Miércoles, Noviembre 27, 2024
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Pretérito

Pretérito

Federico Reyes Heroles   
Sextante
 
 
 

… tiempo verbal que se emplea para expresar acciones

pasadas que se dan por terminadas.

RAE

 

Se fue construyendo paso a paso. Incluso antes de la toma de posesión. Se consolidó: la 4T ya fue. No hay forma ni tiempo de revertir la destrucción. Son pretérito.

Cuarto año, enero, los pronósticos de crecimiento son revisados a la baja. Cuarto año sin crecimiento real. La incertidumbre y el desconcierto provocados invadieron a los inversionistas. La inversión pública y la privada, la más importante, están estancadas. Enterraron un aeropuerto de miles de millones de dólares (cifra todavía en discusión) en un acto de insensatez que sacudió al mundo financiero. Con ese entierro comenzaron su propio funeral. Los números ya no dan. Será un sexenio perdido. Considerando el crecimiento demográfico, no hay duda, el PIB per cápita disminuirá. México será y con más injusticia. Al cancelar los programas asistenciales bien focalizados han regado carretadas de dinero que no está llegando a los más pobres. Además, el proceso inflacionario se acentuó y la pérdida del poder adquisitivo será, como siempre, más grave para los más pobres.

Son pretérito porque, al destrozar el sistema de salud existente y sustituirlo por una entelequia que no termina de nacer, lastimaron a decenas de millones de mexicanos. Son pretérito porque el desabasto de medicinas ya hirió a muchas familias. Hay muertos de por medio. Lo son porque, al despreciar la ciencia y mofarse de ella, tuvieron una reacción tardía y fallida frente a la pandemia. El “exceso de muertos” ya es historia. Pretérito porque la violencia no cesa y en el cuarto año meditan si vale la pena revisar la estrategia. ¿Cuál? Drogados por sus fantasías de haber obtenido un lugar destacadísimo en la historia, ni siquiera han sido capaces de garantizar el día a día. Están ya en el pasado porque los principales indicadores sobre corrupción muestran que no hay avance, ni en la percepción ni en los hechos. Por el contrario, retrocedemos. Pretérito porque los escándalos de corrupción cercan a la administración y no hay forma de borrarlos, ya son parte de su historia.

Están en el pasado porque en el cuarto año de gobierno deciden iniciar una reformulación del modelo educativo, planes educativos y contenidos de libros de texto, que serán definidos en asambleas. Acaso no se dan cuenta que el sexenio se les fue entre las manos y que el sentido común indicaría que deben atender con carácter de emergencia el rezago provocado por el encierro. Nuevo modelo educativo cuando les quedan alrededor de 20 meses de poder real antes de que la sucesión sacuda todo. En el pasado, porque la imagen de México frente al mundo está muy deteriorada y eso no se recuperará ni fácilmente ni pronto. Ya no les tocará.

 

Pretérito porque pasarán a la historia por los múltiples ataques a las instituciones, desde el INE, hasta CIDE, pasando por los órganos reguladores —que tendrán que ser reestablecidos— y Banxico. En el pasado, porque un régimen progresista hubiera entendido y atendido a las mujeres. El desdén hacia sus problemas reales comenzó con las estancias infantiles, se cristaliza en el aumento de la violencia intrafamiliar y en los desgarradores feminicidios. Proteger a los acosadores, golpeadores y machos degradados es un rasgo típico de la derecha. El reglamento propuesto para el Conacyt será una pieza en el museo de lo más retrógrado de nuestra historia. No son de izquierda, porque, de serlo, hubieran planteado una reforma fiscal progresiva y no estarían subsidiando las gasolinas en beneficio de las clases pudientes. Se les fue la oportunidad de implementar auténticas políticas públicas para ancianos, discapacitados, niños en situación de calle y ahora decenas de miles de niños en busca de hogar.

Pretérito, porque la herida del tercer sector está abierta, porque permitieron que los caprichos de un solo hombre —como en una burda tiranía— devastaran a México.