda suelto

Miguel Ángel Godínez García       Alto mando
 
 

Son los hechos y no las palabras las que protegerían en realidad la vida de los mexicanos, el Estado de derecho y la gobernabilidad de la que ya no se goza en la mayor parte del suelo mexicano. Ante la violación de los derechos humanos (DH) de los ciudadanos, como las afrentas de Cuitláhuac García en Veracruz a ciudadanos y periodistas, DH calla. Del encarcelamiento injusto y las amenazas a la libertad de tránsito y de expresión a las que se suman estados como Morelos y Guerrero, DH calla. De la privación de la vida en Michoacán, Zacatecas y Colima, DH calla. La encargada de denunciar y proteger los derechos humanos de los mexicanos permanece en un silencio incómodo, preocupante al servicio del poder.

Son los medios de comunicación  los que, a detalle, informan de lo que sucede en temas relevantes que afectan al país y que no toca la mañanera, a menos que los datos no favorezcan al discurso de que todo va bien. Una inflación que se siente en el bolsillo, el desabasto de medicamentos para diversas enfermedades que continúa en el sector de salud y que confirma sólo la gente que lo requiere y denuncia a los medios, porque el Estado no quiere escuchar.

Ciudadanos de Aguililla y Tepalcatepec que regresan a sus hogares acompañados de la GN después del paso de una ola violenta de cárteles en su comunidad, se encuentran con sus casas saqueadas, cosechas quemadas, animales muertos y la desolación de sentir que el Estado perdió la guerra y los ha abandonado.

El desempleo, la caída en la capacidad de consumo y el aumento de pobreza incrementan la ola de robos a casa habitación, transeúntes, transporte público y el tan jugoso cobro de piso a comercios y restaurantes al que le han entrado y en el que participan, incluso, diversas autoridades.

El diablo anda suelto, diríamos los mexicanos, y es cierto, anda suelto, vestido de cualquier cártel que encuentra dinero fácil en actividades ilícitas, sin que haya consecuencias y reine la impunidad. Mientras se incrementa el número de efectivos a solicitud de los gobernantes, como pasó en Quechultenango, son los mismos pobladores quienes, además de haber retenido a soldados, los expulsaron de su poblado sin que pudieran defenderse ni defender el Estado de derecho, las órdenes son resistir y hacer presencia, aunque se sepa que la estrategia de disuasión ya no es efectiva si el Estado no aplica la ley, los gritos de abrazos de los pobladores son una burla de impunidad.

En Sonora, donde el gobernador fue la cabeza del gabinete de seguridad durante los primeros tres años de gobierno, comandos del cártel de Los Pelones entraron en Caborca con 19 camionetas y tomaron por asalto una gasolinera y recorrieron la ciudad disparando, a pesar de las cámaras del C5 y de refuerzos federales, irrumpieron y secuestraron dentro de sus casas a personas, sin que ninguna autoridad interviniera. El diablo anda suelto y sólo los Poderes de la nación pueden detenerlo.

En el marco de los acontecimientos violentos de diversos estados, el próximo 19 de febrero se cumplirán 72 años de haberse instituido el Día del Ejército. Momento en que se refrenda la lealtad y servicio a la patria y a quien la representa en la figura presidencial.

La presencia de los soldados en momentos de reiterado desafío es la muestra de que pobladores, gobiernos y Estado contarán con la presencia estoica de nuestro EM en espera de órdenes del jefe supremo para defender y lograr la pacificación del país.

 
DE IMAGINARIA

 

El general Cresencio Sandoval, secretario de la Sedena, y recuperado por segunda vez de covid-19, tendrá el honor de presenciar la ceremonia del Día del Ejército en compañía del Presidente, quien homenajeará merecidamente en la capital de Coahuila a los soldados de México. Extendemos nuestra felicitación a la institución que siempre nos ha llenado de orgullo.