La tensión creada por el rechazo de Panamá al nombramiento de Pedro Salmerón —señalado por acoso a mujeres en el ITAM y en Morena—, tiene las relaciones con ese país en su punto más bajo.
Ayer nos enteramos que está “en pausa” la participación de empresarios y comerciantes mexicanos que planeaban asistir a la Expo Comer 2022, que se llevará a cabo en el Panamá Convention Center, del 23 al 26 de marzo de este año.
Está claro que al presidente López Obrador no le gustó el rechazo del nombramiento de su amigo Salmerón. No sólo reaccionó con soberbia frente a la negativa de la nación centroamericana, sino que reveló la respuesta confidencial de la canciller de Panamá, Erika Mouynes. Hasta se burló de ella.
Dijo textual: “Como si fuese la Santa Inquisición, la ministra o canciller de Panamá se inconformó que porque estaban en desacuerdo en el ITAM”, dijo en la mañanera.
Ya tuvo respuesta por parte del expresidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares (1994-1999): “La actitud del señor López Obrador en cuanto a la designación de su representante en nuestro país es infantil. Somos un país pequeño, pero digno y valiente. Más nos necesita México a nosotros que nosotros a México”, escribió en Twitter.
La postura de Panamá se expresó luego de que un grupo de colectivos feministas, organizaciones y personas que conocen al historiador expresaron su inconformidad e indignación por su designación, a través de las redes sociales. El hashtag #UnAcosadorNoDebeSerEmbajador fue tendencia.
* Si alguien conoce en el Senado el tema de Relaciones Exteriores es la senadora del PRI, Beatriz Paredes, exembajadora de México en Brasil, y presidenta de la Comisión para América Latina de la Cámara alta.
“El gobierno de Panamá actuó como nación soberana. Podemos coincidir o no con su actitud, pero somos un país de principios que respeta a las naciones soberanas en sus puntos de vista”, nos dijo.
Recordó que el derecho internacional es claro. Establece la cortesía entre países de solicitar el beneplácito. Por eso, destacó, que los nombramientos no son instrumentos del quehacer político público, sino un proceso interno que siempre manejan las cancillerías.
“Es natural, en ese caso, que un gobierno pueda expresar su disposición a dar el beneplácito o no. No conozco las comunicaciones que hizo el gobierno de Panamá. No quisiera expresarme en ningún sentido. Lo importante es que el doctor Salmerón percibió que hay un ambiente social en México y, quizá internacional, que no acompañaba su nombramiento”.
La Comisión de América Latina en el Senado no ha analizado el caso porque nunca les llegó la propuesta. Ni les llegará. Salmerón “declinó” el nombramiento y en su lugar va la senadora suplente y actriz, Jesusa Rodríguez.
“Aquí el gran aprendizaje es que esas propuestas, antes de anunciarlas públicamente, hay que realizar todo el proceso formal. Porque también, en el caso de un embajador, se puede dar que lo ratifiquen o no en el Poder Legislativo”, puntualizó Paredes.
* En la columna de ayer cometí el grave error de incluir a Margarita Ríos Farjat entre las ministras que se alinearon a los designios de la 4T y dejaron la pregunta sobre revocación-ratificación de mandato, tal como la redactó la mayoría oficialista. Es mi deber aclarar que la citada ministra tuvo el valor de votar a favor de la ponencia que proponía eliminar la segunda parte de la pregunta que le da a ese ejercicio un sesgo de ratificación de mandato. Ríos Farjat llegó al máximo tribunal a propuesta del presidente López Obrador, pero en el debate prevaleció su criterio independiente.