Francisco GarfiasEn los últimos días, AMLO ha insistido en que ya elaboró su “testamento político” para garantizar la gobernabilidad, en caso de que falleciera. Pero hay que preguntarnos: ¿qué nos dejaría si súbitamente dejara la Presidencia de la República?
Respuesta: un crecimiento negativo en el trienio 2018-2021. La inflación más alta en dos décadas: 7.36 por ciento. Una cifra récord de homicidios en lo que va de su sexenio (110 mil) y casi cuatro millones de pobres más a junio de 2021 (datos del Coneval). Nos hereda también una escasez de medicamentos nunca vista que obligó a los padres de niños con cáncer a ocupar las calles.
Y más: México es el quinto peor país del mundo en corrupción, según The World Justice Project, un organismo que mide el Estado de derecho en el mundo. Sólo nos ganan Uganda, Camerún, Camboya y el Congo.
Es también el más letal para ejercer el periodismo. En los 25 días que lleva 2022 ya asesinaron a tres informadores. Dos en Tijuana —Margarito Martínez y Lourdes Maldonado— y uno en Veracruz, José Luis Gamboa Arenas. El año pasado cayeron siete.
Datos de la Secretaría de Gobernación, citados por la revista Expansión-Política, revelan que de diciembre de 2018 a junio de 2021 han sido asesinados 43 periodistas. Y lo peor: nueve de cada diez quedan impunes, según el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas.
AMLO se mantiene hermético sobre lo que contiene su controvertido “testamento político”. Parece convencido de que su legado debe continuar, pero si nos vamos a los resultados… ¡Mmm! Conocimos de la existencia del testamento casi simultáneamente al cateterismo cardiaco al que fue sometido. Su voluntad es que sea leído después de su fallecimiento. ¿Un maximato post mortem?
* Se puso fea la cosa en la Cámara alta, luego de que unos 30 senadores de la mayoría, que se ubican en el eje AMLO-Sheinbaum-Cuitláhuac, firmaran la convocatoria a una reunión, el próximo viernes, para discutir la existencia de la Comisión Especial que Investiga los Abusos y Violaciones a Derechos Humanos en Veracruz.
Los autoproclamados “leales al Proyecto de la Cuarta Transformación y al Presidente de la República” han dejado claro que están en desacuerdo con esa comisión, cuya creación, dicen, no se discutió en el seno del grupo parlamentario.
El tema da mucho para comentar. Los morenos siempre han sido los primeros en reclamar la creación de “comisiones de la verdad” para lo que se ofrezca.
Pero ahora quieren callar porque no les conviene que se sepa lo que ocurre en el estado que gobierna Cuitláhuac García.
La comisión, creada a partir de la arbitraria detención en la entidad del emecista José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Jucopo, analiza ya 70 casos de abusos cometidos en esa entidad.
Los convocantes dejaron al margen a su coordinador, Ricardo Monreal, quien la noche del domingo lamentó que el asunto se dirima en los medios de comunicación y que se observe ese clima del cual, asegura, “no estaba enterado”.
Algunos se preguntan en el Senado ¿qué pasaría si del intento de desconocer a la comisión especial los más radicales intentaran pasar a la destitución de Monreal?
La respuesta es poco conveniente para el Presidente y para Morena en su conjunto. Se rompería la unidad del bloque guinda en el Senado.
Sobra decir que se pondría en riesgo la aprobación de las reformas constitucionales pendientes: eléctrica, electoral y la de la Guardia Nacional.
El propio Monreal escribió sobre el tema en el filtrado chat de los senadores de Morena. Dijo: “Se aproxima un periodo difícil. No basta nuestra mayoría simple. Requerimos mayorías calificadas. Debemos actuar con respeto internamente y también con los otros grupos parlamentarios”.
¡Zócalo!
* Uno de los aspirantes de Morena a la sucesión presidencial que andaba ayer muy sonriente es Marcelo Ebrard. El canciller estuvo muy solicitado en la reunión plenaria del grupo parlamentario de Morena, celebrada en la Cámara de Diputados. Selfies, abrazos, menciones para el 2024, aplausos, cierre de filas. El canciller dedicó parte de su intervención a las relaciones con Estados Unidos. Destacó que es imposible, en una relación como la que tenemos con el vecino del norte, que estemos de acuerdo en todo con ellos. “Sería un craso error”, subrayó.