Miércoles, Noviembre 27, 2024
A- A A+

Banner superior a un lado de logo

Ubicacion de Anuncios, debajo de destacados, banner todo ancho

Que siga la “democracia”

 

Pascal Beltrán del Río      Bitácora del director 

Que Siga la Democracia vuelve a las andadas. Después de haber presentado datos de miles de personas muertas y de centenares encarceladas para convocar a la consulta de revocación de mandato y de haber usado indebidamente los nombres de personas que no firmaron a favor de la realización de ese ejercicio –por hasta 25% del total de los apoyos entregados, de acuerdo con una muestra levantada por el INE–, la organización ahora aparece como responsable de decenas de anuncios espectaculares que han aparecido en días recientes por todo el país, en los que se invita a la ciudadanía a votar el 10 de abril para que el presidente Andrés Manuel López Obrador “siga” en el cargo.

Tuiteros de distintas partes de la República me compartieron ayer fotos de publicidad exterior en las que aparece el rostro del Presidente con un texto que dice “Vamos a Votar este 10 de abril #QueSigaAMLO”. En algunos de ellos se incluye la dirección quesigalademocracia.mx, de la página web de la organización presidida por Gabriela Jiménez Godoy.

 
Una primera revisión logró ubicar dichos espectaculares en las ciudades de Monterrey, Durango, Gómez Palacio, Morelia, Pátzcuaro, Pachuca, Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Tampico, Ciudad Victoria, Mexicali, Aguascalientes, Cancún y Oaxaca. En casi todas hay más de uno.

La tarifa varía, pero las empresas propietarias del espacio usualmente cobran entre tres y cinco pesos por “impacto” –cada persona que lo ve–, por lo que la renta de cada anuncio asciende a cientos de miles de pesos al mes.

Además de los espectaculares, hay propaganda impresa y bardas rotuladas con el mismo propósito.

¿Quién paga esa publicidad? Valdría la pena que, en aras de la transparencia que se ha exigido para conocer los bienes e ingresos de algunos periodistas, Que Siga La Democracia revelara cuánto dinero ha recaudado, de qué fuentes y cuánto ha destinado a la promoción de la mal llamada ratificación del mandato. De esa manera podríamos descartar que el origen del dinero sea del erario o las prerrogativas de los partidos del oficialismo, situación que está prohibida por la ley.

El nombre de Jiménez Godoy y su organización aparecieron en medios el 9 de diciembre pasado cuando llegó un camión con 261 cajas que, según ella, contenían un millón de formatos firmados avalando la realización de la consulta. Había sido cercana al expresidente Felipe Calderón, tanto que éste fue testigo de honor de su boda.

Ya a bordo de la nave de la autodenominada Cuarta Transformación, fue candidata a diputada federal por Morena, en el distrito 3 de la Ciudad de México (Azcapotzalco) y, aunque recibió su constancia de mayoría, el triunfo le fue retirado por el Tribunal Electoral, luego de impugnaciones que presentó su contrincante, la panista Wendy González Urrutia, por una serie de mapachadas electorales. Ayer, el PRD dio a conocer que ya había presentado una queja ante el INE por la propaganda con la imagen del Presidente que invita a votar el 10 de abril. El PAN prepara una acción similar.

No está claro si los partidos tendrán éxito en su impugnación, porque formalmente no es el gobierno ni un partido el responsable de la campaña. Lo cierto es que el llamado a votar para “que siga” es uno de esos actos de simulación que dice aborrecer el mandatario. Convocar a la consulta de revocación es un derecho de los ciudadanos inconformes con el gobierno, no de los simpatizantes del mismo para ser usado como promoción. 

BUSCAPIÉS

*Ayer el INE ordenó que fuera bajado de las redes sociales el desplegado de los gobernadores adheridos al oficialismo de apoyo al presidente López Obrador. La jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, acató la medida diciendo que borrar el mensaje no significaba renunciar a sus convicciones. El consejero electoral Ciro Murayama le respondió que nadie le había pedido cosa semejante, “en el entendido de que entre sus convicciones no esté violar la Constitución

Traidores

Pascal Beltrán del Río                                Bitácora del director 

 

 En días recientes el concepto de “traición a la patria” ha irrumpido en el léxico del oficialismo.El lunes, en una carta firmada por 53 de los 61 senadores de Morena, se acusó a quienes “se oponen al Presidente de México” de ser “¡unos traidores a la nación, a la patria y al pueblo!”En textos como ése –que, por cierto, incluye los puntos de exclamación transcritos arriba–, así como el que firmaron el domingo los gobernadores morenistas, los compañeros de viaje del Presidente ventilan su creencia de que el mandatario “encarna a la nación” y, por ello, afirman, quien discrepa de Andrés Manuel López Obrador se vuelve antimexicano.Y el propio Ejecutivo también hizo suya la acusación, cuando, en su conferencia mañanera de ayer, señaló que el hecho de que la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad reciba financiamiento “del gobierno de Estados Unidos” representaba “hasta traición a la patria”.  Es verdad que el uso de este concepto se ha trivializado y ha sido apropiado por regímenes déspotas y gobernantes autoritarios que no están dispuestos a escuchar opiniones distintas de la suya ni aceptar la realidad de que la democracia consiste en la convivencia de lo diverso.Por ejemplo, el expresidente estadunidense Donald Trump, quien acusó a la oposición demócrata de “traición” por someterlo a juicio político y al periódico The New York Times por publicar un reportaje sobre ciberataques contra Rusia.Sin embargo, no debemos olvidar que, en nuestro país, la traición no es sólo una idea, sino una figura legal contemplada por la Constitución y el Código Penal Federal.De acuerdo con éste último, en su artículo 123, comete el delito de traición –y se hace merecedor a una pena de prisión de cinco a cuarenta años– quien “realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero; tome parte en actos de hostilidad en contra de la Nación, mediante acciones bélicas a las órdenes de un Estado extranjero o coopere con éste en alguna forma que pueda perjudicar a México; prive ilegalmente de su libertad a una persona en el territorio nacional para entregarla a las autoridades de otro país o trasladarla fuera de México con tal propósito”.O bien, “forme parte de grupos armados dirigidos o asesorados por extranjeros; organizados dentro o fuera del país, cuando tengan por finalidad atentar contra la independencia de la República, su soberanía, su libertad o su integridad territorial o invadir el territorio nacional; reclute gente para hacer la guerra a México, con la ayuda o bajo la protección de un gobierno extranjero; tenga, en tiempos de paz o de guerra, relación o inteligencia con persona, grupo o gobierno extranjeros o le dé instrucciones, información o consejos, con objeto de guiar a una posible invasión del territorio nacional o de alterar la paz interior; proporcione dolosamente y sin autorización a persona, grupo o gobierno extranjeros, documentos, instrucciones o datos de establecimientos o de posibles actividades militares”. También comete traición quien “oculte o auxilie a quien cometa actos de espionaje, sabiendo que los realiza; proporcione a un Estado extranjero o a grupos armados dirigidos por extranjeros, los elementos humanos o materiales para invadir el territorio nacional, o facilite su entrada a puestos militares o le entregue o haga entregar unidades de combate o almacenes de boca o guerra o impida que las tropas mexicanas reciban estos auxilios; solicite la intervención o el establecimiento de un protectorado de un Estado extranjero o solicite que aquél haga la guerra a México”.El artículo agrega otras conductas constitutivas de traición, relacionadas también con asuntos bélicos, como la ayuda a invasores y el terrorismo.Como se ve, el detalladísimo Código Penal no contempla como traidores a quienes discrepen del Presidente y su forma de gobernar o no quieran respaldar sus iniciativas de ley o realicen trabajos periodísticos que no sean de su agrado.Ninguno de los anteriores comete delito alguno, mucho menos traición. Simplemente ejerce libertades consagradas por nuestra Constitución. Serénense.