Sin refugio
Yuriria SierraNudo gordiano
El hogar, nuestro primer refugio. Ese espacio que habitamos con nuestros seres queridos, con nuestros padres, con nuestras hermanas y hermanos o hasta con nuestra familia elegida. ¿Qué pasa cuando ni estando bajo ese techo podemos sentirnos seguros?
“¡Justicia! Hoy fue mi hijo, mañana puede ser el tuyo. Esto no se lo deseo a nadie por Dios Santo, este sufrimiento que pasamos mi esposa y yo no se lo deseamos a nadie. Es increíble que el viernes, después de dos horas, la policía se puso a investigar (...) Él es un héroe, no me canso de decir estas palabras, porque así es como mi hijo les dijo ‘escóndanse en el baño’. Mi héroe que dio su vida para salvar a sus hermanos (...) Era un cabezón para la escuela, pero era el mejor hijo que puedes tener, 16 años y me pedía permiso para salir a jugar con niños a 10 o 12 metros de la casa. Era un niño que a los 15 años se metió a trabajar y el primer sueldo que le dieron, nos dijo: ‘papá, mamá, vengan, vamos a cenar’. Trabajaba en una tienda ahí en el mismo fraccionamiento, porque yo lo quería tener como en cápsula, porque no quería que saliera más allá de la avenida, me daba miedo que algo le fuera a pasar y mira dónde le fue a pasar…”.
Un testimonio que nos deja paralizados. Son palabras de David, padre de Eduardo, el joven que fue levantado dentro de su casa el pasado viernes en Jalisco, dos días después su cuerpo fue hallado dentro de una casa de seguridad. Reportes afirman que tres hombres encapuchados que entraron a su domicilio buscaban a otra persona, una confusión, un error que a Eduardo le costó la vida. El joven tuvo oportunidad de hacer una llamada y de esconder a sus hermanos, lo que les salvó de cualquier agresión.
¿En qué país nos estamos convirtiendo? La violencia que llevamos años contando, a la que le negamos un lugar en el cotidiano, porque nos resistimos a su normalización, está entrando a las casas. ¿Por qué el Estado permite que hoy los espacios que tendrían que ser a los que recurrimos para sentirnos a salvo se conviertan en lugares que habitamos con miedo?
¿Con qué tranquilidad vivirá ahora la familia de Eduardo? ¿Con qué calma los vecinos dejarán salir a los pequeños a jugar? Lo mismo nos preguntamos cuando ocurren, una y otra vez, hechos como los de Zacatecas, también este fin de semana: una vez más, cuerpos abandonados en calles convertidas en escenarios inenarrables. Habitantes de Zacatecas, por ejemplo, contaron a Omar Hernández, corresponsal de Grupo Imagen, que, ante la ola de violencia, han tenido que modificar sus rutinas. Estar en casa antes de que caiga la noche. Sin embargo, a Eduardo ni su casa lo mantuvo a salvo.
Tan sólo entre sábado y domingo se registraron 159 asesinatos en todo el país. En los primeros seis días de febrero fueron 429, un promedio de 71 cada 24 horas. ¿Qué país es éste? De entrada, uno en donde no importa lo que suceda, nada cambia la agenda de la conferencia matutina.